Uno de los primeros conceptos que descubrió Arabia cuando comenzó a divulgar sobre la cultura gitana en internet fue el de phenjalipen: “su traducción es algo como hermandad entre mujeres. Lo que en el equivalente actual sería sororidad, que es una palabra que se ha empezado a usar estos últimos años vinculada mucho más al movimiento feminista. Es una palabra que en romanés existe hace siglos. Eso me llamó mucho la atención y me pareció algo muy bonito, porque al final la mujer gitana siempre está señalada como sumisa, que vive en una sociedad machista y que no tiene ni voz ni voto y nosotros teníamos una palabra desde hace siglos para designar la hermandad entre mujeres”. Nos lo cuenta sorprendida, hablando mucho y rápido, con ganas, como quien no quiere dejarse nada en el tintero. Y con naturalidad, porque así es ella. Quédense con su nombre: Arabia Pozo Blázquez. Tiene 31 años y es “de Sevilla de siempre, de toda la vida”. Y sí, es activista gitana, aunque en un principio eso del activismo no fuera su objetivo.
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Enseñar a golpe de colorete
Arabia empezó a moverse en redes como tantas otras chicas: con tutoriales de maquillaje y cosmética. Creía que iba a ser bueno para su negocio, ya que es autónoma y tiene su propio gabinete de belleza en un centro comercial de Sevilla: “Soy mi propia jefa y hago mi dinero”, nos explica con orgullo. Sin embargo, un día decidió subir un vídeo en el que hablaba sobre el origen gitano de la feria.
Inmediatamente notó que el tema interesaba tanto a payos como a gitanos y que tanto unos como otros tenían lagunas sobre la cultura del pueblo gitano. Y así empezó su andadura en la lucha contra los estereotipos. “No es que tenga una barbaridad de seguidores, pero la cifra sube rápidamente”, nos cuenta. “Doce mil en menos de un año”, concreta. Pero no esperen pizarras o esquemas. Arabia nos habla de su cultura mientras se maquilla o se prepara para salir. “Creo que al hacerlo vinculado al skincare, logro llegar a un público más amplio”. Es la idea: llegar a mucha gente porque no está contenta con la imagen que los medios de comunicación dan de los gitanos.
“Hay dos variantes: la de criminal, que se da en las noticias, y la que se da en los realities y en los formatos de entretenimiento, que convierte al gitano en un bufón y fomenta los estereotipos: ignorante, patán, que si se casan pronto, que si se escapan, que si siempre buscando hacer la gracia… al final se está fomentando un estereotipo que tampoco es positivo. Si hay 4 familias, las cuatro tienen el mismo perfil. Dentro de mi círculo de gente gitana yo no conozco a nadie así. Es gracioso para los payos porque los gitanos que llevamos una vida normal no nos sentimos identificados con este tipo de formatos”.
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De hecho, hay muchas cosas que le molestan: “lo de vivir de las pagas se repite constantemente, por ejemplo. Y desde la realidad de mi vida, de mi experiencia, eso no es real. Toda la gente que conozco es emprendedora, tiene negocios o está trabajando, gracias a dios. Y luego parece que los trabajos de gitanos no cuentan. Pero levántate tú por la mañana, carga la furgo de género para irte hasta al quinto pino, paga autónomos, al ayuntamiento…”. Le preguntamos por el elefante en la habitación: el machismo dentro de la cultura gitana. Nos cuenta que ese es otro de los estereotipos que le molestan: “no te puedo decir tajantemente que el pueblo gitano no es un pueblo machista, al igual que tú no me puedes decir que el pueblo payo no es un pueblo machista. No entiendo por qué desde fuera se critica tanto el machismo del pueblo gitano cuando estamos en una sociedad mayoritariamente paya en la que todos los días aparecen noticias de asesinatos machistas en televisión a manos de hombres payos”.
Un movimiento que cobra fuerza
Hablando con Arabia, no son pocas las ocasiones en las que nos dice que hay cada vez más mujeres gitanas en las que fijarse. Le pedimos que nos recomiende a quién seguir si queremos aprender más. “Hay 5 mujeres que me influyen y que están rompiendo en redes con la imagen estereotipada de la mujer gitana. Algunas lo hacen con contenido activista y otras siendo simplemente ellas: @gypsiland, @gypsitrainer, @eden_montoya, @mariagarciamyo y @noeliacortes_”.
Cuando, ya al final de la entrevista, le preguntamos a Arabia que cuál es su objetivo en la vida, su respuesta es sencilla: “Ser feliz. Que no me falte nadie, que tenga mi platito en la mesa, tener salud y que mi gente tenga salud y ya está. Y, donde eso me lleve, pues ya está”.
Una respuesta que todas firmaríamos.