Ante la política aislacionista e imprevisible de Estados Unidos bajo mando de Donald Trump, incapaz de finiquitar las guerras y de preservar la estabilidad económica, Xi Jinping ejerció este lunes de anfitrión de una cumbre en Tianjin de la Shanghai Cooperation Organisation (SCO). Xi se rodeó de líderes masculinos de países candidatos para liderar de la mano de China un nuevo orden global bajo su tutela. Pero entre las delegaciones de más de veinte países hubo una notable ausencia: ninguna mujer figuraba entre los altos oficiales invitados.
En la cumbre de exclusivo acento masculino destacó la presencia del presidente ruso Vladimir Putin, el líder norcoreano Kim Jong Un o el primer ministro indio Narendra Modi. Los dirigentes de China, Rusia e India, las tres grandes potencias no alineadas con Occidente, sonrieron efusivamente al darse la mano durante la cumbre del OCS, un ente euroasiático de cooperación política, económica y de seguridad. Xi y Putin pretendían mandar una señal a la Casa Blanca, reivindicando su rol como potenciales nuevos dirigentes del mundo. Narendra también mandó una indirecta a Trump: si no relaja los aranceles impuesto a Nueva Delhi, girará sus preferencias a Oriente.

En la cumbre de seguridad de China, donde también participaron los líderes de Irán, Pakistán o Myanmar, Xi mostrará el miércoles a sus huéspedes sus renovadas capacidades militares, incluidos misiles hipersónicos o vehículos autónomos. Pero más allá de invitar a estados considerados pariah por Occidente, analistas destacan la voluntad expresa de Xi por reescribir la historia. Pekín insiste ahora en el papel pacificador que tuvo el país al fin de la II Guerra Mundial, cuando se dibujó el nuevo orden internacional bajo coordinación de la ONU. Además, el presidente chino aprovechará las jornadas para reivindicar la soberanía china sobre Taiwán.
Junto a Putin y Narendra, Xi pidió que el mundo promueva la “correcta” perspectiva de lo ocurrido tras la caída del nazismo, y que se promueva un mayor multilateralismo. “Las ópticas son parte fundamental de esta cumbre, y la Casa Blanca debería asumir que sus políticas resultaron en que otros países buscarán alternativas para lograr sus intereses”, consideró el analista Manoj Kewalramani, director indio del Centro de Estudios del Indo-Pacífico Takshashila al New York Times.
Más de 20 líderes y ninguna mujer
Los más de 20 líderes reunidos en Tianjin, mayoritariamente del centro y sur de Asia, evidenciaron que el aislacionismo de Trump dio rienda suelta a China y Rusia para lograr el acercamiento de países como Irán, Kazajistán, Kirguistán, Bielorrusia o Pakistán. El mensaje que repite Pekín es claro: ante las caóticas políticas comerciales de Washington, China puede emerger como el líder económico del mundo que garantice estabilidad.
“Es tiempo de que el dragón y el elefante dancen conjuntamente”, dijo Xi Jinping a su homólogo indio Modi, refiriéndose a los animales que simbolizan la identidad de las dos potencias asiáticas. “Acordamos la importancia de mantener el momento de las relaciones bilaterales positivas”, remarcó Modi, que insistió en mantener la “paz y la tranquilidad” en las regiones fronterizas.

En la “guerra narrativa”, China insiste ahora en que su contribución durante la “guerra de resistencia contra la agresión japonesa” (1931) fue clave para la victoria aliada en la II Guerra Mundial, ya que supuestamente desgastó a un aliado de la Alemania nazi (Japón) una década antes de la entrada de EE UU al conflicto. “China y la Unión Soviética fueron los principales actores de dicha guerra en Asia y Europa”, dijo Xi durante una visita a Moscú para celebrar el “Día de la Victoria” el pasado mayo.
Modi y Putin
En el discurso inaugural, Xi urgió a los asistentes de la cumbre a evitar una “mentalidad de Guerra Fría y de confrontación”, y que la SCO debe mirar adelante para afrontar la “inestabilidad global”. En los aledaños de la conferencia, Modi y Putin compartieron viaje en la limusina del dirigente ruso. Moscú lleva tiempo intentando reavivar esta alianza trilateral para contrarrestar a Occidente. “Las conversaciones con él son siempre reveladoras”, reconoció el dirigente indio. Y agregó: “1,4 billones de indios esperan excitados” para recibir a Putin en Nueva Delhi en diciembre.

Además de la cumbre del SCO, que terminó este lunes, Xi puso el foco en el desfile militar que se celebrará este miércoles, coincidiendo con el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial. Putin o Kim Jong Un estaran en primera fila, para dar refuerzo a la reivindicación del Partido Comunista de China para anexionarse Taiwán y el mar del sur de China. Desde 2015, Pekín ha intensificado su agresividad contra Taiwán, lanzando continuos ejercicios militares. El nuevo presidente taiwanés, Lai Ching-te, es considerado un peligroso separatista por las autoridades chinas.
“Xi Jinping claramente quiere desafiar el orden global dominado por Estados Unidos y demostrar que China es una alternativa confiable y legítima”, considera Alfred Wu, profesor asociado de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur. No obstante, esta narrativa será comprada exclusivamente a nivel doméstico y por los aliados de China en el Sur Global.