Todo el mundo se acuerda del oro cuando la inestabilidad acecha a los mercados. En tiempos de guerra, en las crisis económicas mundiales, sucedió con la pandemia del Covid, el metal precioso se convierte en un valor refugio al que recurrir y su precio está ahora en máximos históricos. La onza de oro ya ha alcanzado los 2.640 dólares. En lo que va de año, ha aumentado su valor un 28% lo que significa que es un buen momento para vender joyas familiares si estás pasando por un periodo económico difícil porque las casas de empeño están pagando hasta 46 euros por cada gramo de este metal dorado.
Pero su precio también se está impulsando ante la bajada generalizada de los tipos de interés de los bancos centrales. Como ha sucedido con Estados Unidos y con el Banco Central Europeo, bajan los tipos y también se remuneran menos los depósitos de los bancos y, por lo tanto, no es tan atractivo mantener los ahorros en la cuenta corriente porque los intereses que generan son bajos.
Son los propios bancos centrales los que se dedican a adquirir lingotes dorados para aumentar las reservas de sus respectivos países. China y Rusia, por ejemplo, están comprando el metal a un ritmo acelerado, el mayor desde 1950. De esta manera se logra rebajar la dependencia hacia el dólar americano y diversificar la riqueza.
De hecho, existe un ranking de cuáles son los países que más reservas de oro tienen en todo el mundo. Estados Unidos lidera ese listado pese a que no compra oro desde enero de 2006. A fecha de agosto de este 2024, la Reserva Federal dispone de 8.133 toneladas, lo que supone el 72% de su reserva total de divisas.
Pero si nos fijamos solo en este 2024, el país que más oro está comprando es Turquía. El banco central del país ha comprado durante el primer semestre del año casi 45 toneladas. India se sitúa en segunda posición con 37 toneladas en los primeros seis meses de este año. Y en ese podio estaría también China, en tercera posición, con 28 toneladas este 2024. Otros bancos centrales que están comprando mucho oro este año son la República Checa (10,81 toneladas), Irak (5,72 toneladas), Qatar (5,47 toneladas), Kazajstán (4,56 toneladas), Omán (4,37 toneladas) y Kirguistán (4,27 toneladas). Rusia también añade 3,11 toneladas de oro a sus reservas.
Pero el boom del oro no solo se produce entre estados. También los pequeños ahorradores están adquiriendo el metal como una forma de inversión. Se está produciendo una especie de democratización de los lingotes y en Estados Unidos hay cadenas de supermercados que están empezando a vender oro como si fuera un producto más de la cesta de la compra. Es el caso de Costco, que además de alimentación, ropa o electrónica, ha incluido en su catálogo de productos el metal dorado. Y la iniciativa ha sido todo un éxito, la empresa ha aumentado sus ingresos en 200 millones de dólares y sus responsables han decidido venderlo en otros países. El comercio oferta onzas de 10, 20, 50 y 100 gramos. En España, ya existen empresas certificadas que comercializan lingotes. Es importante que la compra esté certificada como garantía del peso y calidad del oro y también se puede guardar en cajas fuertes para evitar tenerlo en casa, ya que podría resultar una tentación para los ladrones.
Si nos fijamos en la evolución del oro en el último siglo, su valor se ha multiplicado cada vez que un acontecimiento histórico alteraba la tranquilidad financiera del mundo. Sucedió con el Crack de 1929, entonces el oro se pagaba a 20,6 dólares la onza frente a los 2.600 dólares actuales. Con la crisis del Petróleo, en octubre de 1971, el valor del metal se duplicó hasta alcanzar los 43 dólares.
Pero no nos dejemos deslumbrar por su brillo. Todavía hay un metal más valioso y desconocido: el rodio, el elemento número 45 de la tabla periódica. Es mucho más escaso y codiciado que el oro. Solo se encuentra en las minas de platino, principalmente en Sudáfrica y apenas tiene una producción anual de 30 toneladas. Por eso su valor es inmenso, 4.700 dólares la onza. El doble del oro. Se utiliza sobre todo en el ámbito industrial, como catalizador para distintos tipos de compuestos químicos o mezclado con platino para incrementar su alta resistencia a la corrosión. Los reyes de los metales en tiempos convulsos.