El Presidente Donald Trump anunció el sábado la imposición de aranceles del 30% a todas las importaciones provenientes de la Unión Europea (UE) y México a partir del 1 de agosto. Las medidas, comunicadas mediante cartas públicas a los líderes de ambas regiones y difundidas a través de su red social Truth Social, marcan un nuevo capítulo en la política comercial proteccionista que ha definido su enfoque económico desde su primera administración.

En sus cartas dirigidas a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, Trump justificó los aranceles por motivos de seguridad nacional, comercio desigual y, en el caso mexicano, por la falta de acción en la lucha contra el narcotráfico y la migración ilegal. “A pesar de que México ha estado ayudándome a asegurar la frontera, lo que han hecho no es suficiente”, escribió Trump en su misiva a Sheinbaum. Señaló además que México no ha logrado impedir que su país se convierta en un “parque temático del narcotráfico”.
En su carta a Von der Leyen, Trump fue igual de directo: “Hemos dedicado años a discutir nuestra relación comercial con la Unión Europea, y hemos concluido que debemos alejarnos de estos déficits comerciales grandes, persistentes y de largo plazo, fomentados por sus políticas tarifarias y no tarifarias”. El tono de ambas cartas refleja un endurecimiento de la retórica de Trump, que ha convertido la imposición de aranceles en una pieza central de su estrategia económica bajo el lema de “comercio justo y recíproco”.
Reacciones inmediatas
Las reacciones internacionales no se han hecho esperar. Ursula von der Leyen ha expresado que la UE sigue comprometida con “el diálogo, la estabilidad y una asociación transatlántica constructiva”, pero advirtió que el bloque “tomará todas las medidas necesarias para proteger los intereses de la UE, incluida la adopción de contramedidas proporcionales si es necesario”. Italia, a través de un comunicado de la oficina de la primera ministra Giorgia Meloni, instó a evitar una escalada comercial: “Confiamos en la buena voluntad de todas las partes para alcanzar un acuerdo justo que fortalezca a Occidente en su conjunto. En el contexto actual, sería absurdo desencadenar una guerra comercial entre ambos lados del Atlántico”.

Desde México, el ministro de Economía Marcelo Ebrard calificó la medida como “trato injusto” y declaró que una delegación mexicana se reunió con funcionarios estadounidenses para negociar alternativas. “No estamos de acuerdo, pero estamos trabajando para proteger a nuestras empresas y empleos en ambos lados de la frontera”, dijo en la plataforma X.
Implicaciones comerciales
El nuevo paquete arancelario afecta a dos de los socios comerciales más importantes de Estados Unidos. En 2022, las importaciones estadounidenses desde la UE superaron los 500.000 millones de euros, según la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos. Las exportaciones más relevantes del bloque incluyen productos farmacéuticos, automóviles, aeronaves, productos químicos y bebidas alcohólicas.
Trump ha criticado de forma reiterada el superávit comercial de bienes que la UE mantiene con Estados Unidos, que en 2024 fue de 198.000 millones de euros. No obstante, al incluir los servicios —sector donde las empresas estadounidenses tienen ventaja—, el déficit se reduce a aproximadamente 50.000 millones de euros.
En el caso de México, el comercio bilateral se rige principalmente por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Los nuevos aranceles del 30% reemplazarían, en principio, a los aranceles del 25% previamente establecidos para productos no conformes con el tratado. Sin embargo, la carta de Trump no aclara si los productos que sí cumplen con el T-MEC estarán exentos de la nueva medida.
Ruptura de normas comerciales globales
Los aranceles propuestos por Trump se apartan del enfoque multilateral que ha regido el comercio global desde las rondas del GATT, (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) y posteriormente con la OMC. Bajo el principio de la “nación más favorecida”, los países deben aplicar los mismos aranceles a todos sus socios comerciales, salvo excepciones contenidas en acuerdos de libre comercio.
Douglas Holtz-Eakin, exdirector de la Oficina Presupuestaria del Congreso y actual presidente del American Action Forum, calificó las cartas de Trump como una señal clara de que “no hay negociaciones comerciales serias en curso. Están ocupados hablando entre ellos sobre cómo protegerse de nosotros, mientras nosotros quedamos aislados”.

Desde su regreso a la presidencia, Trump ha anunciado, modificado y pospuesto aranceles de manera caótica. En la última semana, ha enviado cartas similares a 24 países y a los 27 miembros de la UE. Las tasas anunciadas alcanzan hasta el 40%, dependiendo del sector. En el caso europeo, por ejemplo, el sector automotriz enfrentará un arancel del 25%, aparte del nuevo 30% general.
El presidente ha argumentado que estos aranceles son necesarios para proteger la economía estadounidense frente a prácticas desleales. Sin embargo, algunos observadores ven en este comportamiento un intento de presión más que una política estructurada. “Estas son cartas sobre impuestos que Trump impondrá a sus propios ciudadanos”, dijo Holtz-Eakin.
Si los aranceles entran en vigor el 1 de agosto, el impacto podría ser enorme. Según Eurostat, el comercio total de bienes y servicios entre la UE y EE.UU. alcanzó los 1,7 billones de euros en 2024, con un intercambio diario promedio de 4.600 millones. Los nuevos aranceles podrían encarecer productos clave para los consumidores estadounidenses y perturbar cadenas de suministro internacionales.
Además, la imposición de aranceles a México también podría afectar seriamente a industrias como la automotriz, la agroalimentaria y la manufacturera, que dependen de una integración profunda en América del Norte.
Por otro lado, las tensiones podrían generar represalias. Von der Leyen ha dejado claro que la UE responderá si es necesario. Trump, por su parte, ha advertido que cualquier contramedida será respondida con más aranceles. “Sea cual sea el número que ustedes elijan para subir los aranceles, se le sumará al 30% que nosotros aplicamos”, escribió.
Implicaciones políticas
Más allá del impacto económico, estas decisiones tienen un fuerte trasfondo político. Trump convirtió el proteccionismo económico en un elemento central de su campaña de reelección en 2024 y lo presenta como una medida para “revivir la economía estadounidense”.
Sin embargo, esta política ha generado inquietud entre aliados históricos y sectores empresariales, que ven con preocupación la creciente imprevisibilidad del comercio bajo su administración.
Mientras la UE y México intentan mantener abiertos los canales diplomáticos para evitar una escalada, el reloj corre hacia la fecha límite del 1 de agosto. Si no se alcanza un acuerdo antes de esa fecha, el mundo podría estar frente a una nueva fase de fragmentación económica global, liderada desde Washington.