Mujeres que animan el futuro

En el Festival Internacional de Animación, Efectos Visuales y Videojuegos Animayo, las protagonistas son ellas: las mujeres que han creado los mundos que hoy pueblan nuestra memoria colectiva

El cine ya no se entiende sin la animación. Lo que en sus orígenes parecía un terreno exclusivo de la fantasía infantil, se ha convertido en una expresión artística compleja, poderosa y diversa. Y, aunque durante décadas estuvo dominado por hombres, la animación también tiene rostro de mujer. En la vigésima edición del Festival Internacional de Animación, Efectos Visuales y Videojuegos Animayo Gran Canaria, celebrado del 7 al 10 de mayo en Las Palmas de Gran Canaria, las protagonistas han sido, sin duda, ellas: las mujeres que han dibujado, coloreado, dirigido y soñado los mundos que hoy pueblan nuestra memoria colectiva.

Animayo, dirigido por Damián Perea, ha crecido hasta convertirse en una referencia mundial. No es solo el primer y único festival español calificador para los Premios Óscar en dos categorías, sino también un espacio donde la creatividad se celebra con mayúsculas y donde este año se ha puesto en valor, como nunca antes, la visión femenina en la animación.

Inauguración de la 20 edición del festival de animación Animayo, que este año incluye el estreno en Europa de ‘Whimsy & Wonder’, la exposición de Disney que rinde homenaje a sus mujeres animadoras.
EFE/Ángel Medina G.

Este 2025, Animayo ha sido escenario del estreno mundial de la exposición ‘Whimsy & Wonder’ (“Encanto y Maravilla”), una muestra inédita de Walt Disney Animation Studios que rinde homenaje a las mujeres artistas que han dado forma, color y alma a más de un siglo de narrativa visual en Disney. Un recorrido artístico y emocional por el trabajo de siete creadoras excepcionales, desde la pionera Mary Blair hasta las voces contemporáneas detrás de títulos como Frozen, Encanto, Moana, Wish y Zootrópolis.

Mary Blair: la pionera olvidada

Toda revolución tiene su origen, y en este caso se llama Mary Blair. Su nombre aún no resuena como debería fuera del ámbito artístico, pero su influencia es incuestionable. En los años 40 y 50, Blair transformó el estilo visual de Disney con una paleta atrevida, moderna y profundamente emocional. Fue ella quien definió el ambiente estético de clásicos como Cenicienta, La bella durmiente o Alicia en el país de las maravillas. Su visión se adelantó décadas a su tiempo, y, sin embargo, fue relegada al margen, como tantas mujeres en la historia del arte.

Mary Blair.

Hoy, en esta exposición sin precedentes, su legado se reconoce como el pilar sobre el que otras mujeres han construido universos igualmente mágicos. Para muchas de las artistas actuales, Mary Blair no solo es una inspiración, sino una referencia emocional y profesional que las conecta con una tradición femenina de la animación que apenas empieza a recuperar su lugar.

Lorelay Bové: la herencia latina dentro de Disney

Entre las artistas contemporáneas homenajeadas destaca Lorelay Bové, de origen andorrano-español. Hija del pintor Quinn Bové, Lorelay lleva 18 años trabajando en Disney, y su impronta está presente en películas que han marcado una generación: La Princesa y el Sapo, Big Hero 6, Zootrópolis, Encanto… En esta última fue diseñadora de producción asociada, cargo que conlleva la enorme responsabilidad de definir el estilo visual general de una película.

En una entrevista exclusiva con Articulo14, Bové explicó con emoción y claridad cómo ha vivido la transformación de un estudio donde, durante décadas, las decisiones creativas estaban casi exclusivamente en manos masculinas. “Las mujeres estamos conquistando un espacio que antes estaba completamente ocupado por hombres”, afirmó. Y no es una afirmación vacía. Su presencia en este festival no solo da visibilidad a su carrera, sino que inspira a muchas jóvenes asistentes que sueñan con dibujar su propio camino en la animación.

