Lejos del bullicio de Madrid y de la intensidad política que marca su día a día, Isabel Díaz Ayuso encuentra en Sotillo de la Adrada, en el corazón del Valle del Tiétar, un refugio muy especial. Este pequeño municipio de Ávila, rodeado de frondosos bosques, caminos entre montañas y aire puro, forma parte esencial del paisaje vital de la presidenta madrileña. No solo es el lugar donde pasó largas temporadas durante su infancia y juventud, sino también un sitio que conserva un profundo arraigo familiar y emocional.

Un pueblo con alma y memoria
Sotillo de la Adrada, con algo más de 5.000 habitantes, se ubica en una de las zonas más verdes y auténticas de Castilla y León: la vertiente abulense de la Sierra de Gredos. Allí creció Isabel Díaz Ayuso junto a parte de su familia paterna, y allí comenzó también su andadura profesional como periodista, mucho antes de convertirse en uno de los rostros más conocidos de la política española.
El entorno natural de Sotillo no es solo un lugar de descanso para la presidenta, sino también un escenario que ha moldeado su carácter. En entrevistas y declaraciones públicas ha reivindicado en varias ocasiones el valor de sus raíces rurales, defendiendo el estilo de vida de estos pequeños pueblos que, como ella misma ha dicho, representan “la España real”.
Naturaleza viva: cascadas, bosques y rutas de senderismo
Lo que hace único a este rincón del Valle del Tiétar es, sin duda, su entorno natural privilegiado. Rodeado de extensos bosques de robles y pinos, Sotillo es un destino habitual para quienes buscan desconexión en plena naturaleza. Aquí, el aire puro, el murmullo de los arroyos y el color cambiante del paisaje marcan el ritmo de una vida distinta.
Los visitantes pueden disfrutar de rutas como la del Camino Viejo o la de los Puentes, caminos que atraviesan parajes donde no es raro cruzarse con corzos, jabalíes o aves rapaces. Las cascadas naturales, alimentadas por los ríos que descienden de la sierra, completan este paisaje de postal que ha sabido conservarse con el paso del tiempo.
Patrimonio y tradición
Sotillo también destaca por su identidad cultural, visible en su arquitectura tradicional, sus plazas tranquilas y su activo calendario festivo. El casco urbano mantiene elementos únicos del Valle del Tiétar: fachadas con balconadas de madera, casas de piedra y fuentes históricas como la de los Cinco Caños, donde aún hoy se reúne la comunidad. Entre sus edificios emblemáticos se encuentran la iglesia parroquial de la Santísima Trinidad, de gran valor histórico y espiritual, y la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, escenario de muchas celebraciones religiosas locales. Estos lugares, más allá de su valor arquitectónico, son puntos de encuentro donde la vida comunitaria sigue siendo protagonista.
La Casa de Cultura es otro de los pilares de la vida sotillana. Talleres, exposiciones y actividades impulsan la participación vecinal y fomentan el conocimiento del patrimonio local. Sotillo no es solo un lugar para descansar: es un pueblo con vida, con historia y con ganas de seguir adelante sin perder su esencia.
Un rincón que permanece
Aunque Madrid marca su agenda diaria, Díaz Ayuso siempre encuentra un momento para volver a Sotillo de la Adrada. Allí, entre montañas, cascadas y bosques centenarios, sigue latiendo una parte fundamental de su biografía. En este rincón verde de Castilla y León, donde el tiempo parece discurrir a otro ritmo, encuentra el equilibrio entre el presente político y las raíces que nunca ha querido dejar atrás.