Presidenta de Redeia
Actualizado: h
FacebookXLinkedInWhatsApp

Beatriz Corredor: pájaro en el alambre

No había que ser Nostradamus o Aramís Fuster para augurar que la presidenta de Red Eléctrica/Redeia, Beatriz Corredor, rompería su silencio en la trinchera amiga de la Cadena SER. Al tercer día del gran apagón, la exministra socialista recurrió en Prisalandia a la letanía cansina de que “tenemos el mejor sistema de Europa” y rechazó tomar las de Villadiego motu proprio: “Si yo pensara que podría haber hecho algo mejor, sería la primera en plantearlo, pero eso sería como admitir que algo no se ha hecho bien y en esta casa se ha trabajado bien. Por lo tanto, no voy a dimitir”. A lo Pedro Sánchez, vamos.

El pasado martes, Corredor me sonaba a Bowie; ahora, a Leonard Cohen, quien cantaba en la maravillosa Bird on the Wire: Como un pájaro en el alambre / como un borracho en un coro de medianoche / he intentado a mi manera ser libre.

La abeja reina de Red Eléctrica, elegida a dedo por el presidente del Gobierno y que se embolsa, anualmente, 546.000 pavetes al año, camina sobre un alambre intentando salvar profesionalmente sus posaderas, huyendo hacia adelante, después de los despueses del 28 de abril, a las 12:33, que, en algunos puntos de la geografía nacional, se prolongaron hasta la mañana del 29. Después de unos despueses, por cierto, en los que murió gente.

Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica
KiloyCuarto

Una pantomima sin gracia

Corredor se ha convertido en un marrón para Sánchez, en una espina de sardina clavada en el velo del paladar. El argumento del ciberataque, sólo no descartado por el Gobierno, ni cala ni cuela; la movilización del CNI es un vodevil impostado; la invocación de la comisión de investigación, una pantomima sin gracia.

El relato oficial primigenio tose sangre, y al líder del Ejecutivo, matrícula de honor en supervivencia, le aumentan las ganas de cargarse a la presidenta de, en sus palabras, un “operador privado”… que él mismo eligió. Porque, en esta España lluviosa y sin luz, dos y dos pueden ser cinco. Incluso cuando los respiradores dejan de funcionar.

El miércoles, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, y la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, regatearon malamente las preguntas sobre Corredor y, acorraladas, le trasladaron el respaldo del Ejecutivo. Un respaldo translúcido, avergonzado, pronunciado con el tono del presidente de club de fútbol que está a punto de despedir a su entrenador a la vez que asegura su permanencia.

El origen del blackout

Dos días después, el sanchismo político y mediático estrechó aún más el cerco: el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, rechazaba las explicaciones de la presidenta de Red Eléctrica sobre el origen del blackout: “A día de hoy, no se sabe cuál es el origen, cuáles son las causas, para hablar con propiedad”. Por su parte, la periodista Esther Palomera denunciaba en elDiario.es el “tránsito de un clamoroso silencio a una pasmosa locuacidad para sacudirse cualquier responsabilidad, pese a que aún no se conocen las causas del apagón”.

Ahora sabemos que, el 22 de abril, algunas compañías avisaron a Red Eléctrica sobre la producción de anomalías en el sistema eléctrico, y que, el 24, Repsol había alertado de un gran fallo de suministro eléctrico que paró su refinería de Cartagena.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, pide explicaciones al “responsable de la red eléctrica, Red Eléctrica de España”. Y Beatriz Corredor, en el alambre, intenta a su manera salir indemne. A ver quién vence en este pulso entre ideología y tecnología.

TAGS DE ESTA NOTICIA