Artistas húngaros piden cancelar el concierto del grupo irlandés Kneecap

Más de 130 artistas húngaros reclaman cancelar la actuación del grupo irlandés, acusado de apología del terrorismo. La organización se mantiene firme: "No hay lugar para el odio"

El grupo de música irlandés Kneecap
El grupo de música irlandés Kneecap

La participación del grupo irlandés Kneecap en el festival Sziget, uno de los mayores eventos musicales de Europa, ha desatado una fuerte polémica en Hungría. Un total de 137 artistas y personalidades del mundo cultural, entre ellos el cineasta László Nemes Jeles, ganador de un Óscar por El hijo de Saúl, y el escritor György Spiró, han pedido a los organizadores la cancelación del concierto previsto entre el 6 y el 11 de agosto.

En una carta abierta, los firmantes expresan su “consternación” por la presencia de una banda que, según denuncian, “glorifica la barbarie” y mantiene “discursos de odio”. “El festival Sziget, conocido hasta ahora por su apertura y sus valores libres de extremismos, acogerá a una banda racista y llena de odio”, afirman en el texto.

Los firmantes acusan a Kneecap —formado en Belfast y conocido por su mezcla de rap, activismo y letras en gaélico— de mostrar apoyo a grupos como Hamás y Hizbulá, y de haber celebrado los ataques del 7 de octubre de 2023 contra el festival Nova en Israel, que dejaron más de 300 muertos. Según los críticos, la banda comenzó a “glorificar la masacre al día siguiente” y “sigue haciéndolo desde entonces”.

La controversia se ha intensificado tras conocerse que uno de los integrantes del grupo, Liam Óg Ó hAnnaidh, fue imputado en el Reino Unido por exhibir una bandera de Hizbulá durante un concierto en Londres en 2023 y proclamar “Arriba Hamás, arriba Hizbulá” ante el público.

El Gobierno húngaro de Viktor Orbán, uno de los aliados más estrechos de Israel dentro de la UE, ha respaldado la petición de cancelar la actuación. En declaraciones recogidas por medios locales, representantes del Ejecutivo han señalado que “la presencia de un grupo que hace apología del terrorismo es inaceptable en territorio húngaro”.

Defensa desde el mundo musical

Sin embargo, el equipo organizador del festival, que cada año reúne a cerca de medio millón de asistentes en la isla de Óbuda, ha defendido su decisión de mantener el concierto. En un comunicado, Sziget Festival ha reafirmado su compromiso con “la libertad de expresión” y ha asegurado que “no hay lugar para el odio, la incitación al odio, los prejuicios ni ninguna forma de racismo o antisemitismo” en el evento.

En apoyo al grupo irlandés, más de 40 músicos y bandas internacionales —entre ellas Fontaines D.C., Massive Attack y miembros de The Pogues— han firmado otra carta en la que condenan lo que califican como una “campaña de intimidación”. En el texto denuncian “presiones políticas” y defienden el derecho de los artistas a expresarse sin ser censurados: “La libertad creativa está en el corazón de la música y no debe ser coaccionada por intereses ideológicos”.

Gaza en el trasfondo y el País Vasco como “inspiración”

El caso Kneecap se inscribe en un clima europeo de creciente tensión por la guerra en Gaza. Irlanda ha sido uno de los países más críticos con la política de Israel, al tiempo que ha reconocido formalmente al Estado palestino junto a Noruega y España. Hungría, en cambio, mantiene una política exterior alineada con el Gobierno de Benjamín Netanyahu.

En varias entrevistas recientes, los miembros de Kneecap han defendido su postura y han afirmado que no buscan agradar a todos los públicos. “Que nos cancelen todo lo que quieran si nos han pagado primero. Que les den”, dijeron en una declaración al diario británico The Guardian, añadiendo que su apoyo a Palestina es “coherente con su lucha contra el colonialismo británico en Irlanda del Norte”.

La semana pasada, en su participación en el festival Bilbao BBK Live, ondearon una ikurriña con el mensaje “gora Euskal Herria askatuta”, lo que ha provocado una oleada de indignación por un lado y de apoyo por otra. Lo primero que mostraron fue una serie de mensajes en la pantalla en los que se podía leer “Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino que está siendo permitido por los gobiernos occidentales. Más de 60.000 personas han sido asesinadas por Israel en 18 meses. Palestina libre”.

A mitad de concierto, Kneecap volvió a hacer un alegato en defensa de los idiomas vasco y catalán, así como del suyo, el irlandés, asegurando que el País Vasco y Cataluña siempre ha sido “una inspiración” para el pueblo irlandés y que siempre les han apoyado: “Crecimos aprendiendo del pueblo vasco, de la lucha vasca y del reto de salvar el euskera. Los irlandeses siempre se han sentido identificados y por eso apoyamos al pueblo palestino. Sabemos todo sobre colonización y lo que les pasa a los dictadores. Por alguna razón, después de muchos años de colonialismo en Irlanda, los irlandeses siguen equivocados, igual que los vascos, que los catalanes y está sucediendo ahora en Palestina. Pero sabemos la maldita verdad”.

Con la cuenta atrás para el festival en marcha, la polémica amenaza con ensombrecer un cartel que incluye a artistas como Sam Smith, Martin Garrix y Fred again. Para Kneecap, sin embargo, la controversia parece formar parte del escenario habitual. “No nos vamos a callar”, afirman. Con todos los ojos puestos sobre ellos, alegan que lo suyo es una sátira y que son víctimas de una maniobra de distracción.

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