Tal y como estaba previsto, el Consejo de Ministros afronta el primer hito en la tramitación presupuestaria. Lo hace con retraso, pues cuando apenas quedan cinco semanas hábiles en el Congreso de los Diputados, con sesiones plenarias ordinarias, presentará el techo de gasto y someterá a votación la senda de déficit. En un escenario optimista, las dos votaciones de la senda de déficit preceptivas antes de que el Ejecutivo pueda presentar el proyecto de ley, tendrán lugar antes de fin de año. Esto implica que las cuentas públicas del próximo año no se presentarán para su entrada en vigor a tiempo.
María Jesús Montero admitió, en rueda de prensa en el Consejo de Ministros, que no prevé presentar el proyecto de presupuestos hasta febrero de 2026. De esta forma, su aprobación podría ser a lo largo del mes de abril o mayo. En este calendario, el Gobierno fiel a la consigna de este año de llevar las cuentas públicas a la Cámara Baja busca tiempo para negociar con sus socios. “Todavía se requiere de mucha intensidad de diálogo con el conjunto de los partidos políticos“, admitió la ministra. Este intento de buscar un apoyo -que se antoja prácticamente imposible para su aprobación- quedó patente al admitir Montero: “Mañana me dicen varios grupos que están dispuestos a apoyarlo ya y ya les digo que lo presentamos antes de que acabe este año”.
Un presupuesto tentador
En ese afán de contar con el mayor apoyo posible, el Consejo de Ministros aprobó hoy un techo de gasto histórico: crecerá un 8,5%, hasta los 212.226 millones. Tal y como reconoció María Jesús Montero, estas cifras vienen condicionadas por el acuerdo con Sumar como socio del Gobierno de coalición “con quien hemos tenido un debate intenso”. Con esta capacidad de gasto, el Ejecutivo aspira a lograr el apoyo en el Parlamento, con unas cuentas públicas “expansivas y responsables”. Este techo de gasto se apoya en un incremento de la recaudación en el mismo porcentaje, con una previsión de ingresos tributarios próxima a los 325.000 millones.
Tal y como avanzó Artículo14, este techo de gasto no financiero que, por primera vez, supera los 200.000 millones, se incrementa en otros 4.151 millones, hasta 216.177 millones, incluyendo los fondos europeos. El próximo será el último año que España disponga de los recursos del plan de recuperación. Hasta la fecha, España ha recibido cinco desembolsos por más de 55.000 millones. “Este límite de gasto no financiero nos va a permitir apuntalar el crecimiento que estamos registrando”, recalcó Montero.
Senda de estabilidad
El Gabinete dio luz verde también a la senda de estabilidad, que en parte ya fue adelantada ayer a las autonomías y que prevé que sea el Estado quien asuma la reducción del déficit. Además, el objetivo de deuda pública que se situará en el 100,9% del PIB en 2026, en el 100% en 2027 y en el 99,1% un año después. “Desde el primer trimestre de 2021, hemos reducido en 22 puntos la deuda pública, una reducción muy importante que habla en primera persona del funcionamiento de nuestra economía”, subrayó la ministra. Con estos parámetros, la regla de gasto queda fijada en el 3,5% del PIB en el año 2026, el 3,4% en 2027 y el 3,2% en 2028.
“Hemos presentado unos objetivos de estabilidad que cumplen con las reglas fiscales y cuya parte importante de reducción recae en la Administración central. Por eso espero que cuando se vote esta senda en el Congreso, los grupos políticos tengan altura de miras“, recalcó Montero. Y volvió a lanzar la advertencia de que si no se aprueba, se volverá a la senda anterior, lo que supone que las autonomías pierdan 5.485 millones de euros entre 2026 y 2028.
Previsiones económicas
En paralelo a la aprobación del techo de gasto, el Ejecutivo elevó sus previsiones económicas para este año. Según detalló Carlos Cuerpo, ministro de Economía, se eleva en dos décimas, hasta el 2,9%. En esta revisión coincide con la realizada ayer por la UE y el FMI y es una décima inferior a la cuantificada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Para 2026 – 2028, el Ejecutivo ha mantenido su proyección de crecimiento en el el 2,2% para 2026 y una décima menos, el 2,1%, en 2027 y 2028. Por primera vez, se incluyen indicadores de pobreza y desigualdad.
Para el año 2026, con un incremento del PIB del 2,2%, se prevé que principalmente, como este año, la aportación de la demanda interna tire de la economía. Así, será de 2,8 puntos, frente a una contribución negativa de seis décimas del sector exterior, con las exportaciones avanzando un 1,9% y las importaciones, un 3,9%. El consumo privado aumentará el año próximo, según las estimaciones del Ejecutivo, un 2,4% y el gasto público, un 1,8%.
Tasa de paro
A pesar del crecimiento económico, el Ejecutivo sigue siendo prudente en la reducción de la tasa de paro. El cuadro económico -como así se llama ahora este documento- recoge un incremento de la ocupación del 2,8%, pero mantiene la tasa de desempleo por encima del 10%. En concreto, se sitúa en el 10,5%, ocho décimas menos que un año antes. No será hasta 2026, cuando caerá al 9,9%, una décima simbólica por debajo de los dos dígitos.
“Lo primero en lo que estoy es en el trabajo intenso de unos Presupuestos que sean atractivos para todos y que nos permitan, si me apura, que nadie se pueda resistir a poder aprobarlos“, enfatizó hoy el Ejecutivo a través de la responsable de Hacienda. Si son irresistibles, se verá en breve en la Cámara Baja.


