Supongo que alguna vez habrán escuchado a algún profesional de los medios de comunicación eso de: “Yo no hago periodismo de periodistas”. Lo sueltan muy dignos, como abominando de una práctica execrable.
Yo lo escucho de forma periódica; la última, la semana pasada, a Raúl Varela en ‘La tribu’ de Radio Marca: “Con el micrófono cerrado, me encanta hablar de periodistas y de periodismo. Cuando baje a desayunar [después del programa], haremos cuatro trajes. […] No me gusta en antena hacer periodismo de periodistas. Cada uno sabe lo que tiene que hacer en su casa y sabe cómo le va bien y cómo le va mal, porque al final esto es una profesión, un trabajo… hay una responsabilidad social, pero no deja de ser un negocio y un modo de vida para todos nosotros”.
A favor de Varela hay que decir que soltó todo esto para decir que sí le gusta que, “de vez en cuando”, los deportistas les pongan “un poco frente al espejo”, como había hecho ese día en una entrevista Dean Huijsen, que les reprochó que a veces critican “de más”.
Los que se precian de no hacer periodismo de periodistas recuerdan, en cierto modo, a los entrenadores que no hablan nunca de los árbitros… hasta que un árbitro les perjudica, claro. En cualquier tertulia hay alusiones a lo dicho en otros programas o medios, pero rara vez —por no decir nunca— de forma clara y explícita, sino siempre a base de indirectas y vaguedades.
Podemos citar tres motivos fundamentales: el primero, no dar publicidad a la competencia; el segundo, pura y dura cobardía; el tercero y cada vez más habitual en tertulias, un claro interés por manipular y confundir a la audiencia. Si no decimos quién dijo qué, cuándo ni cómo, podemos hacer pasar la opinión de un ‘friki’ por un estado de opinión generalizado. Esto conecta de maravilla con la pulsión victimista del aficionado español al fútbol, que experimenta un placer indescriptible haciendo ver al mundo que su equipo está solo mientras el rival lo controla todo, desde la prensa a los arbitrajes.
“Nos dijeron que Mastantuono era el nuevo Lamine Yamal”, dijo Luis García en ‘El partidazo de Cope’ el 3 de noviembre. Lo que no precisó es quién lo había dicho ni cuándo. ¿Por qué? Pues porque ellos no hacen periodismo de periodistas, hombre. Y seguramente también porque nadie ha dicho ni escrito cosa semejante, o al menos nadie con la relevancia suficiente para convertir una chorrada en una declaración relevante que debamos tener en cuenta.
Este truquito de introducir como premisa cosas que no se han dicho para darnos la razón está a la orden del día. Antonio Romero, periodista de la Ser, echó mano de él este domingo, con motivo del partido de la NFL disputado en Madrid: “Con todo el respeto, si esto es lo que dicen que puede desbancar al fútbol creo que podemos estar tranquilos los futboleros”.
Con todo el respeto, si esto es lo que dicen que puede desbancar al fútbol creo que podemos estar tranquilos los futboleros.
— Antonio Romero (@aromeroser) November 16, 2025
¿Y qué visionario ha vaticinado eso de que el fútbol americano puede desbancar al fútbol en España? Nadie. Absolutamente nadie. Pero da igual. Lo de citar sin citar se está convirtiendo en un recurso inagotable para alimentar cualquier polémica. Ya ni siquiera hace falta un adversario para generar conflicto. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Como para prescindir del periodismo de periodistas.



