Más allá de los aranceles: las claves del acuerdo comercial entre EEUU y la UE

Los expertos advierten de que es imprescindible conocer el texto legal del pacto para valorar su alcance real y recuerdan que la Unión Europea seguirá enfrentando dificultades para retener el ahorro privado

Donald Trump - Internacional
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firma la orden ejecutiva en la que impone aranceles universales
EFE

Un respiro. Así podría interpretarse el principio de acuerdo comercial alcanzado este fin de semana entre Estados Unidos y la Unión Europea. El anuncio conjunto del presidente Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sellado en un campo de golf escocés, incluye un compromiso para aplicar un arancel del 15% a casi todas las exportaciones europeas al mercado estadounidense. Se exceptúan bienes relevantes —acero, aluminio y productos farmacéuticos— y se prevén importantes inversiones. A la espera de conocer la letra pequeña, los expertos advierten de que hay que mantener aún la cautela.

“Es un gran acuerdo”, aseguraron Donald Trump y Von der Leyen. Pero, como advirtió ayer Carsten Brzeski, economista jefe global de ING, “la gran salvedad del acuerdo es que aún no hay nada escrito”. De ahí, la importancia de las próximas horas y días: “Un acuerdo comercial solo lo es cuando está firmado”, recalcó el analista.

Desescalada sobre la amenaza inicial

UE
La nueva Administración Trump había elevado el tono en las últimas semanas.
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Con todo, el pacto, por ahora, supone una desescalada respecto a las amenazas previas de Donald Trump de tarifas del 50%, 30% e incluso 20%. Para Brzeski, el 15% acordado replica la última oferta de Bruselas y evita, al menos por ahora, un choque frontal entre los dos bloques. La UE, no obstante, ha tenido que ceder: los productos siderúrgicos, el aluminio y los medicamentos quedan excluidos de la reducción y mantienen un tratamiento diferenciado. “El hecho de que estos sectores no estén incluidos muestra que la UE aún ha tenido que echar más agua al vino”, afirmó Brzeski.

Según Trump, la UE ha aceptado adquirir energía estadounidense por valor de 750.000 millones de dólares e invertir 600.000 millones adicionales en el país. Pero esa parte del acuerdo es, por ahora, la más etérea. En este sentido, Brzeski recordó que “la Comisión Europea dependerá de los Estados miembros y de las empresas privadas para cumplir esa promesa”, lo que convierte esa cifra en “altamente incierta”.

Realidad macroeconómica más compleja

“Aunque los discursos políticos suelen centrarse en el déficit comercial bilateral de bienes de EEUU con la UE, este enfoque limitado oculta una realidad más compleja. Estados Unidos ha registrado varios años de superávit por cuenta corriente respecto a la UE. […] A menudo se pasa por alto un componente clave: la renta primaria”, advirtió ayer en X Judith Arnal, investigadora sénior en el Centre for European Policy Studies.

“Las ganancias de inversión -especialmente los dividendos e intereses generados por las multinacionales estadounidenses que operan en Europa- desempeñan un papel central en la configuración del balance bilateral. No son exportaciones en el sentido tradicional, sino rendimientos del capital invertido en el extranjero”, detalló.

Atracción de inversión extranjera

Para Judith Arnal, el elemento más relevante -y casi siempre ausente del debate político- es la cuenta financiera. “EEUU atrae de forma constante capital extranjero, ya sea inversión en cartera, inversión directa extranjera (IDE) u otros flujos. En la práctica, el resto del mundo está financiando el déficit externo estadounidense mediante la compra de activos estadounidenses”.

Por el contrario, “en la UE la situación es justo la opuesta: nuestro ahorro privado va fuera de la UE porque tenemos un superávit por cuenta corriente. Son los famosos 300.000 millones de euros de ahorro de los hogares que según el informe Letta abandonan anualmente la UE camino de los EEUU“, recordó Arnal.

En su opinión, los políticos de EEUU y la UE están intentando conseguir algo imposible: manteniendo todo lo demás constante, EEUU quiere conseguir superávit por cuenta corriente y la UE retener el ahorro privado aquí.

Flecos pendientes

A la espera de un documento formal, una primera lectura de los expertos es que se ha evitado el peor escenario. Von der Leyen reconoció que los equipos técnicos seguirán trabajando en los próximos días para cerrar los flecos pendientes.

“Nuestro escenario base era un arancel efectivo del 20% sobre las exportaciones europeas a EEUU, así que el 15% es una mejora. Pero sigue siendo una barrera relevante”, advirtió Brzeski, que recordó que, en política comercial, todo es provisional hasta que se convierte en texto legal. Y eso aún está pendiente.