Covid persistente

Violet Affleck pide en la ONU reconocer el aire filtrado como un derecho humano

Violet Affleck, hija de Ben Affleck y Jennifer Garner, denuncia la falta de acción frente al COVID persistente y advierte sobre su impacto en la salud de los niños

Violet Affleck durante su intervención
Naciones Unidas

La joven Violet Affleck, hija de los actores Ben Affleck y Jennifer Garner, sorprendió este martes en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York con un discurso en el que defendió la necesidad de mantener medidas de protección frente al COVID-19 y de avanzar hacia infraestructuras que garanticen aire limpio en espacios cerrados. La intervención se dio en el marco del evento Healthy Indoor Air: A Global Call to Action, que reunió a líderes, científicos y activistas para reflexionar sobre la salud pública y la calidad del aire.

Con 19 años y estudiante de Yale, Violet habló desde su experiencia personal y su activismo en torno a la pandemia y el COVID persistente. Portando mascarilla y gafas protectoras, insistió en que “el aire filtrado debe ser un derecho humano”. Para la joven, el problema no es únicamente sanitario, sino también ético, pues se trata de proteger a las generaciones futuras de enfermedades que se transmiten por el aire.

Durante su intervención, fue especialmente crítica con las autoridades que han intentado declarar superada la pandemia. “Se nos dice por parte de los líderes que somos el futuro. Pero cuando se trata de la pandemia en curso, nuestro presente está siendo robado frente a nuestros ojos”, expresó con firmeza. Aseguró que el regreso a la llamada normalidad implicó minimizar la transmisión aérea del virus y dejar de lado las necesidades de niños y adolescentes: “Para los adultos, el incesante llamado de ‘volver a la normalidad’, ignorando, minimizando y ocultando tanto la prevalencia de la transmisión aérea como la amenaza del COVID persistente, se manifestó en una serie de decisiones”.

“Sabíamos cómo protegerlos y no lo hicimos”

El tema, explicó, le resulta cercano debido a que en 2019 sufrió una “condición post-viral” que marcó su vida y la motivó a involucrarse en la defensa del uso de mascarillas y la mejora de la calidad del aire en espacios públicos. “Es una negligencia del más alto nivel mirar a los niños a los ojos y decir: ‘Sabíamos cómo protegerlos y no lo hicimos’”, advirtió.

Violet subrayó que en tan solo cinco años el COVID prolongado ya “ha superado al asma como la enfermedad crónica más común en niños de cinco años o menos”. Su preocupación principal recae en los más jóvenes: “Estoy aterrada por los niños que no conocen o pronto no conocerán un mundo sin dolor y agotamiento debilitante, que no pueden confiar en sus cuerpos para jugar, explorar e imaginar, y que no sabrán el potencial de sus propias mentes, libres del daño cognitivo de una infección por COVID-19. Y estoy furiosa en su nombre”.

Además, hizo un llamado a reconocer la importancia de tecnologías ya disponibles para reducir riesgos de contagio. “Tenemos acceso a una tecnología para prevenir enfermedades transmitidas por el aire, algo por lo que millones de nuestros antepasados y millones de personas en el mundo darían lo que fuera, y nos negamos a usarla”, afirmó. Su propuesta es clara: “Podemos reconocer el aire filtrado como un derecho humano de la misma manera en que lo hacemos con el agua potable. Podemos crear infraestructuras de aire limpio tan ubicuas y tan obviamente necesarias que los niños del mañana ni siquiera sepan por qué alguna vez las necesitamos”.

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Activismo

El mensaje de Violet también se apoya en investigaciones recientes. Según el National Institutes of Health, el SARS-CoV-2 puede dejar secuelas en órganos como el corazón, el cerebro, los riñones y los vasos sanguíneos. Por su parte, un estudio publicado en mayo de 2025 en JAMA Pediatrics señaló que entre un 10% y un 20% de los niños que contrajeron COVID desarrollaron síntomas prolongados que duran al menos tres meses.

No es la primera vez que Violet se pronuncia públicamente sobre este tema. En 2024 ya había intervenido ante la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, donde pidió que se garantizaran mascarillas, filtración de aire y luz Far-UVC en instalaciones gubernamentales. Además, en mayo de este año publicó en la revista Yale Global Health Review un artículo en el que vinculaba la lucha contra la pandemia con la crisis climática y proponía políticas de salud que incluyan licencias laborales pagadas y acceso universal a la atención médica.

El discurso en la ONU confirma la trayectoria que la hija mayor de Ben Affleck y Jennifer Garner está construyendo como activista. Más allá de la notoriedad de sus padres, Violet se trata de consolidar como una voz que cuestiona la pasividad frente a la pandemia y que impulsa el debate sobre la salud pública.

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