El diputado independiente y candidato Stéphane Vojetta acaba de ganar la primera vuelta de las elecciones en su circunscripción con un 35,6% de los votos. El próximo domingo, 7-J, se batirá en un duelo con Maxime da Silva, del partido La Francia Insumisa (LFI), que obtuvo un 24,6% de los sufragios. Vojetta lucha por la reelección, para seguir siendo el representante de los franceses en España, Portugal, Andorra y Mónaco en la Asamblea Nacional de Francia. “No estoy muy nervioso por mi segunda vuelta, sino mucho más por lo que pueda pasar en Francia y dónde voy a aterrizar en julio”. Y es que su país está en una auténtica encrucijada.
Vojetta (Nancy, 1974) está acostumbrado a los retos. En 2022 eliminó en la primera ronda a un ex primer ministro francés, Manuel Valls, que contaba hasta con el apoyo del presidente Emmanuel Macron. Pero la mayoría de los franceses en España -hay unos 100.000 ciudadanos galos registrados para votar, de los que la mitad son mujeres- confiaron en él.
En este 2024, su papeleta electoral es toda una declaración de intenciones. “Sin logotipo de partido. La papeleta de un candidato sin etiqueta, como en 2022. La papeleta de un diputado que será libre de trabajar por la gran coalición republicana -sin Agrupación Nacional (RN) ni LFI-, que no se resignará a ver gobernar a RN”.
En el día que entra en vigor en España la ley de ‘influencers‘, Vojetta, promotor de esta histórica y pionera ley en Francia aprobada hace más de un año, atiende a Artículo14. Para él, la convocatoria de las elecciones anticipadas por parte del presidente Macron fue toda una “sorpresa” que ha puesto a todo el país “en un estado de nervios”.
-¿Cómo vivió el anuncio de la convocatoria de elecciones anticipadas? ¿Le parece un error de Macron?
-Fue una sorpresa para mí y para todos. Nadie se lo esperaba. Todo el mundo pensaba que esto iba ocurrir, sabíamos que el presidente lo iba a hacer antes de 2027, pero pensábamos que lo convocaría cuando ya no le quedase ninguna otra alternativa. Este momento iba a llegar a finales de 2024, porque en otoño iba a prosperar una moción de censura, e iba a caer el Gobierno de Gabriel Attal, por los presupuestos de 2025. Así, frente a la incapacidad de hacer un gobierno de coalición con la Asamblea Nacional actual, Macron no tendría otra alternativa que convocar unas elecciones anticipadas. Lo que ha hecho es sorprender a sus rivales adelantando seis meses lo inevitable. Por un lado, este factor sorpresa hace que les pille desprevenidos y sin preparación. Esto ha forzado a algunos a aclarar sus posturas. En particular, a la izquierda francesa, intentar volver a montar una alianza cuando llevaban años y meses peleándose. Y también en la derecha ha generado una ruptura, tanto en Reconquête! de Éric Zemmour como en Los Republicanos (derecha tradicional), pues su líder Éric Ciotti ha preferido hacer una alianza electoral con Marine Le Pen. Tácticamente, ha salido bien. Sin embargo, los votantes están enfadados. Ya lo estaban antes, como quedó constancia en las elecciones europeas. Agrupación Nacional (RN) logró más de 32%, ya era un voto de castigo a Macron. Ahora los ciudadanos siguen queriendo castigar, porque, incluso, les fastidia un poco el verano. Además, pone a toda Francia en un estado de nervios tremendo.
-¿Tiene miedo, si gana la extrema derecha en Francia el domingo, a que pueda haber medidas contra los derechos de las mujeres?
-Está claro. La extrema derecha fue el único partido que se abstuvo parcialmente o votó en contra cuando se aprobó blindar el derecho al aborto en la Constitución de Francia en Versalles hace tres meses. Hace poco tuvimos un debate sobre el mercado laboral, sobre una ley sobre indemnizaciones de desempleo y el diputado de RN encargado del debate dijo claramente que las ‘mujeres se tenían que dedicar a su hogar’. Lo dijo en un micrófono, en la Asamblea Nacional, asumiendo sus palabras de que, ante la situación demográfica en Francia, las mujeres se tenían que quedar en casa haciendo o cuidando de los hijos. Hace un año, hicieron una propuesta de ley que no fructificó pero que lanzaron, sobre prohibir la escritura exclusiva. Normalmente, las propuestas de ley se firman en la primera parte por orden alfabético. Ellos firmaron primero los hombres, y después las mujeres del partido. Es más que simbólico.
-La buena noticia es que en la circunscripción de España, Portugal, Andorra y Mónaco, la extrema derecha no ha pasado a la segunda vuelta. Algo muy difícil si tenemos en cuenta el mapa de Francia, ¿a qué se debe?
