En el Festival de Cine de Nueva York, Julia Roberts presentó After the Hunt, el nuevo thriller psicológico dirigido por Luca Guadagnino, en el que comparte pantalla con Ayo Edebiri, Andrew Garfield y Chloë Sevigny. La cinta explora los límites de la moralidad en el mundo académico, desde un punto de vista elitista y masculino que ha despertado intensos debates por su retrato de las relaciones de autoridad y sus ecos del movimiento #MeToo.
Tras su paso por Venecia y Nueva York, After the Hunt llega a los cines de toda España convertido en uno de los títulos más comentados del año. Algunos ven en su trama un espejo incómodo de los dilemas morales del presente; otros, un desafío a las narrativas más rígidas del feminismo contemporáneo. Su protagonista, Roberts, prefiere pensar que el debate incómodo es el verdadero triunfo de la película. “No estamos aquí para dictar lo que la gente debe pensar, sino para compartir una historia y dejar que las conversaciones fluyan. Si la película genera diálogo, entonces el cine sigue vivo”, concluye con una sonrisa serena la ganadora del Oscar con quien hablamos en Nueva York sobre su controvertido último trabajo.
Tu personaje, Alma, es una profesora universitaria atrapada entre la lealtad y la culpa. ¿Qué te atrajo de este papel?
Alma me resultaba completamente ajena y complicada. Para mí ha sido un desafío enorme. Este papel me asustó, y eso fue precisamente lo que me impulsó a hacerlo. Luca (Guadagnino) me dio una sensación de libertad increíble. Me hizo emocionarme ante la posibilidad de tener libertad a la hora de representar este retrato porque me hizo sentir que estaba profundamente apoyada. Creyó en mí incluso antes de que yo entendiera todo lo que íbamos a hacer.