Reunión en Busán

“Interdependencia beneficiosa”: Xi y Trump rebajan la tensión de la “guerra comercial”

China y Estados Unidos, las dos principales potencias económicas globales, han sido lideradas exclusivamente por hombres

Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping
Shutterstock

El encuentro de este jueves entre Xi Jinping y Donald Trump, que será el primer cara a cara físico desde el retorno del presidente estadounidense al poder, estará marcado por la guerra comercial abierta tras la imposición de aranceles por parte de Washington. Oficiales de ambos países especularon con la posible firma de un nuevo acuerdo comercial, que podría mitigar las consecuencias del seísmo financiero causado por el choque entre las dos principales potencias económicas del mundo. 

Si se logra desbloquear la situación, será exclusivamente cosa de hombres. Estados Unidos y China destacan por haber mantenido un liderazgo político exclusivamente masculino a lo largo de su historia, sin que una mujer haya ocupado la presidencia o el liderazgo máximo del país. Las últimas candidatas norteamericanas -ambas demócratas-  que lo intentaron fueron Hillary Clinton en 2016 y Kamala Harris en 2024. Ambas fueron derrotadas por Trump.

Desde la fundación de la República Popular China en 1949, el liderazgo supremo ha sido masculino, encabezado primero por Mao Zedong y continuado por Deng Xiaoping, Jiang Zemin, Hu Jintao y Xi Jinping. El Partido Comunista Chino, único dominador del poder en el gigante asiático, nunca ha considerado a ninguna mujer para ocupar el secretariado general del partido. 

Xi Jinping y Trump no se ven en persona desde 2019. Desde entonces, el impacto de la guerra en Ucrania, la creciente preocupación estadounidense por los avances tecnológicos de Pekín, así como los rencores por el desequilibrado balance financiero entre ambos países, alimentaron el rencor mutuo. 

Los aranceles impuestos por la Administración Trump se tradujeron en una reducción significativa del comercio bilateral, aumento de precios al consumidor final, tensiones diplomáticas y repercusiones en la economía mundial. Las exportaciones chinas a Estados Unidos cayeron un 11% en el primer semestre de 2025; empresas chinas diversificaron mercados; el encarecimiento de productos importados afectó a la inflación global; y la economía china sufrió un crecimiento a la baja en el sector de manufacturas y un mayor desempleo juvenil. 

China
El presidente de China, Xi Jinping, y el presidente de EE UU, Donald Trump
EFE/EPA/ Paolo Aguilar / Mohammed Badra ARCHIVO

El encuentro de este jueves, que se producirá en el marco de la cumbre Asia Pacífico de Cooperación Económica, podría servir para restablecer las afectadas relaciones bilaterales. “Creo que tendremos un gran encuentro con el presidente Xi de China, y muchos problemas serán solventados”, pronosticó Trump antes de embarcar en el Air Force One.

La cuestión de Taiwán

Para evitar abrir nuevos frentes, la sensible cuestión de Taiwán quedará fuera del debate. El régimen de Pekín reclama Taiwán como una provincia china, y lleva años liderando una campaña de presión contra su gobierno para aceptar lo que define como un proceso de “reunificación”.

China no descarta el uso de la fuerza militar para lograr su objetivo, algo que destacan editoriales de la prensa china esta semana. Washington es el mayor apoyo internacional de Taiwán para resistir las amenazas chinas, pero la ambigüedad de Trump genera dudas sobre cuál sería el rol estadounidense ante una intervención militar china. 

Un acuerdo de “tierras raras”

Otro tema central del encuentro será la discusión sobre las “tierras raras”, territorios chinos ricos en minerales, vitales para alimentar las industrias automovilísticas o de defensa estadounidenses. China dispone del 70% de estas tierras, así como el 90% de las capacidades mundiales para procesar los minerales.

Acuerdo EEUU-Japón - Internacional
Una fotografía de Donald Trump y Sanae Takaichi tras la firma del acuerdo.
AP

Este mes, Pekín puso más restricciones a la exportación de estos minerales, alegando riesgos a la seguridad nacional. Analistas lo consideran una medida de presión china para lograr relajar los aranceles impuestos por Washington. Trump es consciente que la economía doméstica de su país depende de las “tierras raras”, y amenazó con responder con aranceles de hasta el 100% sobre bienes chinos. El martes, el presidente estadounidense firmó un acuerdo bilateral con Sanae Takaichi, el nuevo primer ministro japonés, para asegurar más abastecimiento de estos minerales. 

Más allá del resultado del encuentro entre Xi y Trump, China también busca reducir su dependencia de Estados Unidos. El martes, China firmó una actualización de su acuerdo de libre comercio con la ASEAN, el bloque de países del sudeste asiático que, en conjunto, constituyen su principal socio comercial. El comercio bilateral entre China y la ASEAN ascendió a 771.000 millones de dólares el año pasado, en comparación con los 659.000 millones de dólares del comercio entre Estados Unidos y China.

Ambas partes tienen interés en rebajar la tensión en la guerra comercial. Feng Chucheng, consultor de Hutong Research, afirmó a The Guardian que “en Estados Unidos se está extendiendo la idea de que la coexistencia basada en la interdependencia puede ser beneficiosa. En ese sentido, el paradigma estadounidense respecto a China está cambiando gradualmente”.