Cristiana Girelli volvió a enseñarle al fútbol europeo por qué su nombre sigue siendo sinónimo de élite. A sus 34 años, la delantera italiana firmó un doblete decisivo en la victoria de la Juventus frente al St. Pölten, un encuentro que no solo evidenció su talento eternamente vigente, sino también la enorme influencia que sigue ejerciendo en el fútbol femenino continental. Su actuación no fue un destello aislado, sino un reflejo de la constancia que ha marcado toda su trayectoria.
La figura de Cristiana Girelli no puede comprenderse únicamente a través de sus goles, por muchos que sean. Sino en el legado que ha construido a nivel colectivo. Desde su debut profesional ha dejado huella en todos los clubes por los que ha pasado, consolidándose primero en el Brescia. Posteriormente en el Verona y, finalmente, en la Juventus, donde se convirtió en un símbolo indiscutible desde su llegada. Con la camiseta bianconera ha sido protagonista de una era dorada que ha llevado al club a consolidarse como la principal potencia del fútbol femenino italiano y a competir con ambición en Europa. Girelli no solo marca, sino que lidera: organiza, habla, corrige, guía y transmite una cultura ganadora que la Juventus ha sabido absorber desde el primer día.
Un impacto que va mucho más allá de los goles
Su trayectoria con la selección italiana merece un capítulo propio, porque pocas futbolistas han representado a la azzurra con tanta continuidad, valentía y eficacia. Girelli es máxima goleadora histórica de Italia, un registro que refleja tanto su talento como su longevidad. Fue pieza fundamental en momentos clave del reciente resurgir del fútbol femenino italiano, especialmente en el Mundial de 2019, donde su hat-trick ante Jamaica se convirtió en una de las imágenes más icónicas del torneo. A lo largo de los años, ha sido una referencia moral y deportiva para las generaciones más jóvenes, que la ven como el ejemplo perfecto de profesionalidad, disciplina y pasión por el fútbol.
El contexto del partido ante el St. Pölten reforzó todavía más la dimensión de su doblete. La Juventus necesitaba una victoria para mantener sus aspiraciones europeas y para recuperar sensaciones tras semanas de irregularidad. En ese tipo de situaciones, en las que los equipos requieren temple y jerarquía, aparece siempre la mejor versión de Girelli. Su presencia en el campo cambia la forma en que el equipo juega. Permite asociarse en corto, estira la defensa rival, fija centrales y genera espacios para las extremos. Incluso cuando no marca, su influencia es descomunal. Pero cuando marca, como ocurrió en esta ocasión, el efecto es todavía mayor: transmite seguridad, empuja al equipo hacia adelante y demuestra que todavía es capaz de decidir encuentros con una naturalidad casi insultante.
Una carrera que trasciende generaciones
El paso del tiempo ha reforzado una sensación que hoy parece indiscutible. Cristiana Girelli es una de las futbolistas más importantes de la historia del fútbol italiano. Ha desafiado estereotipos, ha sobrevivido a generaciones enteras y ha mantenido una vigencia extraordinaria en un deporte cada vez más físico, rápido y competitivo. Lejos de perder protagonismo, parece haber encontrado un equilibrio perfecto entre experiencia y rendimiento. Mantiene la potencia para imponerse en el área, la astucia para anticiparse a las defensas y la serenidad para ejecutar sin precipitación. Su carrera es un testimonio de perseverancia y evolución constante.
El doblete ante el St. Pölten no es solo una página más en su extenso libro de logros. Es un recordatorio de que Girelli sigue siendo una futbolista incomparable, capaz de sostener a su equipo en los momentos críticos y de regalar actuaciones que reafirman su condición de leyenda viva. Su papel en la Juventus sigue siendo piedra angular, y su presencia en el fútbol europeo continúa siendo un motivo de admiración. Si algo demostró el partido es que Cristiana Girelli no está simplemente alargando su carrera. Está ampliando su legado, gol a gol, con la misma determinación de siempre.