Las desapariciones que esconden un crimen machista

La última víctima de violencia, una mujer de 34 años en Badajoz, llevaba desaparecida desde hacía seis días. Se trata del tercer caso en el que los asesinos han intentado ocultar su crimen en lo que va de año

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participa en el acto conmemorativo del 20º aniversario de la Ley contra la Violencia de Género, este lunes en Madrid.
EFE/ Javier Lizon

Este lunes, a última hora de la tarde, se hallaba el cuerpo sin vida de Ilham, una mujer de 34 años y que era madre de cuatro hijos. Su pareja había denunciado su desaparición el pasado 30 de julio, apenas unos días antes. Sin embargo, los investigadores creen que fue él quien la asesinó e intentó hacer pasar por desaparición un crimen machista. Ha sido detenido como presunto autor de la muerte de su pareja.

 

Estaba dada de baja en el sistema VioGén

Se ha decretado el secreto de sumario, pero parece que Ilham había pedido ayuda, había denunciado y estuvo inscrita en el sistema VioGén, en 2021, pero su caso no estaba activo.

El intento de ocultar el crimen es menos habitual que en los homicidios que no son de género. ¿Cuál suele ser la reacción de los asesinos machistas una vez que consuman el asesinato?

El año pasado, por ejemplo, el 25 por ciento se suicidó (uno de cada cuatro) mientras el 8,3 por ciento intentó quitarse la vida. Como dato, el 65,9 por ciento de los asesinatos con arma de fuego 2003-2024 termina con el suicidio del agresor mientras que solo el 16 por ciento de los asesinatos cometidos con otros métodos termina con el suicidio del agresor.

El año pasado doce asesinos realizaron maniobras de ocultación de crímenes machistas

El 14,6 por ciento de los asesinos machistas de 2024 se entregó a las autoridades y más de la mitad, el 52,1 por ciento fue detenido. El desglose de los  casos en que  tuvo lugar la detención del agresor muestra que en cuatro ocasiones esta se produjo tras su huida, y en 12 casos tras realizar maniobras de ocultación o negación de los hechos.

 

Con este nuevo caso, en 2025, son tres los casos en los que las víctimas estuvieron desaparecidas antes de confirmarse su asesinato.

El caso de Andrea Bejarano

En 16 de marzo Andrea Bejarano salió de trabajar y se dirigió a su domicilio en la carretera de Poza de Burgos. Allí le esperaban su pareja, Jaime, y el hijo de ambos, de ocho años. El pequeño tenía que acudir a una actividad dominical y sus padres le acercaron en el coche. En el camino de vuelta, al parecer, comenzó una discusión, que probablemente no era la primera. Andrea había decidido separarse y poner punto final a una década de relación y, a la luz de los acontecimientos, Jaime no parecía dispuesto a que su pareja le dejase.

Área de Salinillas de la Bureba donde la Policía Nacional ha localizado este miércoles en un paraje boscoso el cuerpo sin vida de Andrea Bejarano de 34 años, desaparecida desde el pasado domingo en Burgos capital
EFE/Santi Otero

Según contaron los familiares de la víctima, cuando Jaime fue a recoger a su hijo y volvió al domicilio, ya no estaba. Se comportó como si ella hubiese decidido desaparecer sin más y no denunció su ausencia hasta la noche del lunes, tras haber acudido a su puesto de trabajo.

El asesino, Jaime Vélez, denunció la desaparición

Vélez era militar y también fue a trabajar el martes. Una circunstancia que hizo sospechar a los investigadores y a la propia familia. Tan solo 24 horas después, consiguieron que confesara que la asfixió hasta la muerte y les llevó hasta el lugar donde había escondido el cuerpo. Se trata de un paraje en Salinillas de Bureba, a 40 kilómetros de Burgos donde la pareja solía acudir y con el que tenían vínculos emocionales.

Jaime Vélez era militar y Andrea trabajaba como técnico de Laboratorio en el Hospital Universitario de Burgos.

Susana estuvo más de un mes desaparecida

Susana Sierra desapareció el 7 de mayo, cinco días después de la muerte de su madre. Era una mujer vulnerable que conoció a su asesino en una terapia de adicciones y por el que lo dejó todo tras el fallecimiento de su progenitora. Terminó una relación anterior y se fue a vivir con él.

Quizá no sabía que ese hombre que la había conquistado era Jesús “El Vasco”, un tipo con antecedentes, un amplio historial delictivo y problemas de consumo de sustancias.

Fue el entorno de Susana quien denunció su desaparición. Jesús, negó cualquier tipo de relación con ella, pero el 25 de junio, los investigadores encontraron en su domicilio, en un cubo de basura, los restos de Susana y fue detenido.