‘Die My Love’: Jennifer Lawrence lo da todo, pero ¿para qué?

La actriz ha ofrecido interpretaciones maximalistas brillantes en el pasado, pero aquí ofrece tan solo un espectáculo exhibicionista en el lugar donde debería haber sustancia psicológica y emociona

Jennifer Lawrence en Die My Love - Cultura
Fotograma de 'Die My Love', la nueva cinta de Jennifer Lawrence.
MUBI

Sobre el papel, lo que propone Die My Love es infalible: está basada en Mátate, amor (2018), la aclamada novela de Ariana Harwicz sobre los impulsos salvajes de una madre que sufre depresión posparto; su directora es Lynne Ramsay, responsable de un puñado de películas hipnóticas –Ratcatcher (1999), Morvern Callar (2002), Tenemos que hablar de Kevin (2011) En realidad, nunca estuviste aquí (2017)— que retratan estados psicológicos extremos usando imágenes propias de sueños y pesadillas; y se sostiene sobre la interpretación de una actriz del calibre de Jennifer Lawrence, que además es su productora. En la práctica, sin embargo, el conjunto de ningún modo hace justicia a esos vistosos componentes.

La película contempla a una mujer llamada Grace (Lawrence) que, tras dar a luz a su primer hijo y mudarse de la ciudad hacia al área rural donde creció su marido, Jackson (Robert Pattinson), experimenta un colapso psicológico a causa de la maternidad, los deseos sexuales insatisfechos, la soledad, la frustración artística y quizá una enfermedad mental no diagnosticada. Para transmitir la sensación de que Grace está perdiendo contacto con la realidad, Ramsay hace uso de innumerables técnicas -diseño de sonido agresivo, saltos temporales bruscos, extrañas secuencias oníricas-, generalmente más eficaces que su abuso de metáforas obvias en forma de, por ejemplo, ratas que corretean y moscas que zumban. Aunque la escocesa nunca ha sido una cineasta sutil, su obra previa compensa esa carencia a base de valentía a la hora de adentrarse en lo oscuro. Die My Love se conforma con abrirse paso de forma ruidosa a través de su propia premisa, sin rumbo ni intención narrativa claros.

La película 'Die my love', protagonizada por Robert Pattinson y Jennifer Lawrence
La película ‘Die my love’, protagonizada por Robert Pattinson y Jennifer Lawrence

Grace desconfía de su pésimo marido, que prácticamente la abandona en cuanto tiene a su hijo y se siente tan poco culpable por sus infidelidades que deja envoltorios de preservativos a la vista como si fueran migas de pan. Grace fantasea con un motociclista enmascarado. Grace sabotea cualquier situación social que se le presenta. La película no desarrolla ninguna de estas premisas, solo da vueltas a su alrededor. Tal vez con ello intenta dejar claro que su heroína está atrapada en un bucle de angustia pero, en todo caso, la estrategia resulta en una ausencia de drama. En general, Ramsay ningunea las cuestiones prácticas y la cotidianidad de sus personajes, y no se molesta en sugerir qué ocurre más allá de su pequeño mundo ni, por supuesto, lo que ellos piensan al respecto. Grace y Jackson gritan mucho, pero a menudo no sabemos exactamente por qué; su relación carece de cualquier complejidad real. Asimismo, la película intenta convencernos de que Grace es una artista, de que está enamorada y de que su crisis es producto de su alienación respecto a estas cosas; en cambio, lo que acaba transmitiendo es que la mujer se ha vuelto loca… porque se ha vuelto loca. En lugar de plantear detalles médicos y formas de tratamiento, prefiere limitarse a usar la enfermedad de su protagonista como fuente de golpes de efecto, y como base de una visión más bien reduccionista de las frustraciones y subyugaciones que afectan a las mujeres.

La película 'Die my love', protagonizada por Robert Pattinson y Jennifer Lawrence
La película ‘Die my love’, protagonizada por Robert Pattinson y Jennifer Lawrence

Lawrence, eso sí, no deja que nada de eso le impida usar Die My Love como escaparate para su propio lucimiento. A lo largo de la película, la vemos arrastrarse por la hierba con un guepardo, ladrar ferozmente a un perro, arañar paredes hasta que le sangran las uñas, arrojarse contra una puerta de cristal, masturbarse con una mano mientras blande un cuchillo de cocina con la otra y arrancar un lavabo. La actriz ha ofrecido interpretaciones maximalistas brillantes en el pasado, en títulos como El lado bueno de las cosas (2012) y madre! (2017), pero aquí ofrece tan solo un espectáculo exhibicionista en el lugar donde debería haber sustancia psicológica y emocional. Grace no muestra conflictos interiores, ni el más mínimo espíritu de rebelión contra su condición. Se limita a sufrir un desequilibrio constante mientras el mundo que la rodea permanece completamente estático. Cuando su periplo concluye no hay indicio de que ni ella ni ningún otro personaje hayan avanzado. Die My Love termina donde empezó y, hasta entonces, no va a ninguna parte.

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