El escritor y periodista Juan del Val (Madrid, 1970) ha ganado el Premio Planeta 2025, según el fallo anunciado en la tradicional gala celebrada en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, a la que asistieron las principales autoridades políticas y culturales. El millón de euros que acompaña al galardón lo recibe “una figura consolidada de la comunicación y la literatura”, según el jurado, y es una persona además vinculada al propio Grupo Planeta.
Juan del Val se ha alzado con el premio con la novela Vera. Una historia de amor, escrita bajo el seudónimo de Elvira Torres, mientras que Ángela Banzas ha sido finalista con Cuando el viento hable, firmada bajo el seudónimo de Sofía García. La escritora gallega se ha convertido en una de las voces más sólidas de la nueva narrativa femenina en España.
El resultado ha generado un inevitable contraste: un hombre veterano, figura de la casa, se impone en un premio en el que cada año crece la presencia y la calidad de autoras españolas. En las quinielas sonaban varios nombres femeninos y, aunque el talento de escritoras jóvenes se refleja en las finalistas y en los miles de originales recibidos, el máximo galardón vuelve a manos masculinas.
Vera. Una historia de amor: la novela ganadora
Aunque el manuscrito se presentó bajo el seudónimo Elvira Torres, detrás está Juan del Val (Madrid, 1970), escritor, columnista, guionista y figura mediática del panorama español. Su trayectoria es larga y heterogénea: ha colaborado en radio, televisión y prensa, y como novelista ha explorado diversos registros —del urbanismo al retrato íntimo— en obras como Candela (Premio Primavera 2019) y Delparaíso (2021).

La novela Vera. Una historia de amor retoma los temas del deseo, la ruptura y la reconstrucción de uno mismo. Según la sinopsis oficial, la protagonista —Vera, una mujer de mediana edad de la alta sociedad sevillana— abandona un matrimonio vacío con el marqués de Villaecijilla para entregarse a una pasión con Antonio, más joven y de origen humilde. Esa relación será el crisol de su liberación personal y el espejo donde se revelarán las verdaderas facetas de su exmarido. En ese tránsito, la novela promete explorar el poder, la desigualdad social y los prejuicios que rodean la autonomía femenina.
Se trata de una novela contemporánea, ágil, que muestra una abierta crítica social y a la vez relata una revolución personal, siempre con toque de thriller. A la vez, muestra las contradicciones individuales entre deseo y realidad: el deseo de liberación personal a través de un mosaico de personajes diferentes. Vera está atrapada en un escenario lánguido, como ella reconoce. “Quizá debería haberle hecho sospechar la intuición de su padre, que aceptó al hombre elegido de su hija de la misma forma que se llevan con optimismo las tormentas”, leyó Luz Gabás, un fragmento de la novela finalmente ganadora.
Este retorno de Juan del Val a los grandes premios bajo un seudónimo femenino tiene ecos simbólicos: el uso deliberado del nombre Elvira Torres implica una apuesta por subvertir las convenciones del género literario y cuestionar cómo se lee una voz según el género del firmante… o puede implicar, precisamente, aprovecharse de un seudónimo femenino para hacerse un hueco en la nueva literatura femenina.

Del Val, con una dilatada trayectoria en medios como la Cadena SER, Antena 3 y Onda Cero, y actualmente colaborador del programa El Hormiguero, de ANtena 3 (que forma parte del grupo Atresmedia, del cual Planeta es accionista mayoritario) es también autor de novelas, relatos y ensayos. Su obra suele explorar la memoria histórica, los dilemas éticos y la ironía social, y ha publicado títulos como El hombre que contó las estrellas o La transición perpetua. Su nueva novela, presentada bajo seudónimo, se inscribe en la narrativa de gran alcance que caracteriza al Planeta, combinando intriga política y reflexión sobre el poder de la palabra.
El madrileño ha comenzado su discurso dando las gracias: “Esto es tan asombroso, es una cosa tan fantástica, que parece que sólo le puede pasar a los demás. Y mi vida es un poco eso: está llena de momentos maravillosos que parecían destinados a cualquier otro que no fuera yo. Verme aquí me parece casi un milagro, y recuerdo momentos en los que mi vida estaba condenada al fracaso: expulsado del sistema, fueron años en los que todo era polvo, hormigón, obras y tierra”.
