En un emotivo discurso en el que se entrelazaron historia, memoria y ambición, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, agradeció el prestigioso Premio Carlomagno, en el que hizo un llamamiento a la “renovación” del proyecto europeo a través de la independencia, la unidad y la resistencia democrática.
“Europa es mi vida”, comenzó Von der Leyen, expresando su profunda convicción personal y su gratitud, en Aquisgrán, ciudad alemana símbolo del turbulento pasado de Europa y de sus promesas perdurables, frente al rey Felipe VI y el canciller germano, Friedrich Merz.

El pasado y el futuro de Europa
Von der Leyen estructuró su discurso en torno a tres lugares emblemáticos de Aquisgrán, cada uno de los cuales sirve como espejo del alma de Europa.
En primer lugar, la catedral de Aquisgrán, antigua sede del imperio de Carlomagno, fue elogiada como “testamento del renacimiento espiritual, cultural y político”. En este caso, Von der Leyen subrayó que el futuro de Europa debe estar marcado por su legado cultural e intelectual.
El segundo símbolo fue más sombrío: la Vieja Sinagoga de Aquisgrán, destruida durante la Kristallnacht. Recordando la historia de Edith Holländer y su hija, Ana Frank, Von der Leyen evocó los horrores del Holocausto y la perdurable importancia del recuerdo. “Compartimos no sólo sueños comunes, sino también pesadillas comunes”, aseveró, haciendo un llamamiento a la vigilancia eterna contra el odio.
Por último, se dirigió a la misma sala en la que había hablado, recordando cómo Richard Coudenhove-Kalergi, el primer galardonado con el premio Carlomagno, imaginó una Europa construida sobre la libertad y los valores compartidos. Esa visión, argumentó, debe renacer ahora para una nueva era de incertidumbre global.
Von der Leyen y su apuesta por “una Europa independiente”
En el centro del discurso de Von der Leyen había una idea fuerza que se repitió: Europa debe ser independiente política, económica y militarmente.
Advirtió que los dividendos de la paz tras la Guerra Fría se han evaporado ante el aumento del autoritarismo y la agresión imperial. La invasión rusa de Ucrania, agregó, ha hecho añicos las ilusiones de un orden internacional estable. “No podemos quedarnos de brazos cruzados… El mundo vuelve a estar marcado por las ambiciones imperiales”, afirmó, señalando implícitamente las acciones de Rusia.
Es más, el día anterior a recibir el premio, Von der Leyen admitió que donará el dinero (un millón de euros) a asociaciones que trabajen con niños ucranianos, tanto los traumatizados por la guerra como los que han sido secuestrados y enviados a Rusia.
La presidenta de la Comisión Europea prosiguió con su alocución, imaginando una Unión abierta al exterior, que trabaje con socios desde Reino Unido hasta los Balcanes y más allá, vinculada por objetivos compartidos de estabilidad, prosperidad y democracia.
Los cuatro pilares para la renovación, según Von der Leyen

“Un nuevo orden internacional surgirá en esta década”, por lo que esbozó cuatro imperativos para hacer realidad esta Europa independiente. El primero, la seguridad y la defensa. Reconstruir las capacidades de defensa europeas en una era posterior a la autocomplacencia de la OTAN, con 800.000 millones de euros en gastos de defensa y aumentos históricos entre los Estados miembros. “La historia no perdona vacilaciones ni retrasos”, urgió. En segundo lugar, la innovación y la competividad. Un “plan maestro” centrado en la IA, las tecnologías verdes y la revitalización del Mercado Único, con Europa como centro del comercio y los negocios responsables y basados en normas.
En tercer lugar, la ampliación de la UE. Citando a Ucrania, Moldavia y los Balcanes Occidentales, declaró que la tarea histórica de esta generación es completar la reunificación europea, haciéndose eco del espíritu de 1989. “En Ucrania vemos cada día lo que significa luchar por la libertad”, aseveró.
Der Karlspreis ist die größte Ehre meines Lebens.
Er ehrt auch all jene, die sich mit mir für ein stärkeres, geeinteres & unabhängiges Europa einsetzen.
Ich nehme diesen Preis auch in ihrem Namen an.
Ab morgen geht unsere Arbeit für dieses Europa weiter. https://t.co/sKmvadG6i7— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) May 29, 2025
Por último, la resistencia democrática. Ante el aumento del extremismo y el retroceso democrático, Von der Leyen subrayó que la UE debe demostrar que la democracia funciona. “No defendemos nuestra democracia defendiendo el statu quo. Debemos ser los impulsores del cambio”.
Un “legado para nuestros hijos”
Para terminar con una nota profundamente personal, la política alemana nacida en Bélgica recordó su infancia en la Escuela Europea de Bruselas. Para ella, Europa fue una vez “la más simple y maravillosa de las cosas”, un lugar de experiencias, lenguas y sueños compartidos. Esa simple verdad, dijo, permanece inalterada: “Somos europeos”.
Invocó a Erasmo, Goethe, el CERN y los paisajes de Europa para subrayar cómo la diversidad alimenta la magia de Europa. Citando al historiador Timothy Garton Ash, concluyó que la identidad no es sólo lo que heredamos, sino lo que decidimos hacer de ello.
Al recoger el Premio Carlomagno, Von der Leyen dejó claro que no era un momento sólo para reflexionar, sino una llamada a la acción: “Este es el legado que debemos dejar a nuestros hijos… para que sea nuestra Europa independiente”.