Hablar de Martin Scorsese es hablar de uno de los grandes referentes de la historia del séptimo arte. El director neoyorquino comenzó su carrera a finales de los años sesenta con y, desde entonces, ha construido una de las filmografías más influyentes de todos los tiempos. Películas como Toro salvaje (1980), Uno de los nuestros (1990), Casino (1995), El aviador (2004) o El lobo de Wall Street (2013) lo han consolidado como un autor imprescindible. Uno de los mejores de toda la historia.
A lo largo de su trayectoria, Martin Scorsese ha recibido con frecuencia la pregunta de cuáles considera las mejores películas de la historia. Aunque él mismo ha reconocido que no le gustan demasiado las listas cerradas, en distintas ocasiones ha revelado qué obras han marcado su vida como espectador y cineasta.
Sus primeras elecciones
En una de esas listas, elaborada para Criterion Collection, Martin Scorsese colocó en lo más alto a Paisà (1946), dirigida por Roberto Rossellini. El filme, que pertenece al neorrealismo italiano, dejó una huella imborrable en el director cuando lo vio en su infancia. Las escenas de la posguerra, crudas y poéticas, fueron una de sus primeras experiencias cinematográficas transformadoras.
Sin embargo, el propio Martin Scorsese ha matizado que su ranking personal puede variar según el contexto. Por eso, cuando participó en la encuesta de Sight and Sound, sus elecciones cambiaron y sorprendieron a muchos.
La pasión de Martin Scorsese con Stanley Kubrick
En esta nueva lista, Martin Scorsese optó por un criterio más “objetivo”, seleccionando las películas que considera fundamentales en la historia del cine. Allí incluyó títulos como la mencionada Paisà, Los zapatos rojos (1948), 8 y ½ (1963) o El gatopardo (1963). Pero el primer puesto se lo llevó una obra de ciencia ficción: 2001: Una odisea en el espacio (1968), de Stanley Kubrick.
Para Martin Scorsese, esta película no solo representa un logro técnico y narrativo, sino también un punto de inflexión cultural. La cinta recorre el pasado y el futuro de la humanidad a través de imágenes deslumbrantes y un lenguaje visual revolucionario. En la encuesta de Sight and Sound, 2001 ocupó el sexto lugar entre las mejores películas de la historia, pero para Scorsese merecía el primer puesto.

Además de su reconocimiento a Kubrick, Martin Scorsese incluyó en su selección clásicos indiscutibles como Vértigo (1958), de Alfred Hitchcock, y Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles. Curiosamente, estas elecciones coincidieron con muchos críticos y directores que ven en esas obras pilares indestructibles del séptimo arte.
En la misma encuesta de Sight and Sound, la ganadora absoluta fue Jeanne Dielman (1975), de Chantal Akerman, considerada por primera vez como la mejor película de la historia por la crítica especializada.