La figura de Jeffrey Epstein, cuyo suicidio en prisión en 2019 dejó tras de sí una estela de acusaciones de abuso sexual y tráfico de menores, sigue siendo un punto de fricción en la política estadounidense. Su caso no solo ha puesto desvela la supuesta protección de personas ricas y poderosas, sino que ha provocado una notable efervescencia en el ámbito político, que recientemente ha llevado al enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y una de sus más fervientes partidarias, la representante republicana por Georgia, Marjorie Taylor Greene.
El centro de esta disputa es la presión para que se publiquen los archivos de investigación federales sobre Epstein, una medida que los sobrevivientes y víctimas de tráfico sexual han exigido para lograr una mayor transparencia y rendición de cuentas.

“Traidora”
Marjorie Taylor Greene, una de las voces más prominentes del movimiento MAGA (Make America Great Again), se ha alineado firmemente con la causa de la transparencia en el caso Epstein. Greene, junto con otros miembros de la Cámara de Representantes, ha impulsado un movimiento para forzar una votación que obligue a la liberación de todos los documentos desclasificados relacionados con el caso.
Esta postura la ha puesto en desacuerdo directo y público con el presidente Trump, quien se había opuesto con vehemencia a la publicación de los archivos, llegando incluso a calificar toda la situación como un “Engaño Demócrata”. No obstante, en un giro dramático y sin precedentes, Trump revirtió su posición la noche del domingo 16 de noviembre de 2025, llamando a los republicanos a votar por la liberación de los archivos. En Truth Social, su plataforma de redes sociales, escribió: “no tenemos nada que ocultar, y es hora de pasar de este Engaño Demócrata”.
Antes de este cambio de opinión, la respuesta de Trump a la iniciativa de Greene fue de furia, retirando su apoyo político y refiriéndose a ella despectivamente como “Marjorie ‘Traitor’ Greene” (Marjorie ‘Traídora’ Greene) y una “lunática delirante”.
El trasfondo de este conflicto se basa en la necesidad de las víctimas de Epstein. Como Greene afirmó en una entrevista con Dana Bash de CNN: “Me solidarizo con las víctimas de violación. Me solidarizo con los niños que se encuentran en terribles situaciones de abuso sexual, y me solidarizo con los sobrevivientes de la trata y con aquellos que están atrapados en la trata sexual, y no me disculparé por eso“. “Creo que el país merece transparencia en estos archivos, y no creo que las personas ricas y poderosas deban ser protegidas si han hecho algo mal, por lo que estoy del lado de las mujeres“, afirmó Greene.
“Lo siento por participar en la política tóxica”
El enfrentamiento por los archivos Epstein es el punto álgido de una serie de críticas recientes de Greene hacia Trump, pero quizás lo más notable es la aparente reinversión política de la propia congresista.
Greene, cuya carrera en Washington, D.C. comenzó en 2020, estuvo marcada por la promoción de teorías de conspiración y un uso constante de la retórica punzante y las polémicas dentro del espíritu del MAGA. Sin embargo, en la misma entrevista donde defendía la liberación de los archivos, Greene ofreció una rara muestra de contrición política: “Me gustaría decir, humildemente, que lo siento por participar en la política tóxica; es muy malo para nuestro país.”

Cuando fue confrontada sobre el hecho de criticar la política tóxica solo cuando se dirigía a ella, Greene replicó: “Creo que esa es una crítica justa”. Atribuyó su reciente reflexión a la traumática experiencia del asesinato de Charlie Kirk en septiembre, y a la preocupación por su propia seguridad, afirmando que los ataques de Trump eran “señales encubiertas a radicales peligrosos” y que estaba recibiendo múltiples amenazas.
El presidente desestimó sus preocupaciones, diciendo: “No creo que su vida esté en peligro. (…) Francamente, no creo que a nadie le importe ella”.
“America First”
La crítica de Greene a Trump se ha extendido más allá del caso Epstein. Ha expresado su alarma por el coste de vida, criticando al Partido Republicano por no hacer lo suficiente para aliviar el aumento de los costos de los seguros de salud.
Pero su ruptura más ideológica con el presidente se centra en la esencia del movimiento que él mismo creó: “America First”. Greene ha criticado las giras de política exterior de Trump y, en particular, su reunión con el presidente sirio Ahmed al Sharaa (un ex comandante de Al Qaeda), lo que considera una traición a los principios de anteponer a Estados Unidos.
La voluntad de Greene de separarse de Trump, incluso a riesgo de una posible amenaza de desafío en las primarias, sugiere que, para algunos en el Partido Republicano, la adhesión a los principios del movimiento es más importante que la lealtad incondicional al líder. Como argumentó el Representante Thomas Massie, líder de la iniciativa sobre los archivos Epstein: “Les recordaría a mis colegas que esta votación estará en su registro por más tiempo de lo que Trump será presidente”.


