Cata Coll niega el cambio de botella que acusa Hannah Hampton

La portera de la selección española desmintió a Hannah Hampton y negó el supuesto “truco de la botella” en la tanda de penaltis de la Eurocopa

Euro
La portera de la selección española, Cata Coll

La guardameta de la selección española, Cata Coll, ha salido al paso de las declaraciones de la portera inglesa Hannah Hampton sobre un supuesto ardid durante la tanda de penaltis de la final de la Eurocopa femenina.

Con un mensaje tan irónico como contundente en sus redes sociales —“Okey okey, calma calma. Al menos si fuera cierto…”—, Coll desactivó la versión de Hampton, que había asegurado que arrojó a la grada la botella de la española porque contenía anotaciones sobre las lanzadoras inglesas.

La polémica estalló a partir de una entrevista de Hampton en la que relató que, al darse cuenta de que la otra portera usaba una botella con la lista de lanzadoras inglesas, le sustituyó la botella y se deshizo de la que tenía notas, para quitarle ventaja.

La guardameta inglesa explicó que sus propios apuntes los llevaba pegados en el brazo para evitar ese tipo de contingencias.

Triunfo inglés en la tanda de penalties

La versión se viralizó de inmediato y generó un intenso debate sobre los límites del juego psicológico en el fútbol de élite.

Más allá del cruce de versiones, el partido terminó con Inglaterra revalidando el título continental tras imponerse a España en la tanda (3-1) y coronandose campeona en Suiza.

En ese dramático desenlace, Hampton detuvo dos ejecuciones españolas y Coll respondió con dos paradas a los lanzamientos de Beth Mead y Leah Williamson, en una secuencia que elevó la tensión y la épica del encuentro.

Sin pruebas concluyentes

El desmentido público de Coll introduce matices relevantes en la historia. No solo negó que la escena ocurriera tal y como la narró Hampton, sino que lo hizo apelando a la calma y restándole dramatismo al episodio, como quien clausura un rumor antes de que avance.

Sin imágenes concluyentes que respalden el intercambio de botellas durante la tanda, el caso queda por ahora en el terreno de las percepciones: el relato de una protagonista frente a la corrección de la otra.

El uso de notas para penaltis —en botellas, toallas o brazaletes— se ha normalizado en el fútbol moderno.

Entrenadores y cuerpos de análisis preparan matrices de tendencias y perfiles de lanzadoras, y las guardametas deciden cómo portar esa información para consultarla en segundos.

Juegos mentales

Hampton definió como una maniobra astuta y simple ha sido interpretado por parte del público como una forma de juegos mentales dentro de los márgenes del reglamento; por otro lado, hay quien entiende que, de haberse producido, cruzaría una línea ética al interferir directamente con el material de trabajo del rival.

También es significativo que, pese a la supuesta pérdida de referencias, Coll detuviera dos penaltis a las campeonas, prueba de que la preparación no lo es todo cuando se decide un título desde los once metros.

La portera española ya había mostrado temple durante el torneo, y su intervención en la final confirmó que, incluso sin chuleta, la lectura de las ejecutantes, el tiempo de reacción y el instinto siguen pesando tanto como cualquier apunte.

Con el verano todavía caliente y el debate en plena hervor, el desenlace mediático queda abierto. Si no aparecen nuevas evidencias, el episodio se recordará como una anécdota de una final trepidante: una campeona que presume de picardía y una rival que le baja el volumen con un desmentido seco.