“El movimiento MeToo ha tenido una gran influencia en las princesas que representamos en el cine de animación”, señala Lorelay Bové. Y no es para menos. A partir de movimientos sociales globales, Disney y otros estudios comenzaron a revisar la representación de género en sus obras. Las princesas ya no solo esperan ser rescatadas; ahora lideran, salvan, deciden. Los vestidos de Cenicienta reflejaban la estética de los años 50, pero Encanto o Moana se han vestido con la identidad cultural, política y social de nuestro presente.

Una de las reflexiones más valiosas que deja la exposición ‘Whimsy & Wonder’ tiene que ver con la sensibilidad estética y narrativa que las mujeres han traído al cine animado. “Lejos de reproducir estereotipos, estas artistas han impulsado cambios profundos en la representación de los personajes femeninos, en las dinámicas familiares, en la diversidad cultural y en la forma de contar historias desde perspectivas más amplias y humanas” explica Lorelay.

Lisa Keene, por ejemplo, fue diseñadora de producción en Frozen y Wish, pero también trabajó en clásicos como El Rey León y La Bella y la Bestia. Su trabajo conecta generaciones, y demuestra cómo el arte visual es un lenguaje que evoluciona pero mantiene raíces profundas.

Brittney Lee, famosa por el diseño del vestuario de Elsa en Frozen y la creación del icónico palacio de hielo, trajo al universo Disney una visión delicada y expresiva que ha calado en millones de espectadores. Sus diseños no son meramente estéticos; son narrativos. Cada vestido, cada textura, cuenta una historia.

Griselda Sastrawinata-Lemay, Josie Trinidad y Fawn Veerasunthorn completan esta constelación de talento femenino, habiendo contribuido de forma esencial a películas como Raya y el Último Dragón, Zootopia, Moana y Wish. Cada una de ellas representa una faceta distinta de la animación: desde el diseño visual hasta la dirección y la narrativa. La animación, como cualquier forma de arte, es también reflejo de la sociedad. Y gracias a estas artistas, ese espejo empieza a reflejar con mayor fidelidad la diversidad y complejidad de las mujeres del siglo XXI.

Un festival con impacto real

La exposición Whimsy & Wonder, ubicada en el Centro de Iniciativas de La Caja de Canarias (CICCA), podrá visitarse hasta el 23 de mayo y es gratuita para todos los públicos. El impacto que tiene en niñas y jóvenes que la visitan es innegable. “Sin duda, será una inspiración para muchas de las niñas que asistan al festival”, afirmó Damián Perea, orgulloso de traer por primera vez a Europa esta joya visual y emocional. Y no es casual que sea en Canarias, una tierra de mezcla y creatividad, donde se celebre este homenaje. Gran Canaria, con Animayo, se ha consolidado como un punto de referencia internacional para la animación, y ha contribuido a dar visibilidad a la riqueza de talento que muchas veces trabaja en la sombra.

Inauguración de la 20 edición del festival de animación Animayo.
EFE/Ángel Medina G.

El futuro es femenino (y animado)

Desde una perspectiva como mujer periodista, cubrir este evento ha sido una experiencia profundamente inspiradora. No solo por la calidad artística de lo expuesto, sino por la reivindicación que supone. Durante décadas, las mujeres en la animación han estado invisibilizadas, relegadas a tareas menores o incluso borradas de los créditos. Hoy, eso está cambiando.

Ver a niñas observando con asombro los diseños de Elsa, entendiendo que detrás de cada vestido, cada paisaje, cada historia, hay una mujer que soñó, luchó y creó, es una imagen que vale más que mil palabras. El futuro de la animación, como el del periodismo, será más justo, diverso y femenino si seguimos apostando por visibilizar a quienes siempre han estado ahí, trabajando con pasión y talento.

Y mientras el cine siga contando historias que nos emocionen, que nos hagan pensar y que nos unan, será gracias, en gran parte, a esas mujeres que dibujan mundos posibles con cada trazo.

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