-Efectivamente, yo quería permitir a los votantes con mi papeleta electoral, tener la opción de evitar una segunda vuelta entre extremos: entre RN y LFI. Efectivamente, en la primera vuelta los votantes han eliminado al candidato de Marine Le Pen. Y ahora tienen que elegir entre el candidato de Jean-Luc Mélenchon y yo. Esto pinta bastante bien, pero habrá que ver cómo se comportan los votantes de la primera ronda que no se decantaron ni por él ni por mí. A nivel nacional, es cierto que esta configuración la vemos mucho: una concentración del voto en los dos extremos. Esto pone a muchos franceses en una situación muy complicada a la hora de elegir, tienen que votar entre ‘algo malo y algo peor’.
-Como española, me asombran todas las condenas que tienen los miembros de La Francia Insumisa por acoso sexual y violencia machista y como el líder, Mélenchon, no hace nada. ¿Es un partido machista?
-Es muy contradictorio. Porque supuestamente abogan por los derechos de la mujer, pero la realidad es que cuando uno de sus líderes reconoce haber agredido (tras la denuncia de su mujer) y golpeado a su esposa, pues los primeros días fueron duros, pero Mélenchon salió enseguida en su defensa, diciendo que ‘sólo había sido una vez’ y mantenía toda su confianza, argumentando que este hombre era el futuro del movimiento. ‘Sólo ha sido una vez’, menudo argumento. De hecho, bajo presión mediática, LFI tuvo que suspender durante tres meses a Adrien Quatennes. Él no podía venir a la Asamblea. Lo tremendo es que durante este periodo, ya que necesitaban su voto, le dieron de baja laboral por enfermedad, y así pudo votar por delegación de voto. Cuando muchas mujeres de otros partidos que no podían votar porque estaban de baja de maternidad, y no se podía hacer delegación de voto. Precisamente, el candidato al que me enfrento el domingo en mi circunscripción era el director de Recursos Humanos del grupo Insumiso. Mañana (por hoy), que tenemos un debate, se lo voy a echar en cara y le voy a preguntar cómo ha podido atreverse a hacer esto. Es que tiene por un lado un discurso, pero la realidad demuestra que los derechos de las mujeres le importan menos que nada. El fin justifica los medios, como siempre con ellos. Y si fuera un sólo caso, pero hay bastantes casos de acoso. Son muy buenos para denunciar los casos fuera de su familia, pero de puertas para dentro es ‘omertà‘, la ley del silencio.
-Incluso cuando Adrien Quatennes fue condenado por violencia machista y después volvió, fue recibido por los diputados de LFI con aplausos en la Asamblea, no sé si estuvo presente aquel día…
-Fue una vergüenza tremenda. No estaba el grupo integrado y fuera, se desplazaron hacia él para poder aplaudirle el día que tomó la palabra en la Asamblea. Los que le rodearon fueron el círculo más cercano a Mélenchon (no todos los diputados de LFI). Hay algunos ‘insumisos’ que no están cómodos con todo esto, pero al final hubo una votación en secreto para volver a reincorporar a Quatennes y le reincorporaron en el grupo. ¿Qué pasó después? Que hace dos semanas le dieron una investidura para estas elecciones, pero esta vez el revuelo mediático y popular fue tal que Quatennes no tuvo otra alternativa que retirarse.
-¿Qué van a hacer el 8-J, el día después de las elecciones en esa Asamblea Nacional ante el avance de la extrema derecha?
-Lo que intentamos hacer nosotros, los del eje central del espacio, es plantear una mayoría alternativa a la mayoría de Le Pen. Igual que lo intentó hacer Pedro Sánchez cuando Feijóo había ganado las elecciones. No tenemos los mismos partidos y no va a ser fácil para nosotros lograr que unos socialistas se pongan de acuerdo con nosotros y con Los Republicanos (que no se han ido con Le Pen) para conformar un programa y un gobierno de coalición. Esto nunca se ha hecho. Pero tampoco en el pasado hemos estado en un momento tan crítico en el cual tenemos que decidir si aceptamos o no entregar el gobierno a Marine Le Pen y a la extrema derecha. Yo espero que sea algo posible. De hecho, una vez más, yo voy a estas elecciones sin ningún partido, sin ningún apoyo de ningún partido político para tener la libertad de hacer lo que sea necesario en París para conformar esta nueva mayoría de coalición. Nadie podrá utilizar mi voto en función de lo que se plantee. Sólo yo. Para mí, siempre que no haya un dictado de RN o de LFI, estoy dispuesto a trabajar con todos.