“Ahora me veo aquí y es mi manera de comprender lo mejor que tiene la vida: ¡nunca se sabe! De lo inesperado va Vera, una historia de amor: amor interesado, una mujer que emprende un camino hacia la libertad y aprende a ser libre cuando pierde el miedo a equivocarse, y yo creo que en eso tiene que ver la libertad, en perder el miedo a equivocarnos”, ha añadido el escritor sobre la trama de su novela. “Una alta sociedad de Sevilla que a veces oprime, las calles de Madrid que conozco bien, una herida que no se puede curar, deseo e inmensas ganas de vivir… Pero no puedo resumir la novela, prefiero que me lea la gente, y cuanta más gente mejor. Por eso agradezco al Premio Planeta que convierta la literatura en un acontecimiento popular: se escribe para la gente, no para una supuesta élite intelectual. Considerar que comercial y calidad son opuestos es un error: de la gente vivimos los que estamos aquí, y todos deberíamos escribir para la gente. Los políticos también viven de la gente”.
“A escribir le debo todo lo que soy. Pero aquí es imposible llegar solo”, ha continuado, antes de dar las gracias a su editora, a sus hijos, a sus padres. “Tengamos la edad que tengamos, somos siempre un niño que quiere que sus padres estén orgullosos de él. Yo espero que hoy estéis un poco más orgullosos de mí, con los años que os he dado. Gracias papá por tu sentido del humor y tu ironía, que siempre tengo dentro; gracias mamá por enseñarme que pase lo que pase siempre hay esperanza”. Finalmente, ha dedicado este premio a su mujer, Nuria Roca: “Porque sin ti, esto sería imposible. Porque sin ti, nada tendría sentido. Llevo 30 años mirándote y siempre descubro la suerte que tengo. Eres mi vida. Te quiero”.

De hecho, con su mujer comenzó su carrera literaria. Desde que decidió escribir en solitario, Vera. Una historia de amor representaría la quinta novela de Juan del Val bajo su nombre independiente. Hasta entonces, buena parte de su obra literaria se había construido junto a Nuria Roca, con quien firmó títulos como Para Ana (de tu muerto) y Lo inevitable del amor. En 2017 dio el salto con Parece mentira, su primer libro en solitario, al que siguieron Candela —premiada con el Primavera— y Delparaíso, convertido en fenómeno editorial y objeto de adaptación televisiva. También ha publicado Bocabesada como continuación de su línea narrativa introspectiva.
Cuando el viento hable: la fuerza de la narrativa femenina
Como finalista, Cuando el viento hable —obra presentada bajo el nombre ficticio Sofía García y bajo el título El color de la lluvia— representa el contrapunto íntimo y poderoso al discurso de Vera. Detrás de ese nombre está Ángela Banzas, escritora gallega ya reconocida por novelas como El silencio de las olas o La conjura de la niebla. Licenciada en Ciencias Políticas y Administración por la Universidad de Santiago de Compostela, ha trabajado como consultora y combina su actividad profesional con su pasión por la escritura.
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La trama de Cuando el viento hable se sumerge en la herida del pasado rural gallego y los silencios familiares: Sofía, nacida en la posguerra y criada por sus abuelos, arrastra secretos y desaparecidos. Una extraña dolencia la conduce a un hospital donde se descubren experimentos ocultos con personas, así como la existencia de una hermana gemela perdida. Junto a Daniel, su aliado, emprende un rescate de memoria, verdad y esperanza. La novela mezcla lo íntimo con lo colectivo, la memoria personal con las sombras institucionales, y la identidad femenina con fuerzas históricas que trascienden generaciones.
La novela tiene además tintes góticos y mucho lirismo: es un drama histórico de la posguerra. Es una novela de pérdida y silencio, sobre la memoria familiar y colectiva, sobre una herida que se abre a la esperanza, sobre el miedo y la oscuridad, y la necesidad de tomar duras decisiones en el contexto histórico que a cada uno le toca vivir. Todo ello, “descrito con sensibilidad, con personajes sólidos y con una trama cargada de intriga”, en palabras de Luz Gabás.
