Cada vez dedicamos más porcentaje del salario a pagar la vivienda. Según datos de Idealista de este primer trimestre del 2025, el esfuerzo de las familias ha aumentado un punto respecto al año pasado y de media ya destinamos un 36% de los ingresos mensuales al pago del alquiler. En el caso de la compra es menor, un 23%, pero con el desembolso inicial necesario para poder hacer frente a una entrada. El problema es que los expertos aconsejan que, como mucho, dediquemos el 30% del salario a la casa para tener unas cuentas saludables pero hay ciudades donde incluso roza la mitad de los ingresos, como es el caso de Barcelona, que encabeza la lista negra con un esfuerzo del 46% y Palma de Mallorca, un 41%.
El problema, en el caso de la mujer, se agudiza. La escasez de oferta y los altos precios del alquiler están desplazándolas fuera del mercado de la vivienda. En un año, el perfil del inquilino en España ha cambiado. Si en 2024 el 52% eran mujeres, en 2025 el grupo mayoritario son hombres, un 53% frente al 47% de mujeres.
“Este viraje está estrechamente relacionado con el encarecimiento del alquiler, la subida de los tipos de interés y la dificultad de muchas mujeres para hacer frente a los requisitos económicos del mercado residencial, al contar con remuneraciones más ajustadas o trayectorias laborales más inestables. Esta evolución tiene consecuencias preocupantes, ya que se amplía la brecha en el acceso a la vivienda, aumenta el riesgo de exclusión residencial femenina y se limita la movilidad laboral y la autonomía de las mujeres. Para frenar esta desigualdad, es imprescindible aplicar medidas que puedan ayudar a solventar la situación como ayudas específicas al alquiler, avales públicos, vivienda asequible y políticas que mejoren las condiciones económicas de los perfiles más vulnerables. De lo contrario, el acceso a la vivienda seguirá consolidando desigualdades estructurales en el sistema socioeconómico de nuestro país” comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Lo mismo sucede con el perfil del demandante de compra este año. El 46% son mujeres frente a un 54% hombres, con una edad media de 41 años. Ellos son los que ganan más dinero y ellas las que copan los empleos más precarios (temporales y parciales) y por lo tanto, peor remunerados. Son los hombres los que pueden plantearse con mayor facilidad acceder a una hipoteca, independizarse y pensar en su futuro.
También volvemos a ver mayoría masculina en los demandantes de pisos compartidos. En 2024 se produce ese cambio de perfil en España. Si en 2023 el perfil estaba mucho más feminizado, un 61% de mujeres demandantes frente al 39% de hombres, en 2024 se ha dado ya la vuelta con un 55% de demandantes hombres frente al 45% de mujeres.
Para Francisco Iñareta, portavoz de idealista, “es innegable que la situación de la vivienda en alquiler es de absoluta emergencia, con una oferta prácticamente inexistente, precios desbocados y una competencia entre familias que excluye cada a más colectivos del acceso. Además, esta situación está empujando a aquellas familias que se lo pueden permitir al mercado de compraventa, donde la oferta también lleva años cayendo. Aunque en muchas ciudades españolas el esfuerzo necesario es todavía inferior al máximo recomendado, la situación en ciudades como Madrid comienza a ser alarmante, con incrementos de precio de más del 24% interanual y un aumento de la tasa de esfuerzo de dos puntos. Son necesarias medidas audaces y de consenso para estabilizar el mercado y comenzar una estrategia de recuperación a medio plazo”.
Una emergencia para toda la sociedad pero en especial para las mujeres, que ven cada día más lejano el sueño de su emancipación.