El municipio albacetense de Tobarra se vio sorprendido este mes de agosto por la irrupción de una plaga de langostas mediterráneas (Dociostaurus maroccanus), que no solo afectó a los terrenos agrícolas de la zona, sino que también alteró el normal desarrollo de las fiestas locales. La situación obligó al Ayuntamiento a tomar medidas urgentes tanto en el ámbito agrario como en el espacio urbano para intentar frenar la propagación de este insecto ortóptero.
La Concejalía de Agricultura y Medio Ambiente difundió a través de redes sociales un mensaje en el que instaba a los propietarios de terrenos rústicos próximos al casco urbano a labrar sus fincas lo antes posible, al tratarse de una de las técnicas más eficaces para interrumpir el ciclo reproductivo de la plaga. Según recordaron las autoridades locales, este procedimiento permitía reducir de manera significativa la población de langostas y prevenir daños futuros en los cultivos.
La presencia de este insecto no resultaba desconocida para la provincia de Albacete. De hecho, en 2023 la Estación de El Chaparrillo, dependiente del Iriaf, ya emitió un aviso sobre su proliferación en zonas endémicas como el Campo de Maniobras del Ejército en Chinchilla de Montearagón, el embalse de Ortigosa o el poblado de Claras, en Yeste. Se trataba de un problema cíclico que, además de afectar a cultivos de cereal, vid u olivar, causaba graves perjuicios en pastizales y áreas de monte.
En esta ocasión, la incidencia fue especialmente visible en el propio casco urbano de Tobarra. Numerosos vecinos denunciaron la dificultad para disfrutar de las atracciones de feria, ya que la gran cantidad de insectos alteraba la convivencia y el ocio nocturno. Las críticas señalaban que los niños y jóvenes eran quienes más sufrían la situación, al ver limitadas sus actividades festivas en el recinto ferial.
El Ayuntamiento de Tobarra reconoció públicamente a través de redes sociales la aparición “sorpresiva y multitudinaria” de estos insectos durante los eventos nocturnos. La Corporación explicó que la intensidad lumínica de los proyectores instalados en algunas atracciones atrajo masivamente a las langostas hacia el recinto festivo, provocando un problema de incomodidad para los asistentes. Aunque se descartó un riesgo directo para la salud, el consistorio admitió que la situación podía derivar en problemas de salud pública si no se actuaba de manera preventiva.
Por ello, el consistorio adoptó la decisión de realizar tratamientos específicos en las zonas aledañas al ferial y otros puntos afectados del municipio. El objetivo fue atenuar las molestias y garantizar el bienestar de los vecinos y visitantes durante la celebración de los festejos. Las autoridades locales subrayaron que estas actuaciones buscaban recuperar la normalidad y permitir una convivencia tranquila, al tiempo que reiteraron la necesidad de implicación de los agricultores en las labores de prevención rural.