Meredith Whittaker, la exjefa de Google que se lanza a por los cabreados por WhatsApp con una alternativa sin anuncios

Es la presidenta de Signal, una app de mensajería que crece en popularidad y cuyo CEO es uno de los fundadores de WhatsApp

Meta, la propietaria de plataformas como Facebook o Instagram, ha anunciado un nuevo modelo publicitario para una de sus aplicaciones insignias: WhatsApp tendrá publicidad por primera vez. Los usuarios no verán anuncios en sus chats, pero sí en otras pestañas del servicio. Aunque la firma que dirige Mark Zuckerberg ya ha confirmado que estos cambios no se aplicarán en la Unión Europea hasta el año 2026, la medida ya ha generado polémica y preocupación entre los más celosos de su privacidad. Y en río revuelto, ganancias de pescadores: una alternativa a WhatsApp comandada por una exjefa de Google ya se está presentando como la gran solución.

El segmento de las apps de mensajería no estaba tan disputado en 2014, cuando Meta (entonces, conocida como Facebook) adquirió WhatsApp por 19.000 millones de dólares. Telegram, su gran competidora, impulsada por el ciudadano de origen ruso Pavel Durov, nacía apenas unos meses antes, en octubre de 2013. Habría que esperar hasta 2018 para ver la llegada de otra aplicación, menos conocida en España, pero que ya está aprovechando la polémica de WhatsApp para consolidar su cuota de mercado: Signal.

Con todo, el dominio de Meta sigue siendo incontestable. WhatsApp tiene unos 2.000 millones de usuarios activos mensuales, mientras que Telegram alcanzó los 1.000 millones este mismo año. Por el contrario, los cálculos más conservadores estiman que Signal suma unos 70 millones de usuarios. Sin embargo, las últimas polémicas de WhatsApp y Meta están permitiendo a la plataforma que preside Meredith Whittaker abrirse paso. Es la propia Whittaker la que está utilizando otras redes sociales para reivindicar Signal como alternativa garantista con la privacidad a WhatsApp: “Usad Signal. Os lo prometemos, ni anuncios de IA ni publicidad con tus datos, haga lo que haga el resto de la industria”.

Quién es Whittaker

No hay mucha información en internet sobre la vida privada de Whittaker, precisamente porque ella también es muy celosa con su privacidad. Se licenció en estudios en retórica en la universidad californiana de Berkeley y comenzó a trabajar para Google en 2006. Dentro de la multinacional tecnológica creó el grupo de Investigación Abierta de la compañía y fundó el MLab, un laboratorio de académicos dedicado a investigar cómo retrocede o avanza la neutralidad de red (la garantía de que internet ofrece a todos los usuarios conexión, indistintamente del uso o del propósito que hagan de ella).

Se marchó de Google en 2018. En realidad la invitaron a marcharse: en aquel año instigó un escrito que firmarían muchos de sus colegas instando a la dirección de la tecnológica a abandonar el Proyecto Maven, un contrato de Google con el Pentágono estadounidense por el cual la empresa daría ayuda y soporte para mejorar la visión artificial con la que funcionan drones de guerra de EEUU. En el mismo año, Whittaker fue una de las impulsoras de una huelga histórica dentro de la multinacional, en protesta por supuestas negligencias de la compañía en la gestión de denuncias de acoso sexual.

En 2020 fue nombrada presidenta de Signal, que ha optado por no operar como una empresa, sino como una fundación. De esta manera, Whittaker ya forma parte del elenco de mujeres que lideran plataformas tecnológicas en una industria en la que han predominado hombres, y con una visión muy crítica con lo construido y conseguido hasta ahora en Silicon Valley. Whittaker, de hecho, no es asidua a X, la plataforma antes conocida como Twitter que fue adquirida por Elon Musk por más de 44.000 millones de dólares: escribe más asiduamente en Bluesky, el proyecto que lidera otra mujer, Jay Graber, una CEO que desafía e interpela también directamente a Zuckerberg.

Signal se abre paso

La historia de Signal también es singular. Una reivindicación que todas las plataformas de mensajería han hecho desde que irrumpieron en el mercado para reemplazar a los tradicionales SMS es la garantía de que los mensajes que envías y recibes están cifrados de extremo a extremo. Es decir, que ningún intermediario, ni la propia plataforma, pueden intervenirlos. Signal lleva esa certeza todavía más lejos, proclamándose como la app de mensajería más segura en el mercado. Por esa razón es la favorita entre activistas y periodistas en EEUU. También incluso de la Administración Trump: hace meses el secretario de Estado JD Vance protagonizó una sonora polémica al invitar por error a un periodista a un chat de Signal en el que se discutían planes militares secretos.

En 2010, un especialista en seguridad informática, Moxie Marlinspike, y uno en robótica, Stuart Anderson, fundaron Whisper Systems. Un año después, la empresa fue comprada por Twitter. Whisper Systems desarrolló TextSecure, el embrión de lo que hoy es Signal. Después de que Twitter liberara el código fuente de la plataforma, en 2018 se constituyó la Fundación Signal, como matriz de la empresa privada que opera la plataforma y que desde entonces vive enteramente de las donaciones de sus usuarios. Curiosamente, en aquel momento Brian Acton, uno de los fundadores de WhatsApp, había dejado su trabajo en Facebook e invirtió 50 millones de dólares en este proyecto. Hoy es el CEO de Signal y reporta a Meredith Whittaker.

La misma Whittaker que ahora, aprovechando las nuevas fórmulas publicitarias de Meta, ha pasado al ataque, recordando en varios foros que Signal jamás utilizará los datos personales de sus usuarios para servirles publicidad personalizada. Lo contrario a lo que la industria tecnológica estadounidense ha acabado convirtiendo en un estándar que en la Unión Europea no termina de tener encaje legal.

Más problemas para Meta

WhatsApp no enseñará anuncios a los usuarios europeos hasta el año que viene porque todavía tiene que vérselas con su encaje en las regulaciones tecnológicas comunitarias. Meta ha confirmado que la medida tardará en llegar al Viejo Continente y lo ha hecho contándoselo a la Comisión de Protección de Datos de Irlanda, el organismo que regula a la compañía por ser el país en el que la multinacional tiene su principal matriz europea.

La medida además coincide en el tiempo con la publicación esta misma semana de la resolución de la Comisión Europea que indica que Meta vulneró el Reglamento de Mercados Digitales, razón por la que Bruselas elevó contra la compañía estadounidense una sanción de 200 millones de euros. La Unión Europea dio un período de gracia a Meta y a Apple, a la que también multó con 500 millones, para que se adaptaran a la regulación. Este período termina el próximo miércoles 26 de junio, aunque funcionarios comunitarios ya han reconocido en medios como Euronews que no elevarán nuevas sanciones económicas en caso de que las tecnológicas no se hayan adaptado. Al menos no automáticamente: la Comisión tendrá que elaborar un nuevo informe que determine cuál ha sido la conducta de los dos monstruos empresariales.

Mientras eso sucede, Meredith Whittaker seguirá sugiriendo a todos quienes la quieran leer una idea muy sencilla: usad Signal.