El proyecto del Barça atraviesa una encrucijada. Tras varias temporadas de dominio, el equipo afronta cierto ajuste que amenaza su competitividad.
El Fair Play Financiero, los problemas de inscripción del primer equipo masculino y el recorte de masa salarial han dejado a Pere Romeu con una plantilla corta. Hoy el primer equipo cuenta con 17 futbolistas para un calendario sin tregua.
La austeridad se ha traducido en un mercado plano. La única incorporación del verano ha sido Laia Aleixandri, llegada como agente libre.
Plantilla corta
Por el lado de las salidas, hay abundancia: Fridolina Rolfö, Ellie Roebuck y Jana Fernández (a falta de confirmación) se desvincularon del club, mientras que Ingrid Engen terminó su contrato y firmó con el Lyon.
En enero, además, el club traspasó a Keira Walsh por 500.000 euros, una operación que alivió las cuentas pero restó jerarquía en la medular.
El apretón financiero no afecta solo al femenino. La necesidad de cuadrar el límite salarial ha golpeado a otras secciones: el equipo de fútbol sala perdió a Dyego y tanto el baloncesto como el balonmano han asumido recortes.
El matiz es relevante: el femenino era una de las pocas áreas sostenibles, pero su presupuesto computa en el marco global y también debe ajustarse.
La hoja de ruta prioriza recortar costos y ordenar el vestuario con vistas al próximo verano. El club no descarta escuchar ofertas por jugadoras que acaban contrato y mantienen valor de mercado, como Salma Paralluelo o Mapi León, si ayuda a cuadrar números.
A medio plazo, la tarea es blindar a un núcleo que termina contrato en 2026: Alexia Putellas, Ona Batlle, Caroline Graham Hansen, Claudia Pina y Cata Coll, además de Marta Torrejón y Corrales.
Confianza en las más jóvenes
El filial aportará de forma estable a Corrales y Schertenleib para completar el día a día. También salieron canteranas como Martina (cedida al Everton) y Bruna Vilamala (América mexicano), además de Pujols y Caño, esta última con cesión de seis meses. Desde el póquer se cuentan doce bajas y hoy quedan quince campeonas.
Hace dos cursos, el Barça firmó un póquer histórico —Liga, Supercopa, Copa de la Reina y Champions— con una plantilla considerada la mejor del continente.
Desde entonces, doce futbolistas han hecho las maletas: Sandra Paños, Jana Fernández, Lucy Bronze, Martina Fernández, Bruna Vilamala, Keira Walsh, Ingrid Engen, Emma Bartel, Mariona Caldentey, Fridolina Rolfö, Aria Arias y la canterana Pujols. La marcha de Jonatan Giráldez, técnico del ciclo de oro, completó el fin del proyecto.
En lo deportivo, Romeu deberá apoyarse más que nunca en la base. El plan pasa por subir de manera estable a jóvenes como Corrales y Schertenleib para completar convocatorias, sostener la competitividad en Liga F y mantener el pulso en Europa mientras llegan refuerzos sostenibles.
Las líderes actuales
La responsabilidad de líderes como Aitana Bonmatí, Patri Guijarro, Alexia Putellas o Graham Hansen será doble: rendir al máximo sobre el césped y ejercer de ancla emocional en un vestuario que ha vivido una desbandada inusual.
El ambicioso proyecto azulgrana no está sentenciado, pero sí en fase crítica. Si la dirección deportiva logra cerrar renovaciones clave, sostener el rendimiento y recomponer el equilibrio económico, el Barça continuará en la élite.
De lo contrario, el modelo que deslumbró al continente corre el riesgo de diluirse antes de tiempo, actualmente es víctima de una realidad contable que no distingue entre secciones y que obliga a tomar decisiones impopulares para asegurar un buen futuro a largo plazo.