¿Y si tu trastero guarda una fortuna?

Los objetos antiguos ganan valor en plataformas de compraventa: lo que antes se almacenaba en trasteros ahora se subasta como piezas únicas y de gran valor

A veces no nos damos cuenta de la cantidad de cosas que acumulamos hasta que hacemos una mudanza. Entonces abrimos los armarios, los cajones, los trasteros y nos llevamos las manos a la cabeza por todos los objetos que podemos llegar a acumular con el paso de los años. Hay quienes tiran con facilidad para hacer hueco a nuevas adquisiciones y los hay que prefieren guardar esos objetos porque tienen un valor real, o sentimental o simplemente porque sí.

Lo que muchas veces no sabemos es que, entre esos elementos, podemos tener un tesoro oculto que nos pueden convertir en multimillonarios. Los llamados “por si acaso”, como zapatillas deportivas que ya no usamos pero que preferimos guardar porque la moda siempre vuelve, videojuegos que nos encantaban de niños, cómics antiguos, relojes que heredamos o incluso botellas de alcohol que nunca abrimos, cubiertas ya de polvo, y que se han revalorizado en el mercado de segunda mano, en las subastas, que se han globalizado.

Lo sorprendente es que hay objetos que cuestan millones y que no son piezas de gran valor como un reloj Cartier o un Rolex de hace un siglo, o un Ferrari que ya era caro cuando salió al mercado por primera vez. Según Marta Pinedo, directora de Raisin España, plataforma europea de productos de ahorro, hay muchos otros ejemplos interesantes y que cualquier persona de clase media puede tener guardado en casa.

“Desde Raisin, lo que más nos ha llamado la atención al analizar este fenómeno es que, aunque coches de lujo y relojes exclusivos han alcanzado cifras altísimas, las inversiones más impactantes no han sido necesariamente las más caras, sino las más modestas en su origen. Ejemplos como una carta de Pokémon adquirida por 24 euros y vendida por 4,2 millones, o un cómic de Superman #1 comprado por 10 céntimos en 1939 que alcanzó los 5 millones de euros, demuestran que el verdadero potencial está en el desequilibrio entre valor simbólico y coste inicial. Son casos en los que la nostalgia, la escasez y el valor cultural han superado cualquier lógica de mercado tradicional. Para nosotros, ese es el verdadero tesoro en el trastero: objetos que pasaron desapercibidos durante años y hoy valen millones”, explica.

Cómics

Una carta de Pokémon Illustrato de Pikachu que costaba 24 euros se llegó a subastar por 3,5 millones de euros. El videojuego de Super Mario Bros de 1985 se ha revendido en subasta por 1, 5 millones de euros. Un siempre juego que pudimos comprar con facilidad en cualquier tienda hace cuarenta años, hoy puede valer tanto como un ático en el Barrio de Salamanca, en Madrid. Uno de los tesoros más revalorizados es el reloj Patek Philippe Grandmaster Chime, que se ha vendido por 28,8 millones de euros.

Y para los amantes de la ropa y los complementos, sepan que unas zapatillas Nike Air Yeezy 1 ‘Prototype’ se han llegado a pagar por 2,1 millones de euros. Y una botella de whisky Macallan de 1926, que costaba entonces el equivalente a unos 24 euros, en subasta ha alcanzado los 1,4 millones de euros.

¿Y quién no tiene un viejo comic en casa? Hay ediciones clásicas y primeras apariciones de superhéroes que se han convertido en objetos de culto. De costar 10 céntimos de euro a cinco millones. La razón de esta loca revalorización reside en que quedan, en el caso de Superman, menos de cien copias en el mundo y muchas de ellas están en mal estado. Otro comic codiciado es Amazing Fantasy, donde aparece Spiderman por primera vez, y que se vendió por más de 3,5 millones de euros.

Y ojo con los coches antiguos. Habrá quien piense que son chatarra pero puede costar como el mayor de los diamantes. Un Mercedes-Benz 300 SLR Uhlenhaut Coupe de 1955, que originalmente costaba unos 35.000 euros, se ha vendido recientemente por más de 224 millones de euros.

La japonesa Marie Kondo se hizo mundialmente famosa por su método para ser ordenada en casa basado en descartar lo innecesario, lo que no utilizamos más. Pero Marie Kondo no tuvo en cuenta el auge por lo antiguo en las subastas y que nuestros trasteros con aparentes piezas inservibles pueden ser el pasaporte para convertirnos en millonarios.