La precuela más esperada del año, ‘Outlander: Sangre de mi Sangre’ llega a España este sábado 9 de agosto a través de Movistar Plus+, y en Artículo14 hemos entrevistado a Hermione Corfield, la gran protagonista de esta nueva entrega que promete conquistar a los fans de la saga original.
La serie, creada por Matthew B. Roberts —productor y showrunner de la serie original—, nos transporta a dos épocas distintas: la Escocia del siglo XVIII y los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Corfield interpreta a Julia Moriston, madre de Claire, quien vivirá una intensa historia de amor con Henry Beauchamp (Jeremy Irvine), mientras ambos atraviesan los desafíos de la guerra… y del viaje en el tiempo.
Outlander: Blood of My Blood se adentra en las raíces del universo Outlander, explorando las historias de amor que dieron origen a Jamie y Claire, los icónicos protagonistas de la saga. Además de Julia y Henry, conoceremos el romance de Brian Fraser (Jamie Roy) y Ellen MacKenzie (Harriet Slater), padres de Jamie, en los majestuosos paisajes de las Highlands.
Con la autora Diana Gabaldon como productora consultora, una producción de alto nivel y un reparto estelar, esta precuela promete drama, pasión, viajes en el tiempo y conexiones que atraparán tanto a nuevos espectadores como a fans de toda la vida.
Hermione Corfield nos reveló todos los secretos detrás del rodaje, su preparación para interpretar a la madre de Claire y cómo fue filmar en la mágica Escocia.
-¿Qué sentiste al asumir el rol protagonista en esta precuela de una serie tan querida como Outlander?
-La verdad es que es un gran honor. Estás entrando en un universo bellamente detallado, muy querido por los fans, que ha sido un éxito durante más de diez años. Claro que hay presión por estar a la altura y también por darle una identidad propia a nuestra serie, pero, en general, lo que siento es mucha emoción.
-¿Cómo conseguiste conectar a tu personaje con el universo de Claire y Jamie sin caer en imitaciones?
-No hubo un momento específico de Claire y Jamie que me inspirara, pero al interpretar a la madre de Claire, Jeremy y yo hablamos sobre qué rasgos heredó Claire de ambos padres. Para mí, era importante no hacer una imitación del trabajo de Caitriona, sino encontrar la esencia de Claire y la de Julia, ver en qué se parecen y en qué se diferencian, y construir el personaje desde ahí. Claro que hay inspiración y homenaje, pero también es importante crear algo propio.
-Tu personaje proviene de un mundo moderno pero viaja al siglo XVIII. ¿Cómo interpretaste ese contraste en su conocimiento y comportamiento?
-Es un equilibrio complicado. Julia viene de un mundo moderno, está involucrada en el movimiento sufragista y trabaja en una oficina de redacción durante la Primera Guerra Mundial. De repente se encuentra en el 1700, y claro, no puede comportarse como lo haría en su época sin ponerse en peligro. Quise mostrar a una mujer inteligente, que entiende rápidamente el nivel de amenaza que implica hablar demasiado o actuar fuera de lo esperado en ese contexto. Ella aprende a responder con astucia dentro de las limitaciones de su entorno. Fue un reto lograr esa coherencia y evolución.
-¿Qué te atrajo de una mujer como Julia?
-Ya conocía Outlander, así que cuando me llamaron para un screen test, me emocioné mucho. Además, me llevé una grata sorpresa al enterarme de que Jeremy interpretaría a Henry, porque somos amigos desde hace diez años. Eso hizo que nuestra primera lectura fuera mucho más cómoda. Luego todo fue bastante rápido: hice la prueba, me dijeron que me iba a Escocia y leí los guiones en el avión.
-¿Recibiste algún consejo del elenco original de Outlander?
-Sí, conocí a Caitriona, Sam, Sophie y Richard. Todos fueron encantadores y muy acogedores. Caitriona me dio su número y me dijo: “Estoy aquí para lo que necesites”. Su consejo principal fue que disfrutara de cada etapa del proceso, desde Comic-Con hasta ver los carteles en Los Ángeles por primera vez. Me dijo que lo absorbiera todo, porque es una experiencia única.
-Sabemos que Escocia es bellísima. ¿Cuál fue la escena más difícil de rodar?
-Yo tuve varias escenas bajo la lluvia, pero hubo una en particular, en la que no estuve, que me dijeron que fue el peor clima en la historia de Outlander: el funeral. Pero, curiosamente, fue perfecto porque buscaban un día gris, sombrío, y eso le dio el tono justo a la escena. Lo complicado fue la logística: estábamos a horas del estudio, en pleno campo, con muchísimos extras. Pero el resultado fue espectacular.
-¿Tienes algún lugar favorito de Escocia para recomendar a quienes quieran vivir la magia en persona?
-¡Uf! Hay tantos. A mí me encanta Glasgow, mi hermana estudió allí, así que ya conocía bien la ciudad. Pero lo más impresionante es salir en coche y encontrar caminos escondidos para andar o nadar en un loch. En Londres no tenemos nada parecido, así que eso fue muy especial para mí.
-¿Cómo fue la relación con tus compañeros de elenco fuera del set?
-Nos adoramos. De verdad. Cuando me preguntaste antes qué era lo mejor de filmar en Escocia, casi digo “las personas”, porque hemos formado un grupo increíble. Todos vivimos en distintos puntos de la ciudad, pero siempre buscamos tiempo para salir a cenar o pasar el fin de semana juntos. Hay mucha química y mucha armonía, aunque somos todos muy diferentes.
-Mencionaste que conoces a Jeremy desde hace años. ¿Habían trabajado juntos antes?
-Sí, hicimos una película juntos hace diez años en Budapest. Nos conocimos ahí, nos hicimos amigos y hemos mantenido la amistad desde entonces.
-La serie se caracteriza por su vestuario. ¿Cómo te ayudaron los trajes a construir a una mujer tan sorprendente?
-Trisha, nuestra diseñadora de vestuario, tiene un ojo increíble para los detalles. Cada vez que iba a una prueba había un nuevo abrigo hecho a mano con unas telas preciosas. Los trajes del siglo XVIII son muy estructurados, con corsés y telas pesadas, lo cual cambia totalmente tu postura y movimiento. Pasar de los años 20, donde todo es más suelto, a los vestidos ajustados del 1700 definitivamente me ayudó a meterme en el papel.