El “pecado original” de Ayuso

Una parte del PP cree que sus aspiraciones políticas pueden verse truncadas por “el error” de defender a su pareja “política e institucionalmente”. “Su impulsividad le ha jugado una mala pasada”

Hace justo un año, en octubre del 2024, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, salió a defender a su pareja, Alberto González Amador, tras conocerse que trató de deducirse gastos ante Hacienda para camuflar un presunto fraude fiscal que él mismo confesó.

“Yo entiendo que esto es un poco difícil de explicar cuando se tiene todo el aparato del Gobierno contra un ciudadano particular. Demostrar caso por caso todo lo que está sucediendo resulta complejo”, indicaba Ayuso en un pleno en la cámara autonómica. Allí empezó todo.

Así, Ayuso cometió su “pecado original” que, ahora, le persigue en cada comparecencia pública. Dirigentes populares creen que fue un “error” defender a su pareja en la institución madrileña. “Su impulsividad le jugó una mala pasada”, opina otro de sus homólogos.

La realidad es que Ayuso ya no ha podido salir de esa espiral. Una cuestión que “ensombrece” su carrera política, opinan en el Comité Ejecutivo Nacional. “Es una losa”, sentencian. Miembros del PP creen que si en un futuro Ayuso quiere dar el salto a la política nacional lo tendrá más difícil por esta cuestión.

Lo cierto es que la causa judicial de su pareja ha ido avanzando. Una jueza de Madrid acordó esta semana abrir juicio oral contra González Amador por fraude a Hacienda en los años 2020 y 2021, falsedad en documento mercantil, delito continuado contable y pertenencia a grupo criminal.

“No” afectará en las urnas

En su primera aparición tras conocer que su pareja se va a sentar en el banquillo, la líder madrileña ha sugerido que el caso es una “estrategia del Gobierno” para tapar los casos de corrupción que rodean al presidente Pedro Sánchez. Además, Ayuso ha subrayado que el presunto fraude fiscal no tiene nada que ver con dinero público que gestiona la Comunidad de Madrid. Es cierto, pero también lo es que la cuestión persigue a la presidenta como una sombra tóxica.

Miembros del PP creen que “electoralmente” la causa no afectaría a Ayuso, pero que sí repercute en su “fuerza interna” dentro del partido. Esto, unido al cambio en el sistema de primarias -que Feijóo modificó en el último Congreso Nacional quitando peso a la militancia- podría “frenar” sus aspiraciones más ambiciosas.

Grietas en el PP por Gaza

Las causas judiciales y el conflicto en Oriente Próximo son los temas de máxima actualidad. Precisamente Ayuso también se ha quedado sola en su defensa a Israel.

En las últimas semanas, y después de que el Gobierno de España empezase a hablar abiertamente de genocidio en Gaza, Feijóo y su cúpula se han mostrado en contra de calificar con ese término lo que Israel continúa llevando a cabo. La dirección nacional ha realizado ciertos equilibrios ante la opinión pública.

El líder popular ha calificado de “masacre”, “atrocidades” y situación “inadmisible” el conflicto, pero ha rechazado emplear el término genocidio porque eso corresponde a la Corte Penal Internacional, según defienden en Génova.

Esta postura contrasta con el posicionamiento de varios barones del PP como el gallego Alfonso Rueda, el andaluz Juanma Moreno o el aragonés Jorge Azcón, que han calificado de “genocidio” las acciones de Israel. “Condenamos el genocidio en Gaza, perfectamente conscientes”, ha señalado el presidente de la Xunta tras guardar un minuto de silencio por este motivo. “¿Usted quiere que reconozca genocidio? Yo se lo reconozco”, dijo por su parte Moreno.

Sin embargo, entre la postura abiertamente en contra de las acciones de Israel en Gaza y la equidistancia de la dirección nacional del PP, también hay una voz en defensa del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu. La del PP madrileño. Ayuso se ha situado del lado de Israel y ha acusado a Sánchez de “aliarse con el terrorismo de Hamás en lugar de respaldar la lucha contra el terrorismo del Estado Democrático de Israel”. Además, se ha reunido con la máxima responsable de negocios israelí en España en un gesto de firme convicción.