Yolanda Díaz no renuncia a su insólito pulso con Pedro Sánchez, y cree que el jefe del Ejecutivo acabará aceptando cambios en el Consejo de Ministros. Fuentes del área de Sumar en el Gobierno mantienen la exigencia de una remodelación, ante la enorme crisis generada por las denuncias de acoso sexual y la supuesta corrupción que salpican al socio mayoritario de la coalición.
El escenario es dramático, hasta el punto de que en las filas de la vicepresidenta segunda hablan de la “peor situación de este Gobierno” desde la primera coalición, en 2020″. “Es muchísimo peor que en julio”, apuntan, en referencia al estallido del caso Santos Cerdán. Sánchez ya ha dado portazo a un cambio en el Consejo de Ministros, y en el ala socialista han mostrado su malestar con la receta de Díaz.
Pese a que el presidente les ha advertido de que circulan por una vía muerta, desde Sumar esgrimen que toca darle “un impulso a la legislatura”, en lo político y programático, pero también en lo que se refiere a las caras que deben defender sus posiciones políticas en esta segunda mitad de la legislatura. Un cambio “performativo”, que según estas fuentes serviría para que la ciudadanía perciba que hay un antes y un después.
Siempre según su relato, todos los partidos de la mayoría de investidura están “muy preocupados” por una tormenta perfecta que, a su entender, el PSOE infravalora. La gravedad del momento es tal que, si no reconducen la situación, “nos puede arrasar”.
Ni contemplan hoy salirse del Gobierno, ni barajan elecciones anticipadas -potestad de Sánchez-, ni creen que puedan mantenerse centrados en “resistir”. “Es alimentar a Vox y morir sin dignidad”. No aclaran cuál será su respuesta si el presidente no cede en sus posiciones.
La alianza de partidos de Díaz entra en terreno inexplorado. Por si faltara incertidumbre, Antonio Maíllo se ha desmarcado del órdago sobre la crisis de Gobierno, acusando a la vicepresidenta de haber actuado por su cuenta. Esta exigencia de una remodelación “no fue acordada”, aseguró el coordinador federal de Izquierda Unida este martes, en rueda de prensa.
Formalmente, los cuatro partidos con más peso en la coalición (Movimiento Sumar, Izquierda Unida, Más Madrid y Los Comunes), acordaron el lunes que no renegarían de esta línea discursiva. Pero también decidieron ampliarla, aludiendo a “políticas concretas”. Diluyendo la petición de una crisis de Gobierno y ampliando su lista de exigencias, incluyendo en ella una nueva reunión con sus socios.
Sánchez sólo ha aceptado un encuentro entre su secretaria de Organización, Rebeca Torró, y sus cuatro homólogos en los cuatro partidos con más peso en las decisiones de Sumar. La reunión se celebrará este viernes, pero el malestar entre ambos socios está lejos de remitir.
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