Durante su reciente visita privada de cuatro días a Reino Unido, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no escatimó en halagos hacia Victoria Starmer, esposa del primer ministro británico, Keir Starmer. En una escena insólita en el complejo de golf Trump Turnberry, en Escocia, el mandatario estadounidense se convirtió en el anfitrión de una reunión que, en circunstancias habituales, habría sido encabezada por el primer ministro local.
En un gesto que llamó la atención es la manera en la que Trump se mostró particularmente efusivo en sus comentarios hacia la primera dama. “Es una persona respetada en todo Estados Unidos. No sé qué hace, pero ella es muy respetada, tan respetada como él,” declaró el presidente en una improvisada rueda de prensa a la entrada del club de golf, mientras de fondo sonaban gaitas escocesas. Añadió: “No quiero decir más, me meteré en problemas. Pero es una gran mujer y muy respetada.”
'I don't want to say more, I'll get myself in trouble.'
Donald Trump heaped praise on Keir Starmer's wife, Lady Victoria Starmer, during talks at his Turnberry golf club. pic.twitter.com/uwSmjlZb1Q
— LBC (@LBC) July 28, 2025
“Es una mujer hermosa y genial“
Lady Starmer, visiblemente sorprendida, acompañó a su esposo al evento tras haber asistido la noche anterior a la final del Campeonato Europeo Femenino en Suiza. Esta no fue la primera ocasión en que Trump dirigió elogios a la primera dama británica. En febrero, durante una visita oficial de Starmer a la Casa Blanca, el presidente ya había manifestado: “Debo decir que es una mujer hermosa y genial“. A lo que el primer ministro respondió con un escueto: “Estoy de acuerdo”. Trump concluyó entonces: “Él tiene mucha suerte”.
La calidez de las palabras del presidente estadounidense contrasta con la habitual formalidad que suele caracterizar este tipo de encuentros diplomáticos. Su entusiasmo por Victoria Starmer ha generado interpretaciones diversas, desde quienes lo consideran una táctica política para fortalecer vínculos con Reino Unido, hasta quienes lo ven como una estrategia mediática más dentro del estilo que caracteriza a Trump.

“Queremos contentar al primer ministro”
Más allá de los gestos y las declaraciones personales, la visita tuvo un trasfondo político relevante. Trump y Starmer discutieron temas clave como el comercio bilateral y la crisis humanitaria en Gaza. En materia comercial, Trump reiteró su apoyo al primer ministro británico: “Se hizo el acuerdo comercial con el Reino Unido, el primer ministro hizo un gran trabajo”, subrayó. “Sabes, estuvieron intentando cerrar ese trato durante 12 años y lo logró“.
Respecto a la posibilidad de reducir los aranceles del 10% sobre productos británicos, Trump respondió: “Vamos a revisarlo… queremos contentar al primer ministro“. El presidente también destacó el valor estratégico del acuerdo comercial firmado previamente entre ambas naciones, especialmente en sectores como el automotriz, aeroespacial y agrícola.

“Esos niños parecen tener mucha hambre”
En cuanto a la situación en Gaza, Trump reconoció la gravedad del conflicto y la necesidad de un alto el fuego. “No lo sé. O sea, basándome en la televisión, diría que no, sobre todo porque esos niños parecen tener mucha hambre“, afirmó, al ser cuestionado sobre las declaraciones de Netanyahu que negaban la existencia de hambruna en el territorio. “Pero estamos dando mucho dinero y mucha comida, y otras naciones ahora están dando un paso al frente”, agregó.
En otro frente, el mandatario también aprovechó para expresar su apoyo a las políticas migratorias estrictas: “Esta es una parte magnífica del mundo y no puedes arruinarla; no puedes permitir que la gente venga aquí ilegalmente“. Según Trump, Europa se enfrenta a una transformación alarmante debido a la inmigración no controlada: “Te los envían a ti y nos los envían a nosotros y tienes que detenerlos y tengo entendido que has adoptado una postura muy firme sobre la inmigración”.

“Nuestra relación es incomparable”
Mientras tanto, el regreso oficial de Trump a Reino Unido está previsto para septiembre, cuando se espera que realice una visita de Estado acompañado por su esposa, Melania Trump, como invitados del rey Carlos III en el Castillo de Windsor.
Más allá de los halagos personales, el encuentro en Turnberry consolidó el acercamiento diplomático entre dos líderes que, pese a sus diferencias ideológicas, han encontrado un terreno común tanto en lo personal como en lo político. Como dijo Trump, “nuestra relación es incomparable, pero se estrecha aún más cuando se logra un buen acuerdo comercial”.