Casi el 50% del plan de Defensa del Gobierno tendrá uso compartido en el ámbito civil

El Gobierno refuerza su plan de Defensa para cumplir con el 2% del PIB exigido. La mitad de la inversión tendrá también uso civil en tecnología y ciberseguridad

En la imagen, un avión para la extinción de incendios que podrá ser financiado con el nuevo Plan en Seguridad y Defensa.
Artículo14.

El Consejo de Ministros aprobó hoy el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa de España y Europa, a través del cual España incrementa la inversión en seguridad y defensa en 10.471 millones de euros, con cargo a los presupuestos nacionales. Con esta partida adicional, España destinará 33.123 millones a seguridad y defensa, pasando del 1,4% del PIB al mínimo del 2% exigido por la OTAN.

Casi el 50% de estos nuevos recursos tendrá uso compartido con el ámbito civil, pues el Ejecutivo ha incluido en este plan inversiones en tecnología 5G, satélites, antenas, radares o instrumentos de ciberseguridad que suponen el 31% del total, así como recursos para la gestión de emergencias, como hidroaviones o helicópteros de rescate, equivalentes al 17%.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió que esta inversión adicional cumple con los requisitos exigidos por la OTAN y permitirá dar cumplimiento a las obligaciones como socios de la alianza. Además, incentivará la creación de empleo, consolidará el crecimiento económico, aumentará nuestro I+D y ayudará a afrontar desafíos sociales como las emergencias naturales o los flujos migratorios. De hecho, solo un 20% del plan —como reconoció el presidente— se destinará a la compra de armamento, en el sentido “más tradicional del término”.

Así se distribuye la inversión

Los cinco pilares del Plan Industrial y Tecnológico para el Fortalecimiento de la Seguridad y la Defensa:

Condiciones laborales, preparación y equipamiento de las Fuerzas Armadas: se destinarán 3.712,5 millones, el 35% del total. Según destacó el presidente, tras mejorar la retribución de los efectivos, dando respuesta a una demanda histórica de las Fuerzas Armadas, se incrementará su número y se actualizarán sus equipamientos, en línea con los de los países más avanzados de la UE. Todo ello se complementará con una modernización de su formación.

Ciberseguridad

Desarrollo y adquisición de capacidades de telecomunicaciones y ciberseguridad: contará con 3.202,76 millones, el 31% del total. Pedro Sánchez recordó que cada año España recibe más de mil ciberataques a servicios esenciales y a infraestructuras críticas, que afectan a la operatividad de hospitales, aeropuertos o la red eléctrica. “Hasta ahora nuestros sistemas han conseguido repeler los más graves y contener los impactos, pero la amenaza, lejos de desaparecer, cada día es mayor”, advirtió.

Estos recursos se invertirán en ampliar las capacidades en la nube, en 5G, en inteligencia artificial y en computación cuántica, para crear un escudo digital en España.

Fabricación y compra de nuevos instrumentos de defensa y disuasión: supone el 19% del total, con un gasto de 1.963 millones. Esta es la única partida ligada directamente a la defensa. Como afirmó Sánchez, “España es un país pacifista, que cree en la diplomacia y en las relaciones internacionales; lo haremos para disuadir a quienes puedan estar pensando en atacarnos o atacar a Europa”.

Desastres naturales

Refuerzo del papel de las Fuerzas Armadas en la gestión de emergencias y desastres naturales, como inundaciones o incendios: contará con un presupuesto de 1.751 millones, el 17% del total. Sánchez justificó esta partida, que incluye más helicópteros, aviones cisterna y un nuevo buque hidrográfico, en mejorar la capacidad del Ministerio de Defensa para responder de forma ágil a situaciones de emergencia que afectan a la seguridad nacional, como quedó de manifiesto en la DANA.

Mejora de las condiciones de las misiones en el exterior: 329 millones, el 3,14% del total. El objetivo es mejorar las condiciones de seguridad de los casi 3.000 efectivos militares y guardias civiles que integran las 16 misiones de paz de España en el exterior, bajo las banderas de la Unión Europea, la OTAN o Naciones Unidas.

Según reconoció el propio presidente, el enfoque prioritario es el doble uso en la inversión tecnológica, de manera que podrá servir tanto para fines militares como civiles. En concreto, el 84% de los 31 nuevos programas especiales de modernización, con una inversión de 3.800 millones —más del 36% del total—, generará desarrollos tecnológicos de doble uso.

Cómo se financiará el Plan

“No se tocará ni un céntimo del gasto social para financiar este aumento de la inversión en seguridad y defensa, ni acometeremos subidas de impuestos y mantendremos la sostenibilidad fiscal”, garantizó el presidente. El grueso de la financiación prevista para 2025 procederá de tres fuentes: por una parte, la reorientación de algunas partidas del Plan de Recuperación, como la destinada a ciberseguridad, dotada con más de 1.300 millones; por otra, los ahorros generados “por el buen desempeño de la política económica” del Gobierno.

El presidente detalló que también se contarán unos 3.000 millones por la reducción del pago de intereses de la deuda. A ello se sumarán los márgenes de ciertas partidas de los Presupuestos Generales de 2023 que ya no se necesitan, como los 1.700 millones destinados a compensar a las entidades locales por la caída de ingresos fiscales.

Impacto económico

“Estimamos que el 87% de esta inversión, alrededor de 9.000 millones de euros, se quedará en España e irá a parar a todas las comunidades autónomas”, subrayó Pedro Sánchez. Otra parte importante de la inversión restante se destinará a la industria europea. Según las estimaciones del Ejecutivo, solo el 5% de la inversión se destinará a piezas de repuesto o componentes imprescindibles que hoy en día no se producen en Europa.

Así, el Gobierno estima que, a lo largo de su ejecución, el Plan contribuirá a consolidar el crecimiento económico de España, con un impacto estimado de entre 0,4 y 0,7 puntos adicionales del PIB. Además, ayudará a modernizar y dinamizar el tejido empresarial de todas las comunidades autónomas, creará más de 96.000 nuevos empleos directos (el 37,5% del total) e indirectos, e impulsará la innovación tecnológica y el desarrollo industrial en España

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