Los más de 40 guardias civiles desplazados para proteger al presidente del Gobierno en Lanzarote conviven con cucarachas y salamandras en las habitaciones, no disponen de aire acondicionado y se ven obligados a adelantar los gastos de manutención. Esta es, a grandes rasgos, la otra cara de La Mareta, el palacete estival de Pedro Sánchez en Lanzarote, una exclusiva finca por la que los españoles pagamos unos 850.000 euros al año en seguridad, limpieza y mantenimiento.
La situación de los efectivos de Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), que llegan desde distintos puntos de España, no es un titular puntual o sensacionalista aprovechando la llegada de Sánchez. Mila Cívico, portavoz de la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil (Jucil) nos ayuda a acercar el teleobjetivo para captar muchos más detalles y describir de una manera clara unas condiciones que, aunque se han puesto ahora en evidencia, se repiten cada vez que existe una comisión, según nos cuenta.

La mirada crítica, de Telecinco, mostró ayer el estado insalubre de su alojamiento: habitaciones sucias, hormigas y cucarachas (alguna sobre la mesa), baños en mal estado, paredes con humedades y una salamandra corriendo por ellas. La imagen, de por sí suficientemente potente, sirve para destapar otras circunstancias. “En primer lugar, las dietas. Nos corresponden 77 euros por día, más unos céntimos, que hay que distribuir entre alojamiento, comida y cena. Se supone que el desayuno lo paga el hotel, pero no siempre es así”, avanza Cívico.

Esa cantidad la tienen que adelantar a menudo de su propio bolsillo. “El 80% debería pagarlo la Guardia Civil por anticipado, pero generalmente no ocurre, de manera que, si la estancia de Pedro Sánchez finaliza el día 24 de agosto, multipliquemos por 77 cada día. Reclamar esa cantidad se convierte en un proceso burocrático horroroso y pueden tardar meses. Sabemos que, después de hacerse público, algunos han recibido el adelanto. Otros no saben cuándo cobrarán”, dice.
Cuando la reclamación se refiere a una sola comida por un desplazamiento, se ha dado el caso de compañeros que han preferido renunciar a los 14 euros que le corresponden antes que “verse ahogado en un mar de papeleos y quejas”. Cívico recuerda, además, que por estas semanas que los guardias civiles pasan fuera de sus casas no cobran ningún plus, a pesar de los gastos añadidos que implica el hecho de estar fuera y el quebradero para la conciliación familiar.
Estas condiciones económicas no explican que no se les busque un alojamiento en buenas condiciones higiénicas. Una de las razones, según denuncia la portavoz de Jucil, es la tardanza en la reserva de hotel. “No se entiende, cada año ocurre lo mismo”. Tampoco se comprende la respuesta recibida ante la protesta por las cucarachas, un cambio de habitación. “No es solución. Si hay plaga, van a salir en cualquier momento. Alguno ha cambiado ya tres veces y se ha encontrado el mismo problema de insalubridad. Tampoco disponen de aire acondicionado. Con las temperaturas tan elevadas, es imposible que puedan descansar”.
Marlaska se escuda en los presupuestos
Lo que esta asociación reclama es “justicia, respeto a nuestro trabajo y dignidad”. Jucil ha transmitido sus quejas al Ministerio de Interior, pero Marlaska envía a un representante que no da más explicación que los Presupuestos del Estado están sin aprobar. Así llevamos desde 2005. Desde entonces, no se han actualizado las dietas. Están congeladas”.
Es una falta de consideración hacia quienes velan por la seguridad del jefe del Ejecutivo, pero el panorama de La Mareta se repite cada vez que hay una comisión en cualquier otro lugar. Es el caso de la Cuarta Conferencia de la ONU, celebrada en Sevilla a finales de junio. “Los agentes tuvieron que dormir en un camping con un baño colectivo. En otras ocasiones, como la dieta es tan ridícula, no llega para pagar una habitación y deben compartirla. Para hacernos una idea, basta con ver el tamaño de estos guardias civiles o los maletones que deben transportar para este tipo de estancias”.
También la delegación sevillana de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) “denunció falta de planificación, vulneración de derechos laborales y desigualdad en la cuantía a percibir en concepto de dietas, dependiendo si eres oficial o guardia”. Esta cantidad puede llegar a ser superior a 100 euros de diferencia por persona y día. Es una cuestión de la que también se lamenta Cívico. “¿Acaso un oficial tiene más derecho que un guardia civil a comer y dormir mejor? Pues al parecer, sí”, escribió la AUGC en su página web.
En su cuenta de X, la situación quedó resumida en un tuit: “Mientras España presume en Sevilla ante la Comisión Europea, en la cumbre de ministros del Interior, guardias civiles desde las 07:00 h, a 43º sin planificación ni relevos dignos. Un bocadillo y una manzana es todo lo que van a comer hoy. ¡Esto es precariedad!”.
🇪🇺 Mientras España presume en Sevilla ante @ComisionEuropea en la cumbre de ministros del Interior…
🥵 Guardias civiles desde las 07:00 h, a 43º 🌡️🫠, sin planificación ni relevos dignos.
🥪 Un bocadillo y 🍏 una manzana es todo lo que van a comer hoy.
❌ ¡Esto es precariedad… pic.twitter.com/L9fJ7cWFso
— AUGC Guardia Civil 🇪🇸 (@AUGC_Comunica) June 29, 2025
El GRS se fundó en 1988 con la idea de que la Benemérita pudiese contar con una unidad de élite que se encargase de gestionar circunstancias de emergencia como las catástrofes climáticas, las manifestaciones y huelgas, así como la seguridad de dirigentes nacionales e internacionales. Son 1.800 agentes desplegados en toda España.