Las Clarisas cismáticas: “Para nosotras la Sede Vaticana está vacante desde Pío XII”

Las monjas Clarisas de Belorado y Orduña siguen defendiendo su postura: "El obispado no nos da ni un duro y mantener un convento tiene muchos gastos"

Sor Israel, sor Paloma, sor Adriana y sor Myriam
Las hermanas clarisas de Orduña, sor Israel sor Paloma, sor Adriana y sor Myriam Hermanas Clarisas

Con la iglesia hemos topado. Esta expresión tan coloquial que indica que hay un obstáculo de un poder superior que impide hacer lo deseado en este asunto de la monjas Clarisas de Belorado y Orduña es absolutamente literal. La decisión de Roma de no permitirles la venta de un convento abandonado en Derio (Vizcaya) para hacerse con un Monasterio en la ciudad de Orduña ha colmado el vaso de la obediencia debida de las Clarisas, que en un extenso comunicado al Arzobispado de Burgos anuncian su salida de la Iglesia Conciliar, regida por el Papa, para pasar a integrarse en la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, contraria al Concilio Vaticano II, bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco su fundador y excomulgado en 2019.

La madre abadesa, Isabel de la Trinidad, y las dieciséis hermanas que han decidido romper con la Santa Sede denuncian estar hartas de la persecución que sufren por parte de superiores y sacerdotes. Se exponen a ser sancionadas por el derecho canónico por un delito de cisma castigado con la excomunión. Las Clarisas no han sido pecatas a la hora de señalar la herejía de los Papas posteriores a Pío XII, el último sucesor de Pedro que reconocen, así como en denunciar que tras las artimañas que aseguran haber sufrido, está el valor de las propiedades “muy golosas” de la orden que ansían arrebatarles.

“Para nosotras la Sede Vaticana está vacante desde la muerte de Pío XII”, asegura la madre abadesa en una entrevista en ‘TardeAR’. El trasfondo que emerge de esta sorprendente decisión de las monjas parece que está más relacionado con el pecunio que con la fe. Así también explicó que “casi no queda ni rastro de la Iglesia Católica, ahora el centro no está en Dios sino en el hombre“.

Una lucha de poder que ha hecho reaccionar al Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria en un comunicado donde muestran su sorpresa por el anuncio de la comunidad religiosa del que no les consta ninguna inquietud previa.

Mario Iceta, actual arzobispo de Burgos y anterior prelado en Bilbao, fue el responsable de la excomunión de Pablo de Rojas Sánchez-Franco. En rueda de prensa ha asegurado que en este asunto se somete a las indicaciones que lleguen desde el Vaticano. Por el momento, ha llamado a los fieles a no participar de ningún acto litúrgico realizado en los monasterios de Santa Clara de Belorado y Orduña.

Respecto a la licencia de venta del Monasterio de Derio (propiedad de las Clarisas de Belorado desde abril de 2013 cuya comunidad fue trasladada al Monasterio de Orduña el 28 de octubre de 2020), recuerdan que ni es competencia del arzobispo de Burgos ni de la presidenta federal. Además, ni en el Arzobispado de Burgos ni en el Obispado de Bilbao se ha recibido ninguna comunicación ni petición sobre el asunto en cuestión.

La madre abadesa también se sinceró con Ana Rosa: “Nosotras tenemos un voto de pobreza. El obispado no nos da ni un duro y mantener un convento tiene muchos gastos”.

Quién es Pablo de Rojas el cismático

Para entender la revolución dentro del convento de las monjas de clausura Clarisas, reconocidas por su vida contemplativa y especializadas en la elaboración de dulces de excelente calidad, hay que profundizar en el perfil de Pablo de Rojas al que han prometido lealtad y obediencia.

Acudimos a las redes sociales donde la Pía Unión de San Pablo Apostol posee página web y perfil en Instagram donde cada imagen va acompañada del posteo del número de cuenta bancaria donde hacer donativos, así como de numerosos sermones muy cuestionables, como el que prohíbe vacunarse contra el Covid bajo pena de pecado capital. La sede de la Pía Unión del obispo cismático tiene su sede en Bilbao. De Rojas ostenta su poderío desde una vivienda en la Gran Vía de 800m2.

Su excomunión por el obispo Iceta en 2019 fue fruto de su no seguimiento al Papa Francisco , sino al obispo cismático vietnamita Ngo Dinh Thuc. Los seguidores de Thuc se declaran contrarios a las reformas del Concilio Vaticano II y mantienen lazos con otras corrientes rupturistas, como los lefebvrianos o el Palmar de Troya, todos ellos de perfil ultraconservador y extremadamente reaccionarios.

Los thusquistas son meramente testimoniales en España. Hasta ahora contaban con apenas tres curas, una decena de monjas y poco más de un centenar de feligreses. Redoblaran fidelidades si las Clarisas terminan por consumar su cisma.

La Conferencia Episcopal Española

La Conferencia Episcopal Española se ha manifestado esta mañana para lamentar “profundamente la declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia Católica”.

Respecto al denominado ‘Manifiesto católico’ de las Clarisas, la CEE considera que “se corresponde con el que propugnan aquellos que niegan la validez del Concilio Vaticano II y son denominados ‘sedevacantistas'” y sostiene que “el texto parece inspirarse en los principios básicos de esta corriente y, concretamente, entronca con un grupo que es considerado una secta por varios expertos”.

“El tono ofensivo y recriminatorio del manifiesto y de la carta, así como algunos términos –por ejemplo, el de la “sumisión” a un falso obispo y supuesto líder de una secta–, no son propios del modo habitual de comunicarse de estas hermanas, las cuales se manifiestan ahora públicamente no sólo en las palabras escritas de la abadesa, sino también en medios de comunicación abundando en expresiones confusas que parecen fruto de engaños”, han detallado los obispos.

A su juicio, los motivos de descontento aducidos en la carta “tienen vías de solución distintas de la determinación que en ella se expresa”. Además, la CEE no encuentra “relación proporcionada ente las causas expuestas y la conclusión a la que se llega”.

En este escenario, los obispos solicitan que “cada hermana del Monasterio de Belorado y Orduña, en el ejercicio de su libertad de conciencia, pueda expresar su postura ante la decisión que comunica la abadesa” ya que, según añaden, “de hecho, el desarrollo de los acontecimientos sugiere que no todas las hermanas suscriben la carta de la abadesa”, informa Europa Press.