El 29 de septiembre es una fecha marcada en rojo en el calendario litúrgico de la Iglesia católica. No se trata de un día cualquiera, ya que en esta jornada se celebra a San Miguel, San Gabriel y San Rafael, los tres arcángeles reconocidos por la tradición cristiana. Una festividad de gran relevancia que tiene una profunda carga espiritual y cultural en distintos lugares de España y del mundo.
Los tres arcángeles: protectores y mensajeros
El arcángel Miguel es considerado el jefe de los ejércitos celestiales, símbolo de fuerza, justicia y defensa frente al mal. Su figura aparece representada en numerosas iglesias y catedrales de España, con la imagen del ángel guerrero venciendo al demonio. Por ello, muchas personas lo invocan como protector ante las adversidades.
Por su parte, el arcángel Gabriel es el mensajero de Dios, conocido por anunciar a la Virgen María la llegada de Jesús. Su nombre significa “fuerza de Dios” y está vinculado a la comunicación y la revelación divina.
El tercero en este grupo, el arcángel Rafael, es patrón de los enfermos, los viajeros y los novios. Su nombre se traduce como “Dios sana” y se le atribuyen poderes curativos y de acompañamiento. En ciudades como Córdoba, su devoción es especialmente intensa: el arcángel Rafael es considerado custodio de la ciudad, con decenas de esculturas y ermitas en su honor.
Un día de nombres muy celebrados
El santoral de hoy hace que miles de personas celebren su onomástica en toda España y en el mundo hispano. Nombres como Miguel, Miquel, Mikel, Gabriela, Gabriel, Rafaela o Rafael tienen un protagonismo especial este lunes. No es extraño que durante esta jornada se multipliquen las felicitaciones y reuniones familiares, ya que son algunos de los nombres más comunes en la sociedad española.
Tradiciones en España
El 29 de septiembre también ha sido, históricamente, una fecha cargada de tradiciones populares. En el calendario agrícola, este día marcaba el final del verano y el inicio de las labores de otoño, especialmente las relacionadas con la vendimia y la siembra. De hecho, en algunos lugares se hablaba de las “fiestas de San Miguel” como referencia al cambio de estación.
En localidades de Navarra, Castilla y León o Galicia se celebraban antiguas ferias de ganado y mercados vinculados a este día. Aún hoy, algunas fiestas patronales coinciden con la festividad de San Miguel, como ocurre en municipios que lo tienen como patrón, donde se organizan misas solemnes, procesiones y actividades populares.
En Córdoba, la jornada adquiere un matiz muy especial por la figura de San Rafael. Las “velas” en honor al arcángel iluminan la ciudad, y no faltan flores y ofrendas en sus estatuas. Allí se recuerda que, según la tradición, San Rafael prometió proteger a la ciudad de pestes y calamidades, lo que ha consolidado una devoción que se mantiene viva en el siglo XXI.
Un día señalado en el calendario litúrgico
La Iglesia católica decidió agrupar en una misma fecha la celebración de los tres arcángeles principales, lo que convierte al 29 de septiembre en una de las festividades más importantes del año dentro del santoral. Su conmemoración es también un recordatorio de los valores que representan: la justicia de Miguel, la esperanza de Gabriel y la sanación de Rafael.