La estrategia del PP

Génova cree que Vox no ha tocado techo y teme el efecto contagio

La preocupación se extiende por los territorios, principalmente en Castilla y León y en Andalucía. El entorno de Feijóo recalca que lo importante es que la suma dé para echar a Sánchez

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo

El Partido Popular ya reconoce en privado que la subida de Vox ha dejado de ser circunstancial. Hasta ahora, en Génova se atribuía su crecimiento al clima de polarización. “Septiembre es un mes de rechazo y de protesta”, aseveraban en el PP en septiembre, cuando llegaban las primeras encuestas del curso político a la mesa del comité de dirección. Pero, pasadas las semanas, esa fortaleza de Vox se ha ido certificando, especialmente en Castilla y León o Andalucía.

Así, las distintas fuentes consultadas en el órgano de decisión de Génova admiten que no saben con certeza “hasta donde” puede subir el partido de Santiago Abascal. En estos momentos, a nivel nacional, los sondeos que maneja el PP les sitúan entre los 140 y 146 escaños y a Vox levemente por encima de los 50. “No hemos identificado todavía donde está su techo”, reconocen las fuetes consultadas.

Además, el fenómeno se repite en la mayoría de territorios, con la excepción de la Comunidad de Madrid, tal y como avanzó este periódico. El efecto contagio es, precisamente, lo que más preocupa ahora mismo en todos los niveles del partido, dado que hay dos comunidades autónomas a las puertas de una convocatoria electoral, Castilla y León antes del 15 de marzo y Andalucía, como tarde en junio.

Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal.
KiloyCuarto

Si bien, es la plaza andaluza en al que se posan todas las miradas. Y la preocupación porque Juanma Moreno pueda perder la mayoría absoluta es total, tal y como transmiten distintas fuentes. De momento, el sondeo interno que avanzó este periódico apunta a que retiene esa mayoría, pero que está en riesgo. Bailan escaños clave en Jaén, Málaga y Almería. “La gestión de la Sanidad le va a hacer polvo”, vaticina un destacado dirigente.

Con estos mimbres, en el equipo de Alberto Núñez Feijóo tratan de sacar una lectura positiva. “El crecimiento de Vox es un problema para la izquierda”. ¿El motivo? “De convocarse elecciones, con estos datos gobernaríamos”, aseguran, con Feijóo al frente de la Moncloa . “Me inquietaría que subiese Sánchez”, dice una voz con asiento en el Comité de Dirección de Feijóo.

En la sala de máquinas del PP analizan que el escenario electoral ha cambiado y ya no se mide por partidos si no por bloques. Y, en este sentido, en el PP hay satisfacción porque el de derechas es el que más crece. “Hay más gente de derechas en este país que nunca”, aseguran fuentes de la dirección del PP. Así, el crecimiento del bloque de la derecha se estima en 4,5 puntos, los que perdería la izquierda.

Ante la fortaleza de Vox, Génova niega que haya emprendido una ofensiva para tratar de contrarrestarla, después de una semana en la que el propio Feijóo ha entrado en el cuerpo a cuerpo. Lo que hacen es “defenderse” de los ataques cada vez “más furibundos” de Abascal, según explican. “Hasta ahora no lo habíamos percibido”, aseguran.

Alberto Núñez Feijóo (c), preside la reunión del Comité de Dirección del partido
EFE/ David Mudarra/PP

Fue el presidente gallego quien sorprendía este domingo equiparando a Vox con Bildu por no acudir a la Fiesta de la Hispanidad. “Tradicionalmente, no vienen los partidos independentistas, no viene Bildu, y en este caso, sorprendentemente, no ha venido el líder del tercer partido de España”, dijo. Algo que dejó perplejo al propio Abascal, que sugirió que se había “dado un golpe en la cabeza”. Génova niega ahora que el líder del PP comparara a Vox con Bildu.

A pesar de que en privado se niegue la preocupación por el ascenso de Vox, lo cierto es que sí ha habido un cambio cualitativo en el discurso popular y también en sus propios movimientos ideológicos. El PP ha pasado de evitar el cuerpo a cuerpo con Abascal a buscarlo o incluso a propiciarlo. Lo mismo ha ocurrido en el plano programático. El PP ha endurecido su discurso migratorio en los últimos meses, a la par que su rival crecía electoralmente gracias a su discurso antiinmigración.

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