La subida de precios en 2026 vuelve a colocarse en el centro de las preocupaciones económicas de millones de hogares españoles. Con 2025 ya en su recta final, el próximo año llegará marcado por nuevos ajustes en partidas clave del gasto diario: vivienda, suministros básicos, impuestos y cotizaciones sociales. Un escenario que obliga a las familias a rehacer cuentas. Aunque con algunos alivios puntuales, especialmente en el transporte público.
La subida de precios en 2026 no será homogénea. Mientras algunos costes seguirán tensando el presupuesto mensual, otros crecerán a un ritmo más moderado que en ejercicios anteriores. Las previsiones apuntan a una inflación contenida pero persistente, que mantendrá la presión sobre el bolsillo sin llegar a los picos vistos tras la pandemia o la crisis energética.
Vivienda: alquileres, compra e hipotecas seguirán encareciéndose
La subida de precios en 2026 tendrá uno de sus principales focos en la vivienda. Tras un 2025 particularmente duro para el mercado inmobiliario, los alquileres volverán a crecer, aunque de forma algo más moderada. Se prevén incrementos de entre el 3% y el 8% en las rentas durante el próximo ejercicio, según recogen en La Información.
A este escenario se suma el vencimiento de muchos contratos firmados tras la pandemia, cuando los precios eran sensiblemente más bajos. Según el Ministerio de Consumo, la actualización de estos alquileres podría suponer un sobrecoste medio de unos 1.735 euros anuales y afectar a cerca de 1,6 millones de contratos. Eso refuerza la presión de la subida de precios en 2026.
Comprar vivienda tampoco será más sencillo. Entidades financieras como BBVA y Bankinter anticipan subidas en los precios de compraventa cercanas al 7%. En paralelo, quienes ya tienen hipoteca empezarán a notar el efecto del euríbor al alza, con revisiones que se intensificarán a partir de la segunda mitad del año, en línea con la evolución de los tipos del Banco Central Europeo.
Luz, agua e inflación: gastos fijos que no dan tregua
Los suministros básicos también estarán marcados por la subida de precios en 2026. La factura de la luz arrancará el año con un aumento de la parte fija del recibo. El Ministerio para la Transición Ecológica plantea una subida del 10,5% en los cargos, mientras que la CNMC propone elevar los peajes un 4%.
A ello se suma la posible repercusión del recargo antiapagón exigido por Red Eléctrica. Aun así, el Gobierno estima que el recibo final podría bajar entre un 5% y un 10% si desciende el precio de la energía, el componente más relevante del coste total, suavizando parcialmente la subida de precios en 2026.
El agua también se encarecerá en grandes ciudades. En Madrid subirá un 3% y en Barcelona un 2,9%, incrementos moderados pero que se añaden a una cadena de ajustes. En términos generales, los analistas sitúan la inflación de 2026 en torno al 2,4%, con un encarecimiento de los alimentos del 2,5% y de los productos no elaborados del 5,1%.
Pensiones, salarios, impuestos y transporte: luces y sombras
La subida de precios en 2026 convivirá con mejoras en algunas rentas. Las pensiones contributivas se revalorizarán un 2,7%, mientras que las mínimas subirán al menos un 7%, llegando al 11,4% en determinados casos. Las pensiones no contributivas y el ingreso mínimo vital crecerán también un 11,4%. Y las pensiones máximas lo harán un 2,815%.
En el mercado laboral, el salario mínimo aún está pendiente de concreción, aunque todo apunta a un alza mínima del 3,1%. Los funcionarios verán incrementado su sueldo un 1,5% desde enero, con la posibilidad de alcanzar el 2% si la inflación lo justifica. Al mismo tiempo, aumentarán las cotizaciones sociales por el despliegue del mecanismo de equidad intergeneracional y la subida de la base máxima.
La gran excepción llegará por el transporte público. El Gobierno ha prorrogado las ayudas que permiten mantener congeladas o rebajadas muchas tarifas estatales y autonómicas, siempre que las comunidades mantengan su aportación. Sin embargo, volar será algo más caro: el canon aeroportuario de AENA subirá un 6,44%, un coste que previsiblemente acabarán asumiendo los pasajeros.