Movimiento en las telecos europeas. Tras años reivindicando la urgencia de consolidar el mercado comunitario para hacer frente a gigantes como EEUU o China, las operadoras, ante la falta de respuesta de Bruselas, salen de compras. Hay voces que sitúan a Telefónica, ya con Marc Murtra al frente, interesada en compañías como Digi o la Vodafone de Zegona. Más evidentes son los anhelos de Orange de hacerse con el 50% restante de MásOrange, la firma que nació tras la fusión de su filial en España con MásMóvil. En todo este frenesí hay una mujer que le va a marcar el paso al resto del sector. Es Christel Heydemann, la CEO de la teleco francesa desde hace tres años.
Heydemann logró la fusión entre Orange España y MásMóvil en marzo de 2024, tras años de negociaciones y mucha expectativa depositada en los reguladores españoles y europeos, que finalmente dieron su plácet. Entonces echó a andar el reloj: los accionistas de MásOrange (Orange en el 50% y los fondos KKR, Cinven y Providence controlando el 40,3%) establecieron un bloqueo de dos años por el cual la nueva compañía, que entonces se valoró en unos 18.600 millones de euros, no podría salir a bolsa. En marzo de 2026 se levantará ese veto y los distintos accionistas ya están definiendo sus posturas.
Fusión definitiva
El mes pasado se supo que los fondos estaban estudiando la OPV del año que viene, pero todo apunta a que ambas partes (Orange y los mismos fondos) evitarán este salto al parqué. En el acuerdo de fusión, Orange se reservó el derecho a hacerse con un 1% del accionariado para tomar el control de la compañía, y la propia Heydemann recordó dos cosas en la última presentación de resultados de la teleco: que la salida a bolsa no era la única opción y que Orange todavía tiene guardados los 4.400 millones del megadividendo que cobró cuando nació la firma fusionada ante posibles contingencias.
Aunque quedan meses para que se levante este bloqueo, el acuerdo de fusión también indicaba que seis meses antes de que ese período se extinguiese podrían empezar los trabajos para la eventual salida a los mercados bursátiles. En otras palabras: en septiembre de este año se pondrán las cartas sobre la mesa. Los fondos quieren rentabilizar su inversión, lo que precipitará que Orange lance pronto su propuesta. La firma que dirige Heydemann no quiere perder ni un minuto: Expansión cuenta que la multinacional, controlada en algo más de un 20% por el Estado francés, ya está buscando asesores para lanzarse a por el 100% de MásOrange.
Deuda neta
Hay un problema que todos los actores involucrados en la operación esperan tener resuelto antes de agosto: además del plazo de 24 meses, la salida a bolsa seguirá bloqueada si MásOrange no logra desendeudarse. En el último informe financiero, MásOrange reconoció un apalancamiento de deuda neta sobre su EBITDA de 4,7 veces. Su objetivo es situar esa ratio por debajo del 2,75. Pero si la deuda apalancada no cae por debajo de 3,5 el EBITDA, no habrá salida a bolsa.
Para ello es primordial que MásOrange consiga colocar su infraestructura en la nueva empresa de fibra (fiberco) que anunció a principios de año con Vodafone España. La empresa responde al nombre en clave Surf y su valoración alcanzaría los 10.000 millones. MásOrange mantendría una participación del 50% en esta sociedad, mientras que Vodafone España, controlada por la británica Zegona, tendría el 10%. El 40% del capital restante sería para un socio que todavía tiene que llegar: es con esa entrada con la que MásOrange espera reducir su deuda neta.
Telefónica
La multinacional española sigue inmersa en profundos cambios. El nombramiento de Marc Murtra como su nuevo presidente ejecutivo a instancias de la SEPI (el Gobierno entró con el 10% del capital en la operadora) fue ratificada en junta de accionistas hace unas semanas, y ahora cabe esperar que el nuevo comité ejecutivo presente un nuevo plan estratégico para la compañía, que se dará a conocer a lo largo del segundo semestre de este año.
