María Pérez se ha subido de nuevo a un podio global en la madrugada de hoy en Tokio, donde disputó la final de 35 kilómetros marcha del Mundial 2025. La andaluza refrenda así un ciclo competitivo sobresaliente tras su curso olímpico estelar en París, donde conquistó el oro en el relevo mixto y la plata en los 20km.
La credibilidad de una campeona vigente
Pérez se presentaba en Tokio con la etiqueta de favorita por derecho propio: es campeona del mundo y plusmarquista de 35km (2:37:15) marcas que firmó en 2023 y que han elevado el estándar de la especialidad.

Durante 2025, además, llegó con victorias de peso en el calendario europeo que avalaban su estado de forma. Su reto en Japón era doble: defender la corona y manejar un escenario de grandes rivales. El reto se saldó con premio y continuidad en la hegemonía española de la marcha.
El impulso de París 2024: oro y plata
La medalla de hoy se entiende mejor a la luz de lo conseguido el verano pasado. En París 2024, la granadina lideró junto a Álvaro Martín a la Selección Española hacia un oro histórico en el maratón de marcha por relevos mixtos, el estreno olímpico de la modalidad.

Además de ello, días antes, había logrado la plata en los 20km, confirmando una madurez competitiva que hoy volvió a emerger en Tokio. Aquella doble medalla fue el punto de inflexión de un año que transformó su palmarés y reforzó su autoridad.
Su gran estado de forma
La confianza no era una pose. “Llego a los Mundiales en un buen momento, incluso mejor que en los Juegos”, declaró Pérez en la previa, subrayando sensaciones afinadas y un proceso de preparación pulcro en técnica y ritmos.
El mensaje se repitió en otras entrevistas, donde situó a Antonella Palmisano y a varias marchadoras chinas entre las rivales más duras. Desde luego, un mapa competitivo que la española conoce y maneja con oficio. En Tokio, ese plan mental y físico se tradujo en control de parciales y temple en los momentos calientes de la prueba.
Un legado que crece y una referencia para la marcha
La nueva medalla consolida a María Pérez como referente del atletismo español y mundial. No es solo una suma de títulos: es la forma de competir, la consistencia y la capacidad de rehacerse. De Budapest 2023 a París 2024 y ahora Tokio 2025, su trayectoria ha tejido una narrativa de excelencia sostenida que inspira a nuevas generaciones y fortalece la visibilidad del deporte femenino.
En este sentido, cada presencia suya en un gran campeonato trae consigo una reivindicación: la de una disciplina con tradición en España y una honrada de atletas que empujan el listón cada temporada.
Un cierre a la altura de la temporada
Con la presea de hoy, María completa la transición de aspirante a referente estructural de la marcha. Su ciclo reciente (doblete olímpico y defensa del trono mundial) dibuja una deportista en plenitud que crece sin renunciar a la autocrítica y a la mejora técnica.
“Llego en el mejor estado posible” dijo en la víspera. Y el podio de Tokio confirma que no era un eslogan, sino la consecuencia de un proyecto deportivo serio y sostenido en el tiempo. Ahora, con la temporada encarrilada y un horizonte con más objetivos, la campeona reitera su mensaje: trabajo, calma y ambición.