Declarar los ingresos del alquiler en la Declaración de la Renta no es opcional: es una obligación tanto para propietarios como para inquilinos. Cualquier entendido en el tema fiscal advierte que la Agencia Tributaria dispone de múltiples mecanismos para detectar si se omiten ingresos procedentes del alquiler, y no cumplir con esta exigencia puede salir caro y acarrear sanciones económicas considerables. Además, hacerlo bien tiene premio, pues quienes cumplen con la normativa pueden beneficiarse de interesantes deducciones fiscales que, en muchos casos, influyen en el resultado de la declaración positivamente.
Declarar el alquiler: una obligación ineludible
Empezamos por el primer punto de la ecuación, los propietarios. Estos deben integrar en su declaración de la renta todos los ingresos obtenidos por el alquiler de sus inmuebles, clasificándolos como rendimientos del capital inmobiliario. Estos rendimientos corresponden a los alquileres de bienes inmuebles que no estén afectos a actividades económicas.
Al declarar correctamente, los propietarios pueden acceder a importantes beneficios fiscales, como la reducción del 60% sobre el rendimiento neto si el alquiler se destina a vivienda habitual (para contratos firmados antes de 2024). Desde 2024, esta deducción puede ser del 50%, aunque en algunos casos, como en zonas tensionadas o si el inquilino es joven (entre 18 y 35 años), podría alcanzar hasta el 90%. También es posible deducir gastos relacionados, como reparaciones, seguros, intereses de préstamos o mobiliario adquirido a crédito, lo que puede suponer un importante alivio fiscal.

Los inquilinos, por su parte, también deben informar del importe pagado en concepto de alquiler en su declaración. Aquellos con contratos anteriores a 2015 podrían seguir aplicando una deducción estatal del 10,05%, siempre que su base imponible no supere los 24.107,20 euros anuales, sin perjuicio de las deducciones autonómicas adicionales.
Hacienda está al quite para detectar un alquiler no declarado
La Agencia Tributaria emplea varias estrategias para identificar alquileres ocultos:
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Cruce de datos: Si el inquilino declara el alquiler pero el propietario no refleja esos ingresos, Hacienda detectará la inconsistencia.
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Análisis de portales inmobiliarios: Publicaciones de anuncios en plataformas de alquiler se pueden revisar para comprobar si esos ingresos se han declarado.
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Control de consumos: Altos consumos de agua, luz o gas en viviendas declaradas como vacías pueden levantar sospechas.
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Empadronamientos: El registro de un inquilino en una vivienda también puede poner sobre aviso a la Agencia Tributaria.
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Modelo 179: En el caso de alquileres turísticos, las plataformas de alquiler están obligadas a informar sobre las operaciones realizadas, proporcionando detalles como días de alquiler e importes percibidos.
¿Qué pasa si no declaras el alquiler?
Si Hacienda detecta que has alquilado una vivienda sin declarar los ingresos, puede iniciar un proceso de sanción. El importe de la multa dependerá de la gravedad de la omisión:
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Infracción leve: Si la cantidad no declarada no supera los 3.000 euros y no ha habido ocultación, la sanción es del 50% del importe no declarado.
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Infracción grave: Si se supera esa cantidad y hay indicios de ocultación, la multa puede oscilar entre el 50% y el 100%.
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Infracción muy grave: En casos de fraude o falsedad documental, las sanciones pueden alcanzar entre el 100% y el 150% de los ingresos ocultos.
Además de la sanción, tendrás que abonar la cantidad defraudada con sus correspondientes intereses de demora y perderás el derecho a aplicar deducciones fiscales sobre esos ingresos.
¿Cómo evitar problemas con Hacienda?
La mejor forma de evitar sanciones es declarar correctamente todos los ingresos del alquiler en la declaración de la renta, aplicar las deducciones fiscales a las que se tenga derecho y conservar toda la documentación relacionada: contratos, recibos, facturas, justificantes de fianzas y cualquier otro documento que acredite la operación y asegure cumplir con toda la normativa vigente.