El Banco Sabadell se ha convertido en el epicentro de la mayor batalla financiera de las últimas décadas en España. El BBVA ha arrancado oficialmente el plazo de aceptación de la opa hostil lanzada contra su competidor. Un movimiento que no se veía en el sector bancario español desde hace casi cuarenta años.
Desde este lunes, los accionistas del Banco Sabadell tienen un mes para decidir si apoyan la oferta que pretende dar a la entidad vasca el control total del banco catalán.
La operación llega tras 16 meses de negociaciones fallidas, movimientos estratégicos y mensajes cruzados. El calendario es claro: el 8 de octubre termina el plazo de aceptación, el 14 se conocerán los resultados y entre el 17 y el 20 se liquidará la operación.
Pero la clave está en lo que suceda a partir de entonces. Porque el BBVA ha dejado abierta la puerta a distintas salidas según el porcentaje de acciones que logre.
El as bajo la manga del BBVA
En el folleto remitido a la CNMV, el BBVA revela un plan alternativo que podría cambiar el rumbo de la opa. Si tras la primera oferta no alcanza el control pleno del Banco Sabadell, contempla comprar acciones directamente en Bolsa.
Esta opción, que se activaría en caso de quedarse entre el 30% y el 50% del capital, supone un giro estratégico que refuerza la flexibilidad del banco presidido por Carlos Torres.

El BBVA no oculta que su intención es clara: hacerse con el Banco Sabadell cueste lo que cueste. Y para ello ha pedido y conseguido una dispensa clave de la SEC estadounidense, que le permite no renunciar automáticamente a la operación si no logra superar el 50,01% del capital.
Esta maniobra recuerda a precedentes como las opas sobre Endesa protagonizadas por E.on y Enel. Y abre un abanico de escenarios que hasta hace poco parecían imposibles.
¿Cuáles son los escenarios para el Banco Sabadell?
La oferta actual del BBVA establece un canje de 5,5483 acciones del Banco Sabadell por un título propio más 0,70 euros en efectivo. Con esta propuesta, el futuro se bifurca en tres caminos:
- El fracaso de la opa si no supera el 30%
- El control total si alcanza más del 50%
- Un terreno intermedio que lo obligaría a seguir moviendo ficha

Ese terreno intermedio es el más incierto y, al mismo tiempo, el más delicado. Si consigue entre el 30% y el 50%, el BBVA deberá lanzar en un mes una opa en metálico sobre el 100% del Banco Sabadell. Una operación mucho más costosa.
En esa segunda opa, podría volver a ofrecer un canje de acciones, pero siempre dando la opción a los accionistas de cobrar en efectivo.
El dilema del control parcial
El gran reto para el BBVA es que controlar el Banco Sabadell con menos del 50% de los derechos de voto no es lo mismo que hacerlo con mayoría absoluta. La propia entidad lo reconoce en el folleto: se arriesgaría a sufrir bloqueos en el consejo de administración y a enfrentarse a una resistencia interna que complicaría la integración.
Además, cualquier cambio en la base accionarial del Banco Sabadell podría frustrar su objetivo de control.

En ese escenario, el plan alternativo cobra todo el sentido. La compra directa de títulos en el mercado hasta alcanzar una posición dominante.
Una jugada que podría desencadenar una guerra de poder prolongada, con consecuencias tanto en el gobierno corporativo como en la percepción de los inversores.