Si eliminan el cambio de hora, ¿qué horario se quedaría en España: verano o invierno?

Los expertos prefieren el denominado "horario estándar" por salud, pero la mayoría social apuesta por tardes más largas y luminosas

Cambio horario de otoño - Sociedad
Llegó la hora (nunca mejor dicho) del cambio horario de otoño
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El debate sobre el cambio de hora ha vuelto con fuerza. Después de décadas de polémica y estudios contradictorios, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido impulsar ante la Unión Europea la eliminación de los ajustes estacionales de relojes. Su argumento es claro: “Cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido”. Pero si realmente se pone fin a este sistema, la gran pregunta sería inevitable: ¿qué horario se quedaría en España, el de verano o el de invierno?

Un hábito que ya no convence a nadie

El cambio de hora se implantó en España en 1974, durante la crisis del petróleo, como una medida de ahorro energético. La lógica era sencilla: aprovechar mejor las horas de luz natural y reducir el consumo eléctrico. Pero casi cincuenta años después, los expertos coinciden en que ese argumento ya no se sostiene. El ahorro real de energía apenas alcanza unas décimas porcentuales, mientras que los perjuicios para la salud y los ritmos de vida son cada vez más evidentes.

El cuerpo humano necesita luz natural por la mañana para ajustar su reloj interno. Adelantar o atrasar una hora dos veces al año altera ese equilibrio, provoca insomnio, irritabilidad y fatiga, y aumenta el riesgo de accidentes y enfermedades cardiovasculares. Por eso, tanto científicos como médicos defienden suprimir el sistema. Lo que no está tan claro es cuál de los dos horarios debería quedarse.

Dos opciones y una decisión compleja

Si el cambio de hora desaparece, los países de la Unión Europea deberán escoger entre mantener de forma permanente el horario de verano o el de invierno. Y ahí empieza la verdadera controversia.

Si eliminan el cambio de hora, ¿qué horario se quedaría en España?
Una fotografía simbólica del cambio horario en invierno.
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El horario de invierno —también llamado horario estándar— es el que rige desde finales de octubre hasta marzo. Se considera el más natural porque se ajusta mejor al ciclo solar: el amanecer se produce antes y el anochecer llega más pronto. Eso permite aprovechar la luz matinal. Para los expertos en cronobiología, esta es la opción más saludable.

En cambio, el horario de verano adelanta una hora el reloj respecto a la hora solar, prolongando la luz hasta bien entrada la tarde. Es el preferido por la mayoría de los ciudadanos, que disfrutan de más horas de ocio al aire libre y de una sensación de mayor aprovechamiento del día. En las encuestas, más del 60 % de los españoles se inclinan por mantener este horario todo el año.

Lo que dicen los científicos

El consenso científico favorece el horario de invierno. Según un estudio de Stanford Medicine, mantener el horario estándar todo el año reduciría los casos de insomnio, depresión estacional, obesidad e incluso accidentes cerebrovasculares.

En España, la Universidad de Murcia y la Asociación Española de Cronobiología han advertido que el horario de verano permanente sería perjudicial para la salud. Al fin y al cabo, implicaría menos luz por la mañana, mayor desajuste circadiano y un efecto similar al del “jet lag” crónico.

La luz matinal ayuda al cuerpo a sincronizarse con el día y a segregar melatonina de forma adecuada por la noche. Si esa exposición a la luz se retrasa, como ocurre con el horario de verano, el sueño se vuelve más corto y de peor calidad. En términos simples: el horario de invierno nos haría vivir más en consonancia con nuestro reloj biológico.

¿Qué prefiere la gente?

Aun así, la sociedad española parece apostar por el horario de verano. En un país de clima templado, con cultura de terrazas y tardes largas, la idea de que anochezca antes de las seis en invierno resulta poco atractiva.

El ocio, el turismo y el comercio también se beneficiarían de mantener la luz hasta más tarde. Es una cuestión cultural, casi emocional. En España, la luz de la tarde forma parte del carácter colectivo.

El dilema, por tanto, no es científico sino político. ¿Debe primar la salud o el estilo de vida? Pedro Sánchez no ha aclarado aún qué horario defendería España si se elimina el cambio estacional. Pero sí ha dejado claro que impulsará el debate en el Consejo de Energía de la UE.

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