Crónica Negra

Klara, la madre caníbal que se comió a sus hijos

Manipulada por una mujer que se hacía pasar por niña, rituales sectarios, canibalismo y tortura infantil: el caso real que inspiró La Huérfana conmocionó a la República Checa y reveló los horrores ocultos tras una fachada de normalidad.

Klara Mauerova nació en un pequeño pueblo de la República Checa. Creció en un hogar tradicional, aunque marcada desde temprana edad por una percepción distorsionada de la realidad. Su mente, frágil y vulnerable, comenzó a construir una narrativa delirante donde creía haber sido elegida por Dios para cumplir una misión. Esa idea enfermiza se consolidó cuando su hermana Katerina nació. Juntas tejieron un mundo paralelo donde serían las heroínas de una cruzada divina.

Nada podía presagiar que la historia de las hermanas Mauerova sería tan aterradora que fue la inspiración de la película “La Huérfana”, producida por Leonardo DiCaprio. Aunque ambas mostraban señales evidentes de inestabilidad mental, nadie lo advirtió. Klara estudió pedagogía, se casó, tuvo dos hijos —Jakub y Ondrej— y construyó una vida normal.

Foto de Klara y Katerina

Tras una separación turbulenta, Klara Mauerova, emocionalmente devastada, invitó a su hermana Katerina a vivir con ella y los niños. Klara trabó amistad con una joven de 14 años, llamada Barbora. Se había escapado de un centro de menores por los malos tratos que recibía y no tenía dónde ir, por lo que Klara decidió llevarla a su casa. Allí vivían las tres mujeres y los dos chicos. La influencia de Barbora llevó a las dos hermanas a una secta que predicaba una espiritualidad rígida aunque no destructiva. Pero Barbora introdujo prácticas sádicas, castigos rituales y una devoción que rayaba en la locura.

Klara Mauerova comenzó a ver a sus hijos como obstáculos espirituales. Los encerró en una jaula metálica instalada en el sótano de su casa. Los niños, de 8 y 10 años, fueron torturados sistemáticamente: les quemaban la piel con cigarrillos, les golpeaban, les dejaban sin comida ni agua durante días. Dormían entre heces, orinaban sobre sí mismos. En ocasiones, miembros de la secta les visitaban para abusar sexualmente de ellos.

La casa del sufrimiento

Un día, Barbora tuvo una idea que le contó a Klara, quien aceptó fascinada. Comenzaron a darle de comer a los niños abundantemente durante varios días para que engordaran. Al poco tiempo, su propia madre bajó al sótano y le pidió a Ondrej, el más pequeño, que sacara una pierna entre los barrotes. Cuando lo hizo, Katerina y Barbora le sujetaron firmemente mientras su madre cortaba trozos de carne. En medio de los gritos de terror de los niños, devoraron sus pedazos.

Su hermano Jakub permaneció en vilo un mes, pues sabía que más temprano que tarde su destino sería el mismo, y así fue…Su madre le arrancó pedazos de un brazo y se los comió mientras se reía y le decía que merecía sufrir. El terror duró un año. Hasta que…

La cámara que reveló todo

Un vecino había instalado una cámara para vigilar a su hijo recién nacido. El sistema interceptó por error la señal de la cámara del sótano de los horrores. Lo que vio le dejó petrificado: un niño desnudo, encadenado, golpeado brutalmente por una mujer. Corrió a llamar a la policía.

Cuando los agentes irrumpieron en la vivienda, encontraron a Ondrej inconsciente, a Jakub en estado de shock, y junto a la jaula, una niña abrazando un oso de peluche. Era Barbora, haciéndose pasar por víctima. La “niña” corrió hacia la policía, con lágrimas en los ojos, pidiendo que la salvaran pues había sido torturada -junto a sus hermanos – por su madre y su tía. Los agentes no dudaron ni un segundo su historia y la sacaron de aquel horror, sin sospechar que se trataba de Barbora.

Ondrej y Jakub fueron llevados de inmediato al hospital. Lamentablemente, Ondrej no sobrevivió.

Película “La Huérfana”, basada en este caso.

El juicio que estremeció al país

El caso provocó indignación nacional. El tribunal reveló que Barbora padecía de hipopituitarismo, un desorden que retrasaba su crecimiento físico, lo que le hacía parecer una niña cuando en realidad contaba con 32 años. Se percató de la enfermedad siendo muy joven y no dudó en usarla a su favor. Durante casi toda su vida adulta se hizo pasar por niña, engañó a personas para que la adoptaran. Además poseía rasgos psicopáticos, personalidad múltiple, y un increíble poder de manipulación. “Yo no era yo. Me convertí en otra persona cuando ella tomó control de mi mente”, dijo Klara en su declaración.

Klara Mauerova fue condenada a 9 años de prisión por abuso, tortura y canibalismo. Su hermana Katerina recibió 10 años. Barbora, la mente detrás del culto, fue sentenciada a solo 5 años. Pronto fue liberada por “buena conducta” y desde entonces su paradero es desconocido.

¿Qué fue de los niños?

Jakub fue reubicado en una familia. Ha recibido tratamiento psicológico intensivo. En un testimonio filtrado años después, uno de los terapeutas dijo: “Lo más impactante no fue el dolor físico que sufrió, sino cómo aún quería a su madre”. Un caso sobre el poder de la manipulación, la fragilidad mental y la delgada línea entre la fe ciega y la locura.

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