Oriente Medio

Ganadores y perdedores de ‘la guerra de los 12 días’

El régimen iraní salva la cara ante su público después de haber atacado en varias ocasiones con el lanzamiento de misiles y drones suelo israelí

Trump
Iraníes sostienen retratos del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei
Efe

Doce días. Doce días de junio. Hace 58 años, en 1967, fueron seis días del mismo mes cuando Israel, en otro Oriente Medio tan distinto y tan parecido a este, se enfrentó a sus vecinos árabes en una guerra total de la que salió airoso. A pesar de la hipérbole periodística, la concluida este martes no ha sido quizá tan total, pero sí el previsible e inevitable corolario de un enfrentamiento existencial entre la República Islámica de Irán, cuya raison d’être durante más de cuatro décadas ha sido la oposición a Occidente y la destrucción del “ente sionista”, y el Estado de Israel, embarcado bajo las órdenes del veterano líder conservador Benjamin Netanyahu.

¿Quién ha ganado la guerra, una guerra que este lunes se anticipaba total al conocerse que las fuerzas del régimen teocrático habían lanzado una decena de misiles hacia la principal base de Estados Unidos en Oriente Medio, la catarí de Al Udeid? ¿Y quiénes son los derrotados de esta escalada de doce días que nadie se atreve a dar por definitiva habida cuenta de la volatilidad y la fluidez de la situación regional?

Al menos cuatro personas murieron este martes tras el impacto de un misil iraní contra un edificio residencial en la ciudad de Beersheva, en el sur de Israel
EFE/Magda Gibelli

Los vencedores

A juzgar por la rapidez de la negociación y el acuerdo, anunciado a última hora de la jornada de este lunes por el presidente estadounidense Donald Trump apenas horas después del ataque iraní contra la base aérea de Estados Unidos en Qatar, los dos países contendientes tienen motivos para estar satisfechos con el cese de las hostilidades.

La República Islámica de Irán, régimen teocrático fundado en 1979, tiene motivos para la satisfacción después de que el Gobierno de Netanyahu haya aceptado el acuerdo anunciado por el mandatario estadounidense. A diferencia de lo ocurrido con los ataques -anunciados y neutralizados con facilidad por los sistemas antiaéreos israelíes- de abril y octubre del año pasado, a teocracia chií salva la cara ante su público después de haber atacado en varias ocasiones con el lanzamiento de misiles y drones suelo israelí. Aunque su asesinato fue esgrimido por Netanyahu y su ministro de Defensa, la eliminación física del ayatolá Jameneí, de 86 años y en la cúspide del sistema desde 1989, no fue nunca una posibilidad real después de haber sido vetada por la Administración Trump.

Miembros de la organización colocando flores y pétalos en el vehículo de la Media Luna Roja que fue atacado durante el ataque aéreo israelí.
EFE/EPA

Por su parte, Estados Unidos, siempre contrario a abrir una nueva guerra en Oriente Medio, tiene también motivos para respirar. A pesar de su apoyo sin fisuras a Tel Aviv y de su inesperado ataque de este domingo a las instalaciones nucleares de Fordo, Natanz e Isfahán, el presidente estadounidense mantuvo siempre abierta la posibilidad de la negociación con el régimen, insistiendo a Teherán para que aceptara el borrador de acuerdo nuclear remitido por su Administración hace dos semanas. El tiempo dirá si las autoridades iraníes están dispuestas a retomar las negociaciones con la Administración Trump después de que la operación israelí obligara a suspender abruptamente el diálogo entre Washington y Teherán.

Pero el gran vencedor es el Estado de Israel y su inteligencia, el Mosad. La liquidación en apenas dos días de la cúpula de los temibles Cuerpos de la Guardia Revolucionaria y otros mandos del Ejército iraní además de la élite científica de la dictadura en sus escondites en Teherán y otras partes del país vuelve a merecer el calificativo de obra maestra de la inteligencia, una operación que guarda ecos con el que permitió descabezar a Hizbulá en Líbano -incluido el episodio de la explosión de los buscas o la eliminación de Hasan Nasrala– hace menos de un año. Además, según fuentes militares israelíes, los daños sufridos por la infraestructura nuclear y militar hacen al régimen retroceder dos décadas en sus capacidades nucleares, lo cual aleja el espectro de la bomba atómica en el corto y medio plazo. Israel ha dejado tocado al régimen pero ha evitado su caída. Con la guerra de Gaza aún abierta y un Oriente Medio en situación de alta tensión, Tel Aviv sabe que el cambio de régimen añadiría mucha más inestabilidad al escenario regional.

Equipos de rescate israelíes trabajan en el lugar de un ataque con misiles en una zona residencial de Beer Sheva, en el sur de Israel
EFE/EPA/ATEF SAFADI

Los perdedores

En el capítulo de derrotados hay que mencionar el de los aliados regionales -fuerzas y milicias patrocinadas- de la República Islámica en los distintos países de Oriente Medio. A pesar de la dureza del castigo israelí, ni -la otrora más dotada de las fuerzas proxy afiliadas a Teherán- ni los rebeldes chiíes del Yemen, los conocidos como hutíes -en poder de una parte importante del oeste y el norte del país- ni las fuerzas chiíes de Irak y Siria se han atrevido a atacar suelo israelí -o intereses occidentales- durante la ofensiva. Desde octubre de 2023 el castigo sufrido por la red de milicias vinculadas a la teocracia iraní, incluida Hamás, ha sido severo.

La otra gran perjudicada ha sido la oposición iraní -tanto la interior como la exterior-, que esperaba que el operativo israelí contribuyera a la caída de un régimen que, a juzgar por lo admitido por Trump este martes, estaba fuera de la ecuación para Tel Aviv y Washington. El temor para los grupos más activos en su oposición a la dictadura, entre ellos los jóvenes y las mujeres, es que, superado el trance, las autoridades iraníes incrementen a partir de ahora la persecución de la disidencia.

Iraníes caminan sobre banderas israelíes y estadounidenses durante una manifestación antiisraelí en Teherán, Irán
EFE/EPA/ABEDIN TAHERKENAREH

Sin duda, las grandes víctimas de esta y otras guerras son los civiles muertos y heridos. El Ministerio iraní de Sanidad reconocía ayer la muerte de al menos 610 personas y que más de 4.700 han resultado heridas en la escalada. Por su parte, las autoridades israelíes reconocen un total de 29 muertos y 3.238 heridos como consecuencia de los ataques iraníes contra su territorio.