Pero no ha habido que esperar a ese nuevo plan estratégico para intuir que Telefónica busca consolidarse en el mercado europeo. Primero, por las desinversiones de sus filiales en Latinoamérica. La compañía se ha deshecho de sus operaciones en Argentina, Colombia y Perú, y ahora inicia los estudios para hacer lo propio con su filial chilena. Precisamente las minusvalías generadas en la salida del continente ha hecho que la compañía reporte pérdidas de 1.731 millones de euros hasta marzo, aunque en la última presentación de resultados financieros ha confirmado previsiones y dividendo.
Otra de las máximas de Murtra será una estabilidad financiera de hierro, razón por la que se teme una reestructuración de empleo en la compañía y también se ha empezado a hablar de la integración de una de las divisiones nacidas bajo el mandato de Álvarez-Pallete, Telefónica Tech, dentro de Telefónica España.
Murtra saldrá de compras
Marc Murtra empleó la última edición del Mobile World Congress de Barcelona para marcar la línea de acción de la nueva Telefónica en el contexto de su sector. No se salió del guion esperado: volvió a reivindicar la necesidad de que Europa flexibilice la regulación para que la industria pueda consolidarse. Los argumentos fueron los de siempre: hay mercados al otro lado del océano en los que compiten solo tres operadoras de red y 70 operadoras virtuales para 335 millones de potenciales clientes. En la Unión Europea, en cambio, para 450 millones de ciudadanos hay 34 operadoras de redes y 351 operadores virtuales.
Finalmente Telefónica no esperará a que Bruselas dé su brazo a torcer (la actual comisaria de Soberanía Digital, Henna Virkkunen, está mandatada para desarrollar un nuevo Reglamento de Redes Digitales). Por esa razón, emulando las intenciones de Orange, la firma de Murtra ya está oteando posibles compras. Los medios han llegado a poner sobre la mesa una posibilidad: la fusión entre Telefónica e Indra, la empresa de la que proviene el propio Murtra. Parece algo remoto, después de que la multinacional española bajo esta nueva etapa haya firmado su primer contrato en defensa con una de las rivales de Indra.
Dificultades
Muchos analistas han aventurado que dos posibles dianas de Telefónica podrían ser la rumana Digi o Vodafone España, operada por el fondo británico Zegona desde hace meses. Serían operaciones de envergadura. La eventual absorción de Vodafone permitiría a Telefónica recuperar el liderato del mercado en número de líneas móviles, aunque Zegona ha insistido siempre en que su desembarco en la operadora tenía como objetivo revitalizar el negocio, y una vía para ello es precisamente la fiberco que está poniendo en marcha con MásOrange.
Por otro lado, y en paralelo a la fusión de Orange y MásMóvil, Bruselas ordenó unos remedies que le otorgaban a Digi hasta 60 MHz de espectro para desplegar su propia red. Telefónica y la operadora rumana firmaron un memorando que garantiza la continuidad su acceso a la red de Movistar como mayorista. Este acuerdo asegura estabilidad a Digi mientras despliega su infraestructura y la refuerza como nuevo competidor con red propia, capaz de tensionar el mercado y alterar el reparto de clientes a medio plazo. En su informe financiero de 2024, Digi incidió en que España les supone “oportunidades de crecimiento”. El mercado español representa el 40% de su facturación, mientras que el rumano es del 57%. No parece que una venta sea probable a corto plazo.
En Europa
El sector de las telecos europeas vive ahora un frenesí de operaciones y el mercado español, más allá de la fusión de Orange y MásMóvil, todavía no ha dicho su última palabra.
Digi, una de las posibles dianas para Telefónica, está presentando sus compromisos ante la compra conjunta con Vodafone de Telekom Mobile, otra operadora rumana. En Francia, Bouygues Telecom cerró a finales del año pasado la adquisición de La Poste Telecom por 950 millones de euros. Curiosamente, el expresidente de Telefónica, Álvarez-Pallete, llegó a explorar en 2022 una posible fusión con Bouygues. En Italia, Swisscom compró Vodafone Italia por 9.000 millones de euros, mientras que Telecom Italia sigue estudiando una alianza con la francesa Iliad para consolidar el mercado. Como referencia, la venta de Vodafone España a Zegona se cerró en 5.000 millones.
En 2020 Orange y Vodafone negociaron una posible fusión. La idea no prosperó. Ahora, mientras las reivindicaciones a Bruselas siguen llegando, las telecos han concluido que no pueden esperar más y ya se están lanzando al mercado.