Mientras los líderes de la OTAN llegaban a La Haya para celebrar una cumbre de alto nivel centrada en la preparación militar y la unidad de la Alianza, el ambiente estaba cargado tanto de ambición como de tensión. Con la invasión rusa de Ucrania en pleno apogeo en el flanco oriental de la OTAN y las dudas sobre la fiabilidad de Estados Unidos cada vez más presentes, los líderes se unieron en torno a un nuevo y audaz objetivo: destinar el 5% del PIB a la defensa.
El nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, anfitrión de la cumbre en su país natal, los Países Bajos, lanzó un claro llamamiento al aumento del gasto militar. “Hagan que sus defensas sean tan fuertes que nadie se atreva a atacarlos”, aseveró a los aliados europeos, subrayando que la OTAN no debe ser superada en producción por Rusia, “una economía 25 veces más pequeña”.
El objetivo del 5%
La propuesta de Rutte de un objetivo del 5%, más del doble del objetivo actual de la Alianza Atlántica del 2%, fue recibida con un entusiasmo generalizado, aunque no universal. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, argumentó que incluso un plazo de 10 años para alcanzar el objetivo era “demasiado tarde” e instó a la Alianza a fijarse como objetivo el año 2030. “Para ser francos y honestos, debemos rearmarnos para defendernos y disuadir a Rusia”, afirmó la “premier” socialdemócrata.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, también respaldó la aceleración del plazo, mientras que el presidente checo, Petr Pavel, admitió que el aumento solo subsanaba un descuido prolongado: “Llevamos décadas invirtiendo por debajo de lo necesario”.

El nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, calificó la cumbre de “histórica” y destacó su potencial para redefinir la postura estratégica de Europa. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en su intervención ante el Parlamento antes de partir a La Haya, se mostró de acuerdo en aumentar el gasto, pero insistió en que las empresas italianas, y no los contratistas extranjeros, deberían cosechar los beneficios. Este miércoles se reunirá tanto con Merz como con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tras las conclusiones de la Cumbre.
La sombra de Trump y la cuestión estadounidense
Sobre la Cumbre se cernía la presencia —y la imprevisibilidad— del presidente estadounidense Donald Trump. De camino a La Haya a bordo del Air Force One, Trump reavivó las dudas sobre el compromiso de Estados Unidos con la cláusula de defensa mutua del artículo 5, piedra angular de la OTAN. “Depende de cómo lo definas”, indicó a los periodistas.
Pero en un momento de drama transatlántico, Trump compartió un polémico mensaje de texto del propio Rutte, enviado ese mismo día, en el que elogiaba al presidente por hacer “lo que nadie más se atrevía a hacer” con Irán y predecía “otro gran éxito en La Haya”.

“Señor presidente, querido Donald, enhorabuena y gracias por su decisiva actuación en Irán, que ha sido realmente extraordinaria y algo que nadie más se atrevía a hacer. Nos hace a todos más seguros”, escribió Rutte al más puro estilo trumpista en el mensaje. “Esta noche volarás hacia otro gran éxito en La Haya. No ha sido fácil, pero ¡los hemos conseguido a todos con un 5 %!”.
“Donald, nos has llevado a un momento realmente importante para Estados Unidos, Europa y el mundo. Vas a lograr algo que ningún presidente estadounidense ha conseguido en décadas”, indicó Rutte, y usando hasta las icónicas mayúsculas de Trump, añadió: “Europa va a pagar MUCHO, como debe ser, y será tu victoria. ¡Buen viaje y nos vemos en la cena de Su Majestad!”.

Más tarde, funcionarios de la OTAN confirmaron la autenticidad del mensaje, insinuando la buena relación entre ambos líderes a pesar de la retórica incendiaria de Trump. De hecho, cuando una mujer estaba como favorita para ser la nueva secretaria general, la posible vuelta del magnate republicano a la Casa Blanca hizo que los mandatarios optaran por alguien más cercano a Trump y que fuera hombre.

Con todo, el enviado de Trump a la OTAN, el embajador Matthew Whittaker, se apresuró a tranquilizar a los nerviosos aliados: “Estados Unidos no va a ir a ninguna parte”. Rutte, por su parte, trató de calmar las tensiones, instando a los aliados a “dejar de preocuparse tanto por Estados Unidos” y centrarse en cambio en cerrar la enorme brecha militar de la alianza con Moscú.
El protagonismo de España
Aunque la cumbre desprendía un tono de urgencia y determinación, las divisiones entre los miembros seguían siendo marcadas. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, fue apodado “el villano de la OTAN” en la portada del medio Politico tras su reiterada resistencia a aumentar los presupuestos de defensa. Sánchez se planta en el 2,1% del gasto.
Los técnicos de las Fuerzas Armadas, ha añadido, han estimado que “España va a necesitar 2,1% de su PIB para adquirir y para mantener todo el personal, todo el equipamiento, todas las infraestructuras solicitadas por la Alianza para hacer frente con nuestras capacidades a esas amenazas. Por tanto, el 2,1%, ni más, ni menos”, anunció Sánchez el domingo.
A pesar de la negativa de España, el país más rezagado de la OTAN, Rutte insistió en una entrevista con “The Guardian” que los 32 miembros habían acordado aumentar el gasto en defensa porque “hay mucho en juego” tras la invasión de Ucrania por parte de Putin. En el acuerdo que se aprobará este miércoles, los miembros de la Alianza se comprometerán a aumentar el gasto militar hasta el 3,5% del PIB con un 1,5% más destinado a inversiones relacionadas con la seguridad, en las que se puede meter ciberseguridad o inteligencia.
Además de la reticencia española, en Eslovaquia el primer ministro populista y prorruso, Robert Fico, intervino en las redes sociales: “Nuestro país tiene otras prioridades para los próximos años que el armamento”.
S T A T E M E N T
of the Prime Minister of the Slovak Republic Robert Fico
23 June 2025The Prime Minister of the Slovak Republic points out that all international political, security, and legal mechanisms intended for decision-making and mandates on the use of military force in… pic.twitter.com/GFvnGaiuXs
— Robert Fico 🇸🇰 (@RobertFicoSVK) June 23, 2025
Canadá, que durante mucho tiempo ha sido motivo de frustración interna en la OTAN, finalmente cumplió sus promesas. El primer ministro Mark Carney se comprometió a destinar 9.000 millones de dólares adicionales al gasto militar, lo que sitúa a Canadá en el umbral del 2% y, como dijo un funcionario europeo, “fuera del punto de mira de la Alianza”.
No todo el drama fue político. La cumbre se enfrentó a una interrupción inesperada cuando una importante línea de tren en Países Bajos quedó inutilizada, un acto que, según las autoridades neerlandesas, podría haber sido un sabotaje deliberado. “No tengo palabras para expresar mi repulsa”, dijo un alto funcionario de defensa europeo, que habló bajo condición de anonimato. La seguridad es máxima en La Haya, de hecho, esta es la cumbre más cara de la historia de la OTAN. En total se han gastado unos 183,4 millones de euros.