A examen

La educación que queremos para nuestros hijos

¿En qué punto se encuentra España ahora que arranca el curso? En medio de la tensión entre modelo público y privado, salen a relucir carencias en los recursos, la calidad percibida y otros desafíos

Un 48% de los padres piensa que el sistema actual es peor al que vivieron ellos
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No hay mejor herencia ni mayor tesoro para un hijo que una buena educación. Es el factor que marca la diferencia entre los países que toman ventaja y los que se quedan atrás. Hasta aquí estamos todos de acuerdo, pero inmediatamente aparecen las dudas: ¿cuándo dejará de ser la asignatura pendiente? ¿Estamos a la altura del futuro o nos hemos perdido entre reformas, parches y consensos pendientes? ¿Las aulas reflejan la desigualdad latente en España?
Desde la década de los noventa, hemos asistido a una sucesión de reformas educativas promovidas por los diferentes gobiernos que no han podido evitar un deterioro progresivo que se maquilla con letanías como la del mal llamado bilingüismo desde la etapa infantil o la de las generaciones mejor preparadas de la historia. Mientras, asistimos a recortes significativos en la educación pública que se traducen en menor número de clases y docentes, aumento en la ratio de alumnos por aula y peores condiciones laborales.

Unos alumnos escuchan a su profesor en su aula en un colegio
EFE/ Javier Cebollada

Ante esta escuela recortada, solo un 28% de los españoles valora positivamente la calidad de la enseñanza, según un estudio de Ipsos. Un 35% la considera pobre. El mismo informe señala que la educación pública española se reconoce por su gratuidad, la promoción de igualdad de oportunidades, laicidad e inclusión de la diversidad de culturas, clases sociales y diferentes capacidades. También los profesores reciben buena valoración. Sin embargo, marca como graves escollos la saturación de las aulas, que impide un aprendizaje de calidad y una atención individualizada, la financiación insuficiente, la falta de seguridad de los estudiantes o el escaso apoyo para afrontar los desafíos modernos.
Aun así, España se posiciona entre los cinco países donde hay una opinión más positiva, junto con Irlanda (63%), Reino Unido (47%), Países Bajos (39%) y Suecia (36%). Un 48% de los padres piensa que el sistema actual es peor al que vivieron ellos y apunta como principal problema la obsolescencia del plan de estudios, así como la falta de fondos públicos.

800.000 profesores para 8 millones de alumnos

Este es el panorama con el que arranca el curso en nuestro país. Según el informe 2025 de la educación en España, presentado el 20 de diciembre de 2024 por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, existen actualmente 32.183 centros educativos, entre públicos y privados, sin incluir universidades, más de 8 millones de alumnos y 800.000 profesores. El gasto público anual es de algo más de 60.000 millones de euros.
Aproximadamente, 2,76 millones de alumnos estudian en colegios privados y concertados, representando cerca del 31,6% del total. De ellos, el 60% asiste a centros concertados (subvencionados). El 40% a privados; es decir, autofinanciados y sin subvención. Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana concentran el mayor número de centros privados y concertados. En el País Vasco, el alumnado en concertada y privada supera al público en algunas provincias.
Llama la atención en este informe el bajo porcentaje de la población con el título de Bachillerato, el 55,6%, aunque en Madrid, Asturias, Cantabria, Galicia y País Vasco, ese porcentaje se eleva por encima del 60%. Por cada 100 hombres, son 125 mujeres las que lo consiguen. A pesar de ser mejores académicamente, las nuevas generaciones de mujeres (de 25 a 34 años) continúan estando peor pagadas que sus colegas hombres.

Desigualdad heredada

Otro dato preocupante es que el gasto de las familias en educación aún se halla muy ligado al nivel de estudios, lo cual, favorece la perpetuación del nivel de estudios de la generación precedente. Los padres con menor nivel de estudios destinan casi todos sus ingresos a fines prioritarios relacionados con la supervivencia y distintos de la educación. Por ejemplo, a vivienda (37,5% de sus ingresos), alimentación (21,6%) y transporte (8,1%), reservando sólo un 0,2% a educación.

Colegio

Un 77% de los hijos de personas con estudios superiores consigue ese mismo nivel de estudios. Por el contrario, solo un 36% de los hijos de personas con bajo nivel de estudios consiguió finalizar estudios superiores. España presenta también un elevado índice de abandono temprano de la educación y la formación: 13,7% en 2023. Solo es superada por Rumanía, con 16,6%, aunque se igualan en este porcentaje si consideramos solo la población masculina.
La otra cara de la moneda es que España es uno de los países líderes en el porcentaje de jóvenes que alcanzan estudios universitarios (52%). El informe concluye con la idea de la educación como la puerta de entrada hacia una vida mejor. Aunque, como vemos, queda camino por recorrer.

 

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