Porque sí, el mercado lleva años subiendo. El S&P 500, el Ibex 35, las criptomonedas, el oro. Parece que todos hacen dinero menos uno. En TikTok, en YouTube, en foros y hasta en el grupo de WhatsApp del trabajo, no faltan los nuevos gurús de la inversión exprés. Y claro, ante tanto supuesto éxito, la tentación de lanzarse sin red es fuerte. Pero algunos consejos, por más virales que parezcan, pueden ser la vía directa a la ruina financiera. Si alguien, por esas cosas de la vida, desea hundirse del todo en la bolsa, que al menos lo haga con método. Esta es la guía definitiva, paso a paso, para estrellarse con elegancia.
Paso 1: invertir sin entender
El primer paso, y quizás el más importante, es invertir sin tener ni idea de en qué se está poniendo el dinero. Nada como confiar en algo que sale en un vídeo con muchos likes. Tiene que ser bueno. Una criptomoneda que promete revolucionar el mundo, una empresa con un nombre técnico y futurista, o una startup recién salida de la nada. No es necesario saber qué hacen ni cómo ganan dinero. Basta con que alguien en redes lo haya mencionado con entusiasmo. Solo importa que otros digan que ya han ganado con ella.
Para maximizar el efecto, lo mejor es apostar todo a esa única opción. Como diría Warren Buffett, mejor evitar tu “círculo de competencia” y lanzarte de lleno a lo desconocido.
Paso 2: seguir al rebaño
Una vez cumplido el primer paso, llega el turno de seguir a la manada. Si muchos compran, será por algo ¿no? Lo más sensato sería detenerse a analizar, pero eso arruina el espíritu del experimento. Así que lo recomendable es subirse a todas las modas bursátiles que circulan por redes. Que se habla de computación cuántica, robótica o blockchain, se compra. Que GameStop está de vuelta, también.
La lógica es sencilla: si está de moda, hay que entrar sin pensarlo. Charles Schwab, en su análisis sobre sesgos conductuales, lo llama “sesgo de rebaño” y lo califica como una de las formas más eficaces de ignorar los fundamentos.
Paso 3: apalancarse sin control
En este caso, el recurso ideal es usar dinero prestado. Para eso están los brókers que ofrecen apalancamiento. Multiplicar por cinco o por diez el dinero que tienes. Porque, claro, si se gana, se gana mucho. Pero si se pierde, también. Con suerte, la caída será lo suficientemente sonora para que sea recordada.
Paso 4: no leer informes
Revisar balances, entender modelos de negocio o estudiar el sector… todo eso es para quienes quieren invertir a largo plazo. Aquí se trata de reaccionar. Si una acción subió ayer un 15%, se compra hoy. Y si baja mañana, se vende con pánico. Las emociones deben guiar cada uno de los movimientos como una montaña rusa sin frenos. Vanguard, en su informe sobre comportamiento inversor, avisa que dejarse llevar por las emociones es una de las formas más efectivas de sabotear una cartera de inversión.
Paso 5: cambiar de estrategia constantemente
Para fracasar en las inversiones es aconsejable reorganizar la cartera constantemente. Hoy, energías limpias; mañana, minería de litio; pasado, empresas de videojuegos. Lo importante es moverse mucho, aunque sin rumbo. Y si es posible, mejor concentrar todo en una sola empresa. Así, cualquier cambio de tendencia se convierte en una ruina segura.
Paso 6: confiar en influencers
Consulta foros anónimos y confía ciegamente en los consejos de influencers financieros. Si un tipo con gafas de pasta y fondo de neón dice que una acción va a explotar, hazle caso. Aunque no sepa nada de ellos, ni su trayectoria, ni su verdadero nombre, su seguridad frente a la cámara basta para confiar ciegamente.
Paso 7: ignorar las comisiones
En el séptimo escalón hacia el desastre, se deben ignorar por completo las comisiones, los impuestos y cualquier otra pequeña letra que aparezca por ahí. Cambiar de acciones cada poco tiempo o comprar y vender compulsivamente parece productivo.
No pasa nada porque los gastos superen con creces cualquier rendimiento. Morningstar incluso ha cuantificado esta costumbre: los inversores que saltan dentro y fuera de fondos tienden a obtener peores resultados que los propios fondos en los que invierten. Brillante estrategia, ¿no?
Paso 8: elegir fondos por rentabilidad pasada
Y ahora pasemos al mundo de los fondos de inversión. No todo el mundo compra acciones. También fondos de inversión porque un gestor siempre va a saber más que uno de nosotros. El octavo paso para fallar con estilo es elegir esos fondos de inversión por su rentabilidad reciente. Si uno subió mucho el año pasado, ese debe ser. ¿Quién necesita saber en qué invierte o cuál es su filosofía de gestión? No hace falta saber en qué invierte ni cuál es la lógica detrás. Lo importante es el número en verde.
Paso 9: contratar el fondo que te recomienda tu banco
El noveno paso es confiar sin cuestionar la recomendación del banco. Si el asesor dice que ese fondo es ideal, adelante. El solo piensa en el interés del cliente… o eso dice. Aunque tenga comisiones del 2% y el fondo sea de la propia gestora del banco, es pura coincidencia. Comparar opciones es cosa de escépticos.
Paso 10: contratar los fondos más caros
Y, por último, es necesario ignorar que existen clases de fondos con menos comisiones. Aunque sean el mismo fondo, con la misma estrategia, ignorar esas versiones más baratas es una excelente forma de perder rendimiento a largo plazo sin darse cuenta.
En resumen, quien quiera arruinarse invirtiendo, encontrará en estos pasos una hoja de ruta clara. Pero quien quiera evitarlo, tendrá que hacer justo lo contrario. Aunque suene menos emocionante.