ESTILO 14

Zara: 50 años vistiendo sueños y revolucionando la moda global

Hace medio siglo, en 1974, una pequeña tienda en La Coruña abrió sus puertas sin sospechar que estaba dando inicio a una revolución silenciosa en el mundo de la moda

Cortesía Zara (campaña Navidad 2024)

Hace exactamente cincuenta años, Amancio Ortega inauguraba Zara en una modesta esquina de La Coruña. Era 1974, un tiempo donde la moda tenía dueños: las grandes casas de alta costura que dictaban con severidad qué debía vestir el mundo. En ese escenario, Zara se presentó como un soplo de aire fresco, un espacio donde la moda dejaba de ser aspiración inalcanzable para convertirse en algo tan cotidiano como soñar despierto.

Lo que comenzó como un pequeño proyecto local pronto se transformó en una revolución. Ortega entendió algo que pocos habían vislumbrado: la moda no es sólo para quien tiene la cartera llena, sino para quien tiene el ojo inquieto. Su modelo de negocio, que podría describirse como el equivalente textil de un bisturí, resultó tan afilado como acertado. Zara captaba las tendencias más exclusivas, las traducía al lenguaje del común de los mortales y las llevaba a sus estantes en cuestión de días.

Cortesía Zara

Hoy, cinco décadas después, Zara sigue siendo sinónimo de innovación. En 2024, el gigante gallego ha intensificado su expansión en Estados Unidos con aperturas espectaculares en ciudades como Boston, Nueva York y Los Ángeles, consolidando su posición como referente global. Pero no solo se trata de abrir más tiendas.

También ha lanzado Zara Pre Owned, una plataforma de ropa de segunda mano que refleja su compromiso con la sostenibilidad y la economía circular.

Cortesía Zara (campaña de Navidad 2024)

Además, ha coqueteado con las nuevas formas de consumo digital, como la venta en streaming, adaptándose a las exigencias de una sociedad donde el tiempo vale más que el oro. Lo hace mientras sigue produciendo buena parte de sus colecciones cerca de casa, en un equilibrio maestro entre el pasado artesanal y el futuro tecnológico.

Pero estos cincuenta años no han estado exentos de desafíos. Las críticas por las condiciones laborales en su cadena de producción o por su impacto medioambiental han obligado a la empresa a mirar hacia dentro y ajustar el rumbo. Pero si algo ha demostrado Zara en su medio siglo de existencia es que sabe moverse en las aguas más turbulentas.

Cortesía Inditex

Hoy, cuando las tiendas de Zara iluminan las avenidas más transitadas del mundo, desde Tokio hasta Nueva York, el legado de Amancio Ortega y su equipo no es solo comercial. Es cultural. Zara ha cambiado para siempre la manera en que entendemos y consumimos moda. Ha desdibujado la línea entre lo aspiracional y lo accesible, y nos ha recordado que la moda no tiene por qué ser un lujo reservado para unos pocos.

Con cincuenta años en su haber, Zara sigue siendo una marca en movimiento, un gigante que avanza sin descanso pero con la misma premisa que tuvo en aquel rincón de La Coruña: hacer que la moda sea un derecho, no un privilegio. Y mientras el mundo sigue girando, Zara seguirá ahí, vistiendo sueños y reinventándose para lo que venga.

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