LOTERIA DE NAVIDAD
EL GORDO
79432
2º Premio
70048
3º Premio
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4º Premio
78477
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5º Premio
23112
60649
77715
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En la Lotería de Navidad hay datos que desafían la lógica estadística y terminan convirtiéndose en relato. Uno de ellos tiene nombre propio y está en la provincia de Valencia. Se trata de Manises, un municipio que ha pasado a ocupar un lugar singular en la historia del sorteo por un motivo difícil de ignorar: El Gordo ha caído allí hasta siete veces. Una cifra que, incluso en un juego basado en el azar puro, llama la atención y alimenta una leyenda que se repite cada diciembre.
Manises no es una gran capital ni un epicentro tradicional de ventas masivas de décimos. Sin embargo, cada vez que se acerca el 22 de diciembre, su nombre vuelve a colarse en conversaciones, tertulias y titulares vinculados a la Lotería de Navidad. La razón es simple. A lo largo de las décadas, el primer premio ha regresado una y otra vez a este municipio valenciano, convirtiéndolo en uno de los lugares con más repeticiones documentadas del Gordo.
Una historia de repeticiones que sorprende
Que un mismo lugar sea agraciado más de una vez entra dentro de lo posible. Que ocurra hasta siete veces ya pertenece a otra categoría. En el caso de Manises, los registros históricos de la Lotería de Navidad recogen varias ediciones en las que el primer premio fue vendido total o parcialmente en el municipio, generando celebraciones repetidas y una reputación difícil de igualar.
Cada uno de esos premios llegó en contextos distintos, con administraciones diferentes y protagonistas nuevos. No hay un patrón común reconocible, más allá del dato objetivo: el Gordo volvió a Manises cuando ya había estado antes. Y luego volvió otra vez.

La pregunta es inevitable. ¿Tiene Manises más suerte que otros pueblos? Desde el punto de vista matemático, la Lotería de Navidad no distingue territorios. Todos los números tienen exactamente la misma probabilidad de salir, se vendan donde se vendan. No hay fórmulas mágicas ni enclaves privilegiados.
Sin embargo, los expertos recuerdan que el volumen de ventas sí influye en la percepción. Cuando una administración vende muchos décimos, aumenta la probabilidad de que alguno resulte premiado. En el caso de Manises, la repetición del Gordo ha reforzado su fama, lo que a su vez ha atraído a más compradores en años posteriores. Un círculo curioso en el que la leyenda alimenta la estadística, aunque no altere las probabilidades reales.
El efecto llamada de la Lotería de Navidad
La Lotería de Navidad no es solo un sorteo. Se trata de un fenómeno social. Y Manises es un buen ejemplo de cómo se construyen estos mitos colectivos. Tras varios premios importantes, el municipio empezó a ser percibido como “lugar afortunado”, lo que llevó a muchas personas de fuera a comprar allí sus décimos, buscando repetir una historia que ya parecía escrita.
Ese efecto llamada ha consolidado el vínculo entre Manises y el Gordo, aunque cada sorteo sea, en realidad, una hoja en blanco. La suerte no tiene memoria, pero las personas sí.

Quienes han vivido en Manises alguno de esos premios coinciden en una idea: la alegría nunca se normaliza. Cada Gordo se celebra como si fuera el primero. Porque, pese a la estadística acumulada, nadie espera realmente que vuelva a tocar. La Lotería de Navidad sigue siendo, incluso en los lugares más “afortunados”, un acontecimiento imprevisible.
Las autoridades y las propias administraciones de lotería suelen insistir en ello cada año: no hay pueblos tocados por una varita mágica. Solo números que salen y lugares donde, casualmente, estaban esos décimos.