En sus declaraciones anteriores, Ángela Banzas ha insistido en que su escritura lleva la “mirada gallega de serie”. Esa filiación literaria permite que sus escenarios (rías, leyendas, soledad y humedad) funcionen como personajes más, y que sus protagonistas femeninas (voces silenciosas, resilientes) asuman el centro de la narración.

La finalista, Ángela Banzas, representa la otra cara de la literatura española contemporánea: la de las autoras que se abren camino con propuestas de género y mirada propia. Tras formarse en Derecho y Comunicación, debutó en 2021 con El silencio de las olas, una novela de intriga que transcurre en Galicia y que conquistó a crítica y público por su estilo envolvente y su capacidad para mezclar secretos familiares, tradición y suspense. En 2023 publicó La conjura de la niebla, confirmando su lugar en el panorama literario con una voz que combina sensibilidad, tensión narrativa y una exploración de los vínculos femeninos en escenarios de misterio.
“Antes de nada ruego me disculpen si los nervios me traicionan esta noche y me roban alguna palabra, mi don más preciado”, comenzaba Ángela Banzas. “Es mi historia más especial: una novela muy íntima, y todo tiene su razón de ser en que parte de un recuerdo de infancia, uno de esos recuerdos que se prenden a la mirada y que al menos en mi caso puedo decir que han marcado mi forma de sentir y valorar la vida”. La abogada y comunicadora ha continuado profundizando en sus recuerdos: “Cuando yo era pequeña, a los 7 años, ingresé en el hospital, y en la cama de al lado había una niña parecida a mí y con un nombre también parecido al mío: Ángeles. Sobre ella pesaba un diagnóstico fatal, no iba a sobrevivir. Aquello me impactó enormemente, porque yo no entendía que un niño pudiera morir, algo que tampoco entiendo a día de hoy”.
“La suerte parecía jugar a los dados y una ganaba y otra perdía. En aquel momento yo había descubierto la magia de las letras, me encantaba leer y los cuentos; ayudaba a mi manera, yendo a la biblioteca y sacando cuentos para leérselos a ella. Era una niña prisionera en su propio cuerpo: pero aunque dejase de ver con estos ojos, seguía viendo con otros ojos, y ella podía ser desde una princesa a una guerrera que liberaba a un pueblo de un villano. Siempre sonreía, y eso me caló muy hondo”, ha relatado la finalista. “Subrayo desde aquí la importancia de las bibliotecas en los hospitales, porque sostienen cuando el corazón se apaga”.
Su protagonista, nacida en 1939, vive en la crudeza de una época, la de toda esa generación que tuvo mucho que bregar tras la Guerra Civil: “También hablo de la ternura inherente a la infancia. Sofía pasa también un tiempo en el hospital, y aprende a ver al semejante, porque pone el foco en la semejanza, algo que nos pasa a todos en los hospitales, donde parece que solo se habla la lengua del miedo, pero también la de la consolación, algo que tiende puentes”. Dentro de estas páginas también hay una bonita historia de amor, la primera que escribe la escritora gallega, que le ha dejado “una sensación muy cálida en el pecho”. En este mensaje de esperanza no podía faltar el amor: “Ha sido un recuerdo doloroso el que me ha traído aquí para que yo pueda engendrar lo que mañana, sin ninguna duda, será un recuerdo muy luminoso. ¿Cómo no tener esperanza?”, ha finalizado la originaria de Galicia.
Un premio en crecimiento
El presidente del Grupo Planeta, José Crehueras, destacó que la 74ª edición ha batido récords de participación con más de 1.300 manuscritos, “un reflejo del vigor de la literatura en español”. Luz Gabás, ganadora en 2023 y miembro del jurado, subrayó la pluralidad de los textos recibidos, con un notable peso de la novela histórica y fantástica, y con un protagonismo creciente de las autoras.
El Premio Planeta vuelve así a situarse en el centro del debate literario y mediático, confirmando su doble condición: escaparate de los grandes nombres y plataforma para nuevas voces. Este año, con Luis del Val como ganador y Ángela Banzas como finalista, se reabre también la conversación sobre la visibilidad femenina en las letras españolas. Una conversación necesaria en un país donde las mujeres son mayoría entre quienes leen y escriben, pero siguen sin ocupar de manera proporcional el primer lugar en los grandes galardones.